ENFERMEDADES TRANSMITIDAS por los ALIMENTOS - Revisión (Parte 21)
"La duda
es uno de los muchos nombres de la inteligencia"
Jorge Luis
Borges
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS por los ALIMENTOS - Revisión
(Parte 21)


MEDICAMENTOS (ANTIBIÓTICOS y HORMONAS)
Los
alimentos frescos como las carnes, las leches y los huevos, pueden presentar
rastros o cantidades significativamente contaminantes de antibióticos,
probioticos y hormonas o sus sucedáneos. Los antibióticos y otros medicamentos
como las sulfas, se utilizan para tratar y prevenir las enfermedades del
ganado, y sus residuos se acumulan en el organismo del animal tratado. En
ocasiones, se utilizan para favorecer un mejor aprovechamiento de la comida por
los animales. Los residuos medicamentosos se acumulan en los animales tratados,
por lo que llega al consumidor a través del consumo de los productos derivados
de dichos animales, como carne, leche y huevos. Dependiendo de la naturaleza
del medicamento y de la dosis acumulada en el animal, pueden provocar desde
reacciones alérgicas hasta intoxicaciones agudas. Entre algunos de estos
residuos, cabe mencionar el Clenbuterol, que se usa para estimular partos y para
favorecer el engorde forzado del ganado y ha sido responsable de intoxicaciones
agudas en el ser humano. Otro ejemplo son las Hormonas naturales y sintéticas
que se emplean para uso terapéutico, pero también para estimular el crecimiento
de los animales con efectos cancerígenos y malformaciones fetales. En los años
recientes se ha comenzado a catalogar a los antibióticos como contaminantes
emergentes ya que, si bien, han servido indiscutiblemente para el tratamiento
de enfermedades, también es cierto que en muchas ocasiones se ha tenido un
consumo y un desecho irresponsables de los mismos. Los antibióticos son
utilizados para terapia en humanos y en animales.
Gran
parte de estos antibióticos son liberados en el ambiente acuático,
representando un potencial riesgo para el ecosistema y para la salud pública,
ya que estos antibióticos desechados pueden ser consumidos por los animales
marinos o terrestres que, al momento de ser utilizados para el consumo humano,
ponen en riesgo la salud de la población porque una pequeña dosis de
antibióticos estaría siendo consumida. Dichas dosis pueden provocar reacciones
alérgicas como urticaria y asma; crear cepas resistentes a los mismos, y en
algunos casos, aún en pequeñas dosis, estos residuos pueden ser carcinogénicos,
teratogénicos, mutagénicos, causar inhibición o inducción enzimática e
interactuar con otros compuestos presentes en el medio ambiente. Por otro lado,
los antibióticos también pueden estar presentes en alimentos ya que después de
la administración de un tratamiento veterinario aparecen en carnes y leche,
dado que en muchas ocasiones no se respeta el periodo de tiempo después del
cual podrán obtenerse los productos para consumo libres de antibióticos.

Además,
si la leche empleada en la elaboración de derivados lácteos fermentados como el
yogur y el queso contiene pequeñas cantidades de antibióticos, la capacidad de
fermentación será inhibida, lo cual provocaría un producto de mala calidad y
por ende, grandes pérdidas económicas para la industria láctea. La problemática
más alarmante es que muchos microorganismos patógenos pueden adquirir múltiple
resistencia al ser sometidos a bajas concentraciones de antibióticos, lo cual
representa un serio problema para el ser humano. Cada vez es mayor el número de
casos en que antibióticos considerados eficaces dejan de serlo
injustificadamente, la razón es la aparición de resistencia de los
microorganismos a los medicamentos. En el caso de los alimentos, sí existen
límites máximos permisibles de antibióticos, en el caso de aguas aún no se
legisla.
Según
un informe hecho en el 2013 por los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades (CDC) sobre las amenazas de resistencia a los antibióticos, los
organismos resistentes a los medicamentos en el suministro de alimentos de
América representan "una grave amenaza" para la salud pública. El
informe vincula el 22 % de las enfermedades resistentes a los antibióticos en
los seres humanos a los alimentos contaminados y la investigación anterior ha
sugerido que se tiene una probabilidad del 50 % de comprar carne contaminada
con bacterias resistentes a los medicamentos. Otro artículo realizado en el
2013 por el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI) reportó que
entre 1973 y 2011, hubo 55 brotes resistentes a los antibióticos transmitidos
por alimentos en los Estados Unidos. Más de la mitad de los brotes fueron
provocados por los productos lácteos, carne de res molida y aves de corral. El
hecho del asunto es que, cuando los antibióticos se utilizan rutinariamente
para criar animales para el consumo, los microbios desarrollan resistencia al
medicamento, lo que hace que los antibióticos sean menos efectivos para el
tratamiento de la enfermedad en los seres humanos. Y sin antibióticos eficaces,
será muy difícil tratar a bebés prematuros, pacientes con cáncer, trasplantes
de órganos, cirugías y medicamentos en la sala de emergencia, sólo por nombrar
unos pocos. Ya estamos viendo los efectos del uso excesivo de antibióticos.
