ENFERMEDADES TRANSMITIDAS por los ALIMENTOS - Revisión (Parte 1)
"La duda
es uno de los muchos nombres de la inteligencia"
(Jorge Luis Borges)
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS por los ALIMENTOS - Revisión
(Parte 1)
En este caso en particular, abordaremos el tratamiento
de un tema sensible y de notable actualidad como es el de las ENFERMEDADES
TRANSMITIDAS POR LOS ALIMENTOS o ETA. Todos los alimentos son susceptibles de
contaminación. La ingesta de un producto contaminado podrá ser causa de una
enfermedad. Las enfermedades de transmisión alimentaria no solo afectan la
salud del consumidor, sino que producen un impacto socio - económico sobre la
población de pertenencia; por lo que el control implica identificar y reducir
los peligros para mitigar los riesgos de ocurrencia de las
mismas. Investigaremos la historia de estas enfermedades, identificaremos
los microorganismos responsables de la alteración y de los parásitos
responsables de las enfermedades transmitidas por alimentos, pero además
estudiaremos otras ETA no vectorizadas por entes biológicos. Se pretende
revisar las principales enfermedades transmitidas por alimentos contaminados en
función de su importancia como problema de salud pública a nivel mundial y
además entregar herramientas que contribuyan a disminuir o a eliminar los
riesgos microbiológicos de los alimentos.
Se enfatizará el rol que les cabe a los Organismos
Internacionales (FAO y OMS) y a los Nacionales (Código Alimentario Argentino)
en el control de las enfermedades asociadas al consumo de alimentos contaminados,
conocer las etapas en las que se pueden prevenir y reducir los riesgos de
contaminación a lo largo de la cadena agro alimentaria, relacionar la
higiene personal con la transmisión de enfermedades en el proceso
tecnológico de obtención higiénica de alimentos e interpretar la legislación
alimentaria vigente para aplicarla en el desempeño profesional.
PRINCIPALES AGENTES BACTERIANOS CAUSALES DE ETA(s)
Aeromona spp (CIE-10 a00 - a09)
Es limitada la información disponible sobre la
enfermedad gastroenteral o extraintestinal resultado del consumo de alimentos
contaminados por este microorganismo reconocido como patógeno en la década del
'80. Las Aeromonas spp. son bacilos Gram negativos flagelados, anaerobios
facultativos. Se encuentran en los ambientes marinos. La temperatura óptima de
desarrollo varía según la especie, entre 5° y 45° C y puede ser recuperada de
alimentos congelados a -20° C durante períodos prolongados. Algunas cepas son
productoras de toxinas, como por ejemplo: enterotoxina citotóxica, citolítica,
enterotoxina citotóxica (termolábil y termoestable). El reservorio está constituido por el agua (agua de
bebida, piletas, lagos y ríos), peces (salmónidos), bivalvos, ranas y reptiles.
El régimen de portador en el hombre ocurre en el 3 - 30 %.Las especies que
contaminan los alimentos varía según tipo de alimento y región por ejemplo: A.
sobria se encuentra en leche cruda y aves, A. hydrophila en peces marinos,
vegetales y sus subproductos, A. caviae en vegetales. La mayor frecuencia de
gastroenteritis asociada a Aeromonas spp. se observa en verano (coincidiendo
con la mayor concentración de la bacteria en el agua) en niños, ancianos e
inmounocoprometidos.
Han sido comunicados algunos brotes en Japón y Suecia
por consumo de productos marinos. No se dispone de un modelo experimental y no
han sido aclarados la fisiopatogenia ni la acción de los diferentes factores de
virulencia. Cursa con dos tipos de cuadros: gastroenteral y sistémico. La
enfermedad diarreica aguda se presenta con fiebre < 38°5 C, deposiciones
líquidas y en los niños pequeños, vómitos en alrededor del 75 % de los casos.
Las otras formas de presentación son con heces disenteriformes con moco y
sangre o heces coleriforme (en agua de arroz). Evoluciona en 2 semanas. Las
localizaciones extraintestinales son: sepsis, peritonitis, meningitis,
neumonía, endocarditis, infección urinaria, conjuntivitis. En general se
presentan en personas con enfermedad de base. La educación de los consumidores y manipuladores es
clave para prevenir la ocurrencia de la enfermedad. Deben tenerse en
cuenta: Evitar el consumo de mariscos crudos, cocer los mariscos a
temperatura de 70° C durante 15 minutos, evitar la contaminación cruzada con otros
mariscos crudos, utensilios o mesadas, no utilizar agua de mar, cocción
adecuada de los vegetales y carne de aves, consumir leche y derivados.
Botulismo, Botulismo Intestinal (CIE-10 a05.1)
El botulismo fue descrito en 1820 en Alemania y se estableció la notificación obligatoria a partir de la descripción del brote producido por salchichas que afectó a 230 personas. Clostridium botulinun; bacilo Gram positivo anaerobio estricto, requiere temperaturas de 20°-37° C (la óptima varía según el grupo) y pH entre 6.6 - 7.2. Se clasifica en cuatro grupos fisiológicos: I (proteolítico, toxinas A, B, F); II (no proteolítico, toxinas B, E, F); III (toxinas C, D) y IV (toxina G).
La espora es la forma de resistencia (soporta la
ebullición hasta 22 horas; es destruida por el calor a presión durante 4-20
minutos). Se encuentra ampliamente distribuido en tierra, heces de animales y
sedimento marino aunque tanto la carga de esporas como el tipo varían por
regiones. Las esporas del tipo A predominan en Argentina, Brasil y Paraguay;
las del tipo B en el oeste de los Estados Unidos; y, las del tipo E en Alaska y
en la zona de los grandes lagos de los Estados Unidos y Canadá. La enfermedad
humana es producida por los tipos A, B, E y F. La toxina botulínica (cadena de
polipéptidos) es termosensible. Se destruye por ebullición durante 10 minutos.
La dosis letal para el hombre es de 0.01 mg. Se han identificado otras especies
de Clostridium productoras de neurotoxina tales como: C. baratii C. butyricum. La presentación de casos de botulismo transmitido por
alimentos (ingestión de alimentos con la toxina) ocurre habitualmente en forma
de brotes de corta duración, por alimentos de elaboración casera y
ocasionalmente de origen comercial. Los alimentos vehículo de transmisión
varían según las zonas lo cual está relacionado con la distribución de los
tipos de esporas presentes.
En los Estados Unidos y América del Sur, predominan
los vegetales (morrones, espárragos, etc) y las frutas. Interesa destacar que:
- Es necesario un lapso entre la preparación del alimento y su consumo que se denomina período de preparación de la toxina o período de incubación extrínseco.
- La distribución de la toxina en el alimento varía según se trate de uno con contenido líquido (por ejemplo conservas vegetales o de frutas) en los que es uniforme comparado con lo que ocurre con alimentos sólidos (carne en conserva) en que una parte puede tener mayor concentración.
Un caso que provoca muertes innecesarias de lactantes
es la relación entre el Botulismo infantil y la miel. La miel nunca debe
dársele a los niños que tienen menos de un año, porque puede contener esporas
de la bacteria Clostridium botulinum que pueden provocar botulismo infantil,
una enfermedad rara pero grave que afecta al sistema nervioso de los bebes
menores de un año. A diferencia, este tipo de bacteria suele ser
inofensivo para los niños mayores y los adultos cuando la ingieren, ya que su
aparato digestivo está maduro y no permiten la acción de la bacteria. En cambio
cuando lactante ingiere dichas bacterias, éstas producen una toxina que bloquea
la conexión entre los músculos y los nervios. Afecta a la capacidad del bebé
para moverse, comer y respirar. Los síntomas del botulismo suelen aparecer
entre 18 y 36 horas después de que el bebé ingiera la bacteria.
El
estreñimiento suele ser el primer síntoma que detectan los padres. Pero no hay
que alarmarse; muchas otras enfermedades pueden producir estreñimiento. Los síntomas que se suelen presentar, en orden de
aparición, son los siguientes:
- Estreñimiento
- Inexpresividad facial
- Succión débil
- Llanto débil
- Disminución de los movimientos
- Dificultades para tragar y babeo excesivo
- Debilidad muscular
- Problemas respiratorios
El botulismo del lactante tiene tratamiento pero es
necesario hospitalizar para que reciba cuidados médicos lo antes posible. El
botulismo del lactante sin embargo, es de presentación esporádica. El mayor
número de notificaciones de botulismo intestinal en lactantes se registra en
los Estados Unidos y en Argentina, el rango de edad es 1-12 meses y la mediana
13 semanas con un 94 % de los casos en menores de 6 meses.
En el caso de la ETA botulismo, se ingiere la toxina,
y en el botulismo intestinal la toxina es elaborada en la luz del intestino. La
toxina se absorbe en el duodeno y yeyuno y pasa a la circulación. El sitio de
acción es la sinapsis neuromuscular de las terminaciones nerviosas de tipo
colinérgico en las que disminuye o impide la liberación de acetilcolina. La toxina penetra a la célula por endocitosis y según el
tipo ejerce su acción por diferentes pasos (sinaptobrevina, proteína asociada a
sinaptosomal, sintaxina) con un período de incubación 12 horas- 5 días
(promedio 12-36 horas para la ETA. Hay dos reglas: Más toxina ingerida , menor
latencia y Menor incubación, mayor gravedad.
El período de invasión o comienzo cursa afebril con
manifestaciones:
a. Nerviosas (diplopía, visión borrosa, cefalea,
vértigo, pesadez de párpados, astenia y adinamia)
b. Respiratorias (disnea, insuficiencia respiratoria)
c. Digestivas (náuseas, dolores abdominales, pirosis,
hiporexia); mixto (combinación de dos o más de los anteriores).
d. Ocular del II par (disminución agudeza visual,
estrechamiento del campo visual, ceguera para los colores, ceguera), del III
par (diplopía, visión borrosa, fotofobia, estrabismo, discoria, midriasis,
disminución o ausencia de la secreción lagrimal).
e. Afectación del X par y nervio frénico (paresia o
parálisis de los músculos respiratorio que resulta en taquipnea, disnea,
respiración superficial, aleteo nasal, tiraje subcianosis/cianosis, disminución
o abolición del reflejo tusígeno).
f. De la fonación, pares craneales X y XII (disartria,
disfonía, voz cuchicheada, dificultad para mover la lengua)
g. Digestivas, pares craneales V, IX y X (dificultad
para abrir la boca, hipo o asialia, veloplejías, disfagia, hipoestesia
faríngea, paresia gastrointestinal, constipación).
h. Musculares: debilidad muscular, paresia y parálisis
con predominio proximal. Es patognomónico el signo de la cámara lenta o del
acuanauta.
i. Otras (urinaria, X par, paresia vesical).
El cuadro mórbido evoluciona en 7-15 días, pero a
veces la recuperación puede demorar meses. Existen diferencias en las
manifestaciones clínicas según el tipo de toxina causal. Es muy importante el
conocimiento de los síntomas señal en atención primaria, dado lo infrecuente de
la patología, para la orientación diagnóstica que determinará las acciones
sobre la persona, la notificación y las intervenciones de salud pública. La
letalidad varía por brote y lugar de ocurrencia. El desenlace fatal (en general
el primer caso que no se diagnosticó oportunamente de un brote) ocurre a las
24-48 horas del comienzo de la enfermedad. En el botulismo intestinal del
lactante la sintomatología tiene un amplio espectro. Es constante la tríada:
hipotonía, constipación y reflejo fotomotor lento. La primera manifestación es
la constipación. Varios días después se presentan la hipotonía muscular y la
disminución de la fuerza que son progresivas y provocan la insuficiencia
respiratoria. Es fundamental generar la educación de las personas
que preparan alimentos caseros para su conservación respecto a:
- La forma de elaboración
- El tiempo y las temperaturas necesarias para destruir las esporas
- Conservación de los alimentos
- Utilización de recipientes y tapas estériles
- No consumir ni probar los alimentos envasados que tengan alterado el envase (abombado) o el aspecto (cambio de coloración/consistencia) o el olor (rancio)
- No administrar a los lactantes los alimentos fuente de esporas (miel)
Escherichia coli Enterohemorrágica o
Verotoxigénica (ECEH) (CIE-10
a04.3) - Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)
Los alimentos, para que se consideren de buena calidad
higiénica, deben estar exentos de microorganismos peligrosos, pero en general
no es posible examinar los productos o alimentos para investigar la presencia
de todos y cada uno de tales organismos. Esto se puede resolver determinando organismos indicadores, como coliformes y
enterococos. Por lo que se refiere a los coliformes, la presencia de E. coli en
un alimento indica generalmente una contaminación de origen fecal. Así E. coli
es un indicador clásico de la presencia de patógenos entéricos en agua,
moluscos, productos lácteos y otros alimentos. Es un microorganismo emergente
que causa dos patologías: Diarrea Hemorrágica y Síndrome Urémico Hemolítico
(SUH), uno de cuyos agentes causales fue comunicado en 1983. En los alimentos
la presencia y concentración de E. coli es de menor significado y su presencia,
incluso en mayor número, no implica necesariamente una contaminación fecal
intensa reciente.
Su número está influenciado por muchos factores como
crecimiento actual en el alimento, equipo deficientemente sanitizado y contaminación
a partir de las personas. Por lo tanto todo lo que puede concluirse con muchos
alimentos es que la contaminación fecal, directa o indirecta, tuvo lugar en
alguna fase de su obtención y que la seguridad sanitaria del alimento es
cuestionable. Escherichia coli enterohemorrágico o verotoxigénico (EHEC),
produce citotoxinas (verotoxinas o shigatoxinas tipo 1 y 2), enterohemolisina,
factores de adherencia intestinal. Es un microorganismo ácido tolerante, cuyos
principales serotipos son: O157:H7, O26:H11, O111:H8, O103:H2, O113:H21 y
O104:H21. La dosis infectante es muy baja, alrededor de 3 - 15 bacterias/g
alimento.
Tiene distribución universal. El ganado bovino es el
principal reservorio. La prevalencia oscila entre 1-10 % y es mayor en
terneros. ECEH puede sobrevivir en el medio ambiente unos días y en el agua
varios meses. La transmisión es por la contaminación fecal de los
alimentos (carne vacuna picada o molida insuficientemente cocida, salame,
leche, frutas y verduras crudas [brotes de alfalfa], jugo de manzana, mayonesa,
yogour), el agua y la contaminación cruzada de estos alimentos. La transmisión
directa, persona-persona por la vía fecal - oral ocurre en el hogar y en
instituciones semicerradas. Afecta todos los grupos de edad, pero, en los niños
menores de 10 años la enfermedad es más grave. Un factor de riesgo es la
hipoclorhidria. La excreción de E. coli persiste durante 1-3 semanas.
EHEC ha causado epidemias de enfermedad diarreica
aguda. La primera epidemia por E. coli O157:H7 ocurrió en el año 1982 donde la
fuente de infección fueron las hamburguesas con cocción insuficiente de una
cadena de restaurantes de comidas rápidas. El primer brote de enfermedad por E.
coli O157:H7 transmitida por el agua de una red pública se produjo entre diciembre
1989 y enero 1990. La primera epidemia de infección por por E. coli O157:H7 por
agua recreacional (piscinas), tuvo lugar en 1993; el primer brote por bebida
(sidra de manzana) ocurrió en 1991 (n=23) en Canadá.
Una epidemia afectó a cuatro estados (Estados Unidos)
en 1993; el alimento involucrado fueron hamburguesas de una cadena de comidas
rápidas y hubo diseminación secundaria persona a persona y un alimento inusual,
salame provocó un brote en 1994. La carne insuficientemente cocida ha provocado
y provoca la mayor cantidad de brotes. La EHEC disrumpe las microvellosidades y
se adhiere a los enterocitos. La verotoxina tiene como receptor los
glucolípidos globoseries (globotriaosilceramida) de la superficie celular e
inhibe la síntesis proteica. El período de incubación es de 2-8 días (promedio
3-4 días). Cursa con diarrea acuosa, diarrea sanguinolenta,
colitis hemorrágica, síndrome urémico hemolítico (SUH) y púrpura
trombocitopénica. En la enfermedad diarreica aguda el dolor cólico
abdominal es frecuente en los niños y en los ancianos; los vómitos ocurren en
el 30-50 % de los casos asociados con la diarrea acuosa.
La diarrea dura 3-4 días (rango 3-10 días). El 33 % de
los pacientes requiere internación. El SUH se puede presentar en los pacientes
con diarrea sanguinolenta. Durante la enfermedad debe evitarse el contacto con
los enfermos. Deben cumplirse las prácticas que corresponden al aislamiento
entérico. Las personas infectadas deben ser excluidas de la manipulación de
alimentos así como también de la atención de niños hasta tener dos cultivos de
heces negativos. En su momento fué una gran connotación periodística el
impacto sanitario producido por la contaminación de cierto grupo de alimentos
por el agente Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC). En particular, nos referiremos al denominado
Síndrome Urémico Hemolítico o Síndrome de Gasser. Mucho se ha dicho y escrito,
pero entendemos que la bibliografía científica utilizada, perteneciente a
destacados profesionales nacionales de la Salud Pública, es de excelencia y la
más adecuada para la elaboración de este informe. Resulta interesante destacar
que en las primeras observaciones, en la década del 50 y del 60, surgen
interpretaciones tanto clínicas como etiológicas y patogénicas, que luego
fueron desplazadas por otras o relegadas al olvido para cobrar nuevamente
vigencia en la actualidad enriquecidas con estudios y observaciones de los
últimos años. En 1966 (Voyer y Walther, 1966), no hacían diferenciación entre
la Púrpura Trombótica Trombocitopénica (PFT) y el SUH más que por la edad de
presentación y la extensión de las lesiones. Considerábamos los términos de PTT
y SUH dentro de una vasta nomenclatura para referencia a variables
sintomáticas, como veremos más adelante.
Posteriormente se desvinculó a estas entidades,
diferenciando netamente por un lado la PTT o Síndrome de Moschcowitz Summer de
presentación especialmente en jóvenes adultos con sintomatología
predominantemente neurológica, lesiones microvasculares diseminadas, evolución
generalmente fatal y etiología desconocida y por otro el SUH o Síndrome de
Gasser de presentación principalmente en niños de corta edad, precedido
generalmente por diarrea sanguinolenta. Por ello se postuló que SUH y PTT pueden ser
gradientes sintomáticas de una misma enfermedad (Remuzzi, 1987) referida
genéricamente como Microangiopatía Trombótica (MAT, Kaplan, 1995) término
acunado por Habib. Sin embargo, la similitud entre la PTT y las formas graves
de SUH con daño neurológico por lesiones extrarrenales, no significa una
identidad entre ambos cuadros (Kaplan, 1995). En 1955 Gasser, en Suiza, describe 5 casos, 4 de los cuales eran
lactantes e introduce la denominación de Síndrome Hemolítico Uremígeno. También
se han utilizado denominaciones como Acroangiopatía Trombocítica, Trombopatía
Plaquetaria Difusa y Acroangiotrombosis Verrugosa Trombopénica (Debré y
Mozziconacci, 1958).
El SUH es la causa más frecuente de
insuficiencia renal aguda (IRA) en los niños (en la mitad de los casos necesita
diálisis). Es un síndrome que incluye IRA, trombocitopenia (disminución del
número de plaquetas en la sangre) y hemólisis (destrucción de los glóbulos
rojos que lleva a una anemia). Es producido, en la mayoría de los casos, por
toxinas producidas por una bacteria: Escherichia coli O157:H7. La toxina producida por este serogrupo de E coli se denomina “shiga
toxina”, por ser similar a la producida por Shigella. La muerte por síndrome
urémico hemolítico disminuyó gracias a la precocidad de los diagnósticos y a
los nuevos métodos de control de la insuficiencia renal. Hoy, la tasa de letalidad es del 2 por ciento.
Según datos del Comité Nacional de Nefrología, el 70 por ciento de los niños
que padecen esta enfermedad se recuperan sin secuelas, sin embargo, es
necesario controlarlos regularmente porque, en algunos casos, desarrollan
problemas renales o hipertensión como consecuencia tardía del síndrome.
Escherichia coli O157:H7 y otros serotipos de E. coli productor de toxina Shiga
(STEC: Shiga Toxin E. coli). E.coli O157:H7 es un patógeno emergente asociado a
enfermedades transmitidas por alimentos.
En 1982 fue reconocido por primera vez
como patógeno humano responsable de dos brotes de diarrea sanguinolenta severa
que afectaron a 47 personas en EE.UU. Los brotes fueron asociados
epidemiológicamente con hamburguesas contaminadas, consumidas en restaurantes
pertenecientes a una cadena de comidas rápidas. A partir de entonces numerosos
brotes han sido notificados en distintas partes del mundo. Hoy se sabe que E.
coli O157:H7 es el prototipo de un grupo de más de 150 serotipos de E. coli
(O26:H11; O103:H2; O111:NM; O113:H21; O145:NM; entre otros) que comparten el
mismo potencial patogénico. Los serotipos de STEC (Calderwood y col., 1996),
asociados a enfermedades severas en el hombre pertenecen a la categoría de E.
coli enterohemorrágico (EHEC: enterohemorrhagic E. coli). Los serotipos de la VTEC (Vero Toxygenic
Escherichia coli) asociados a la producción de enfermedad en el hombre son los
que corresponden a la clasificación de enterohemorrágicos (EHEC). Esta
designación alude a su capacidad de producir lesiones hemorrágicas en el
intestino. Este grupo posee una serie de cualidades que determinan su
virulencia, entre las cuales cabe mencionar:
a. Producen verocitotoxina (VT1, VT1 – VT2, VT2
y sus variantes).
b. Sintetizan una proteína llamada intimina, que
es codificada por el gen llamado eaeA del cromosoma de la bacteria. La intimina
es la responsable de la unión de E. coli a las células de la pared intestinal
(enterocitos) proceso que inicia las lesiones en las vellosidades que los
enterocitos poseen en aquella parte de su superficie que constituye la pared
interna del intestino.En algunos casos de SUH se han aislado cepas de VTEC que
carecen del gen eaeA en los que la unión a los enterocitos está reemplazada por
la producción de otro accesorio de adherencia.
c. Poseen un plásmido (esto es, ADN de doble
cadena que al unir sus extremos adquiere forma circular) de gran tamaño (por
eso se lo llama megaplásmido) con un peso molecular de 60 millones. Este
plásmido contiene los genes necesarios para la síntesis de una
enterohemolisina, toxina que es capaz de producir la destrucción (lisis) de los
glóbulos rojos (de allí hemolisina) y un apéndice de adherencia al epitelio
intestinal típico de las EHEC.
Drummond en 1989 y Kaplan en 1990 clasificaron
al SUH de acuerdo a su etiología. Una división importante es la que considera
como SUH típico al que presenta antecedentes de diarrea (D+), asociado a
infección por gérmenes productores de Stx, forma endémica en nuestro país. El
SUH atípico es el que no presenta diarrea en sus pródromos (D-). El origen del
SUH post-entérico ha sido investigado en los últimos 15 años. A fines de la
década del 70, Konowalchuk y col. informaron que algunas cepas de E. coli
producían ciertas exotoxinas (a las que llamaron verotoxinas por su acción
sobre las células Vero) relacionadas a la proteína de 70 kDa codificada en el
DNA de Shigella dysenteriae tipo 1. El significado clínico de estas toxinas
permaneció desconocido hasta que, en 1983, Riley y col. informaron una
asociación entre la infección por E. coli serotipo O157:H7 y dos brotes de
colitis hemorrágica; y Karmali y col. demostraron infección por STEC en 11 de
los 15 casos de SUH aislados. Luego, la asociación entre SUH e infección por
STEC, particularmente cepas del serotipo O157:H7, fue confirmada por numerosos
estudios realizados en diferentes países (Griffin y Tauxe, 1991) incluyendo
Argentina (Novillo y col., 1988; López y col., 1989; Rivas y col., 1996). Se ha
estimado que, en América y en Europa, alrededor del 90% de los niños con SUH
tiene alguna evidencia de infección por STEC siendo el serotipo O157:H7
responsable del 70% de los casos (Lior y col., 1994; Caprioli y col., 1994; Van
de Kar y col., 1994). En Argentina, la asociación entre SUH y STEC del serotipo
O157:H7 no está suficientemente clarificada. López y col. encontraron que el
serotipo O157:H7 no es común en niños argentinos con diarrea inducida por
toxina Shiga complicada o no con SUH. En cambio, Rivas y col. detectaron en
niños con SUH fundamentalmente cepas de E. coli del O157:H7.
Es importante recordar que el primer aislamiento de E.
coli O157:H7 fue realizado en nuestro país, en 1977, a partir de terneros con
colibacilosis (Orskov y col.). La información sobre STEC proviene fundamentalmente
de estudios realizados con cepas del serotipo O157:H7, fácilmente distinguible
de otros serotipos de E. coli por sus peculiares propiedades bioquímicas, ya
que no fermentan sorbitol o lo hacen lentamente (Farmer y Davis, 1985) y no
poseen actividad de ßglucuronidasa (Thompson y col., 1990). Escherichia coli forma parte de la flora
habitual del intestino del hombre y de los animales. Los animales domésticos,
especialmente los rumiantes, constituyen el principal reservorio natural de
STEC. La prevalencia en vacunos oscila entre 0,1 y 16%. Ha sido aislado también
de heces de gansos, ovinos, equinos, perros, cabras y ciervos. Estudios
realizados en EE.UU., Canadá e Inglaterra (Wells y col., 1991; Chapman y col.,
1993) han identificado al ganado bovino como un reservorio importante de E.
coli O157:H7, luego que los primeros brotes de colitis hemorrágica estuvieron
asociados al consumo de hamburguesas mal cocidas y leche cruda, (Griffin y
Tauxe, 1991). STEC ha sido aislado de las heces y aparentemente
habita el tracto intestinal del animal portador (Sanderson y col., 1995). El
ganado lechero y particularmente los terneros y vaquillonas serían portadores
más frecuentes que el ganado adulto. También fue aislado del ganado de carne,
específicamente de terneros con diarrea, en donde STEC no sería el causante de
esta patología. En 1987, una cepa con estas características se aisló de
terneros con colibacilosis en Argentina (Ørskov y col., 1987).
En estudios realizados en 720 animales sanos de
seis especies diferentes, STEC fue aislado en materia fecal de 208 animales
(28,9%). La prevalencia fue mayor en tres especies de rumiantes: ganado bovino
(21,1%), ovejas (66,6%)y carneros (56,1%). Fue detectado más esporádicamente en
no rumiantes: pollos (<0,799), cerdos (7,5%), perros (4,8%) y gatos (13,8%)
(Beutin y col., 1993). Recientes investigaciones confirman que los terneros son
reservorios de la bacteria Escherichia coli O157H7, causante de enfermedades
en humanos.(UNL (Universidad Nacional del Litoral) - Profesor Dr. José Luis
Otero et al). A partir de un estudio de caracterización de E.
coli O157:H7 aislados a partir de terneros, se confirmó que es “importante el
papel del ganado bovino en la epidemiología de las enfermedades producidas por
este agente patógeno en el hombre” y que “las cepas aisladas de ganado poseían
todos los factores de virulencia necesarios para producir enfermedad en
humanos”. Existen también diferencias geográficas en la
incidencia del SUH y su forma de presentarse. En particular, en la Argentina no
han ocurrido brotes de magnitud semejante a los de EE.UU. y la estadística
señala más bien la aparición de numerosos casos esporádicos. Contrariamente a
lo esperado, el síndrome urémico hemolítico, se presenta en niños de hogares
con un buen nivel socioeconómico.
Si bien se registran casos durante todo el año,
su frecuencia aumenta en la primavera, alcanzando un máximo durante el verano,
para luego decrecer hacia el otoño. La carne picada, insuficientemente cocida,
y los lácteos y jugos sin pasteurizar como el vehículo más frecuente de brotes
de ETA (Enfermedades Transmitidas por Alimentos) causados por este organismo. La
colitis hemorrágica ha sido transmitida además por embutidos fermentados, leche
cruda, yogures artesanales, sidra de manzana y mayonesa. Los brotes que han
involucrado alimentos ácidos demuestran la tolerancia de los organismos
causales a pH bajos. Estos microorganismos también han sido aislados de
productos vegetales, la contaminación de vegetales puede ser consecuencia del
uso de abonos orgánicos de origen bovino. También el agua ha sido considerada vehículo de transmisión, habiéndose
informado de brotes asociados a la ingestión de agua de bebida no clorada, o
del contacto con piletas de natación y también de un lago contaminado. También
se ha identificado a la materia fecal bovina como una fuente de contaminación
para alimentos y agua.
No obstante, la dinámica de STEC, en su relación
reservorio - medio ambiente, no está totalmente dilucidada. Actualmente se ha
convertido en uno de los desafíos más fuertes para la industria de la carne. La
transmisión persona a persona es también una vía importante para adquirir la
infección debido a la baja dosis infectiva (50 – 100 ufc). Ingresa al organismo
por la ingesta de carne (especialmente mal cocida), o por otros alimentos que
hayan estado en contacto con la materia fecal de la vaca, como leche no
pasteurizada, verduras y frutas mal lavadas, aguas contaminadas, etc . También la contaminación fecal de las aguas o la
falta de higiene en el procesamiento industrial puede explicar la presencia de
esa bacteria en los pescados. Es importante conocer el origen de los alimentos
y en aquellos que los posean, leer muy bien los rótulos, cómo han sido
conservados y procesados, observar la higiene, el cumplimiento de la cadena de
frío y el grado de cocción. En esta situación lo más valioso es la prevención.
La contaminación fecal del agua y otros alimentos y la contaminación cruzada
durante la preparación de los alimentos son rutas importantes en la transmisión
de la infección.
Es importante destacar que STEC sobrevive a las temperaturas de refrigeración y congelación y puede desarrollar a 8ºC (Palumbo y col., 1995). Esta característica tiene un tremendo impacto tanto en la industria de la carne, como en los sectores de comercialización en donde el uso del frío está muy extendido. Cepas de E. coli enterohemorrágica (EHEC) han sido aisladas de una gran variedad de alimentos y del medio ambiente, esto implica distintas condiciones en término de nutrientes, pH, salinidad y temperatura. Recientes brotes de diarrea y SUH han sido asociados al consumo de alimentos como el jugo de manzana, mayonesa y embutidos fermentados, alimentos de naturaleza ácida. Si bien la carne vacuna resulta la principal fuente de contagio, el consumo de lácteos y jugos de fruta no pasteurizados o de verduras y agua contaminada (que hayan estado en contacto con las heces de los animales), también puede desencadenar la enfermedad. Incluso, un estudio realizado en nuestro país sobre 34 pacientes con SUH y 95 convivientes demostró que el 24 % de los afectados tuvo, al menos, un familiar con diarrea. Para evitar la vía de contagio de persona a persona (la que se produce por el contacto con la materia fecal del enfermo), los especialistas insisten en la necesidad de lavarse las manos, con agua y jabón, luego de ir al baño y antes de manipular los alimentos.
Estas bacterias producen unas potentes
citotoxinas que destruyen in vitro las células en cultivo de la línea continua
llamada Vero (que proviene de células de riñón de mono verde africano) razón
por la cual han sido bautizadas como verocitotoxinas. También se conocen como
(SLT) Shiga-like toxins (toxinas parecidas a la Shiga), porque pertenecen a la
misma familia que la citotoxina Shiga sintetizada por la bacteria Shigella
dysenteriae tipo 1 causante de la disentería bacteriana. La producción de verocitotoxinas está codificada
por los ácidos nucleicos de distintos bacteriófagos, que son virus que infectan
a las bacterias, los que incorporan instrucciones en Escherichia coli para
sintetizar nuevos compuestos. Hay dos tipos de verocitotoxinas, las VT1 (SLT-I)
y las VT2 (SLT-II) con sus variantes que incluyen a la VT2e, producida por las
bacterias que causan la enfermedad de los edemas en el cerdo. Las
verocitotoxinas ejercen su acción sobre una amplia variedad de células
endoteliales que tapizan el interior de los vasos sanguíneos y sobre células
epiteliales, incluyendo aquellas que tapizan el interior del íleon (parte final
del intestino delgado) y colon (intestino grueso), células endoteliales
glomerulares. También actúan sobre los glóbulos rojos que
presentan en su membrana el grupo glicolipídico P1. Las verocitotoxinas actúan
sobre las células uniéndose específicamente a componentes de la membrana
celular llamados receptores. Se sabe ahora que estos receptores son
glicolípidos (componentes de la membrana celular formados por lípidos y
azúcares) específicos.
El receptor habitual para VT1 y VT2 es una
ceramida trihexosida llamada Gb3; la VT2e puede unirse a un glicolípido neutro
diferente denominado Gb4. Las verocitotoxinas están formadas por dos
subunidades llamadas A y B. La subunidad B es la encargada de asociar a la VCT
con el glicolípido. Luego, la subunidad A de la toxina inicia la inhibición de
la síntesis proteica en la célula llevando a la muerte celular por apoptosis
(ver Ciencia Hoy, 53:12-21, 1999); la inhibición se produce por inactivación de
la fracción llamada 60S de los ribosomas encargados de la síntesis de
proteínas. Cuando esto sucede a nivel de las células que constituyen el
endotelio de los vasos sanguíneos, el daño produce coagulación intravascular
principalmente en el sistema nervioso central, el tubo digestivo y los riñones. Queda también un bache importante. El control a
nivel minorista, las llamadas “comida chatarra” y el problema de la venta
callejera de alimentos. Estos son puntos críticos y no pueden ser dejados de
lado si queremos hacer un intento de prevención fuerte para reducir el número
de casos. No se han reportado casos de recurrencia en pacientes que han
padecido SUH post entérico. No se dispone aún de un tratamiento específico.
El tratamiento de los pacientes con SUH en el período agudo es de
mantenimiento. Se requiere atención sobre la hidratación, el balance de
electrolitos, el adecuado aporte calórico proteico, el tratamiento de la anemia
y la diálisis peritoneal en los casos severos de oliguria y anuria. Durante la
diarrea está contraindicado el uso de agentes que reducen la motilidad
intestinal.
Por lo tanto, hasta que no se realice un estudio
multicéntrico, randomizado, que demuestre la eficacia del tratamiento, se
aconseja no suministrar antibióticos durante el período prodrómico o de estado.
Se halla en fase de prueba un producto capaz de fijar e inactivar la Stx en la
luz intestinal constituido por un oligosacárido sintético, con estructura
similar al receptor natural de la citotoxina adherido a diatomeas (Synsorb-PK).
También se encuentran avanzados estudios de humanización de anticuerpos murinos
a Stx.
Medidas de prevención:
• Asegurar la correcta cocción de la carne; la
bacteria se destruye a los 70º C. Esto se consigue cuando la carne tiene una
cocción homogénea cuando no quedan partes rojas).
• Tener especial cuidado con la cocción de la
carne picada.
• Utilizar distintos utensilios de cocina para
cortar o tomar la carne cruda y la carne una vez cocida (Contaminación cruzada
indirecta)
• Evitar el contacto de las carnes crudas con
otros alimentos; tener en cuenta cómo se disponen dentro de la heladera y en
mesadas. (Contaminación cruzada directa).
• Consumir leche, derivados lácteos y jugos de
frutas pasteurizados y conservar la cadena de frío
• Lavar cuidadosamente las verduras y frutas.
• Asegurar la correcta higiene de las manos
(deben lavarse con agua y jabón), antes de preparar los alimentos y luego de ir
al baño como mínimo.
• Se sugiere que los menores de 2 años no
ingieran comidas rápidas.
• Respetar la prohibición de bañarse en aguas
contaminadas. Concurrir a piletas de natación habilitadas para tal fin.
• Consumir agua potable. Ante la duda, hervirla
y agregar lavandina concentrada. Por este motivo, se aconseja consumir agua
potable o de lo contrario; hervir agua en un recipiente limpio y tapado de tres
a cinco minutos y no más; dejar enfriar el agua y conservarla en el mismo
recipiente o agregar dos gotas de lavandina concentrada por cada litro de agua
y esperar 30 minutos para ser consumida.
• Ante cualquier duda o síntoma, consultar al
médico o dirigirse al centro de salud más cercano a su domicilio.
Hasta el momento no se dispone de una vacuna
humana efectiva. Se hallan en etapa de desarrollo la producción de vacunas para
prevenir la infección por STEC. Existen distintas vacunas candidatas basadas
en:
a) utilización del lipopolisacárido bacteriano
como inmunógeno;
b) toxoides de Stx;
c) utilización de cepas mutantes atóxicas;
d) la inserción de la subunidad B de Stx en una
cepa de Vibrio cholerae como vector.
Vacunas desarrolladas utilizando toxoides han
demostrado ser efectivas en prevenir las enfermedades relacionadas a STEC en animales.
El consumidor debe saber que las cepas VTEC, además de ser capaces de crecer en
ambientes muy ácidos (pH 2,5 a 3,0), pueden multiplicarse a temperaturas tan
bajas como 7ºC (la temperatura habitual de una heladera) y mantenerse viables
durante meses en carne congelada a - 20ºC (la temperatura habitual de un
freezer de uso doméstico). En cambio, las bacterias se inactivan fácilmente por
calentamiento. Esto justifica recomendar que durante la cocción de la carne la
temperatura en su interior no deba ser inferior a 68ºC y que se debe evitar la
ingestión de alimentos cárneos excesivamente rojos y jugosos por cocción
insuficiente.
El control efectivo requiere el funcionamiento de
programas de inspección para definir la magnitud de la contaminación / infección
por EHEC en los animales de la granja, productos alimenticios en todos los
niveles de la cadena alimentaria y la identificación de los factores de riesgo
de infección / contaminación/difusión y establecimiento de las medidas
específicas de control. El riesgo teórico de transmitir la infección por los
alimentos a gran número de personas es especialmente alto en los despachos de
comida rápida e instituciones de atención a la salud. Los Servicios de Sanidad y Calidad Agroalimentaria han
implementado un Plan de Reducción de Patógenos y adoptado el Sistema de
Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control. El Asesoramiento sobre
Riesgo Cuantitativo es una metodología predictiva usada para el análisis del
modelo de riesgo para la salud humana. La educación a los miembros del equipo
de salud, productores y procesadores de alimentos y consumidores en general
sobre los riesgos de la infección es fundamental.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO, NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"
ARISTOTELES
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Una piscina en el jardín brinda alivio en los días calurosos y soleados, es un lugar de encuentro para amigos y familiares. http://bibliotheque-du-capucin.com/
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