Ahora las infecciones nosocomiales afectan a uno de cada 25 pacientes, y muchas
de estas infecciones son resistentes a los medicamentos. De acuerdo con
estadísticas de los CDC, dos millones de adultos y niños de Estados Unidos se
infectan con bacterias resistentes a los antibióticos cada año, y por lo menos
23 mil de ellos mueren.
A
pesar de que ciertos organismos ya se han vuelto inmunes a cada antibiótico que
tenemos, incluyendo los llamados medicamentos de "último recurso",
las granjas industriales siguen utilizando algunos de estos medicamento de
último recurso en su ganado para fines no médicos. Es verdaderamente difícil
entender cómo un pequeño beneficio adicional puede justificar el uso de
medicamento que, al final, causaran la muerte de miles de personas, como
resultado de la resistencia a los medicamentos. El uso de antibióticos en el
ganado sano (incluyendo en los peces de piscifactoría) representan alrededor
del 80 por ciento de todo el uso de antibióticos en los Estados Unidos, por lo
que con el fin de detener el crecimiento de la resistencia a los antibióticos
debemos abordar esta fuente. Según un informe en el 2009 de la Administración
de Alimentos y Medicamentos (FDA) sobre este tema, las granjas industriales
utilizaron 29 millones de libras de antibióticos ese año. La FDA ha solicitado
recientemente a las compañías farmacéuticas eliminar voluntariamente las
reclamaciones de promoción de crecimiento de ciertos antibióticos que son
valiosos en el tratamiento de enfermedades humanas. Esto reduciría el uso al
limitar el medicamento sólo para fines médicos. Pero hay tantas lagunas
jurídicas que es muy poco probable que esta estrategia voluntaria sea
suficiente. Sobre todo si tenemos en cuenta el rápido aumento de la resistencia
a los antibióticos que ahora estamos viendo. En 2013, el CDC
publicó un informe admitiendo que los antibióticos utilizados en la ganadería
juegan un papel importante en la resistencia a los antibióticos y "deben
eliminarse."
Sin
embargo, a pesar de toda la evidencia de grave perjuicio, muy poco se está
haciendo para reducir el uso antibióticos en la agricultura. Los antibióticos
son drogas que se usan para combatir enfermedades causadas por diversos
microorganismos tales como la mastitis, la neumonía o infecciones de las patas.
Son administrados a los animales en diferentes formas, siendo las más comunes
la intramamaria o la inyección intramuscular. La presencia de residuos de
antibióticos en la leche es un problema que aqueja a toda la industria lechera,
debido a que cantidades mínimas de antibióticos en la leche o la carne
representan un problema de salud pública que no debe ser aceptado, además de
ser ilegal. Se ha determinado que pequeñas cantidades de antibióticos en la
leche, cantidades mínimas como 0.003 UI (unidades internacionales) de
penicilina/ml, pueden afectar a una persona que sea alérgica a dicho
antibiótico con problemas como ardor en la piel, comezón, asma y shock
anafiláctico.
Además,
existe el problema de la resistencia de los microorganismos a los antibióticos
que puede reducir o eliminar por completo su acción y uso en el tratamiento de
enfermedades. Otro problema relacionado con los antibióticos es la clara
interferencia en el procesado de queso, mantequilla y yogur. Su presencia
disminuye el ácido y afecta el sabor característico de la mantequilla. En el
caso de los quesos, la presencia de antibióticos disminuye el cuajado de la
leche y causa una mala maduración del queso. Basados en estos problemas los
residuos de antibióticos en leche han atraído la atención a nivel mundial de
los consumidores y de los legisladores generando reglas estrictas que controlan
el uso de antibióticos en los hatos lecheros. Hay algunas medidas que todo
dueño o responsable del manejo de su ganado puede adoptar en su explotación a
fin de reducir el riesgo de contaminar la leche con antibióticos. Por su parte,
tenemos a los disruptores hormonales, que son sustancias que interfieren en el
funcionamiento del sistema endocrino. Incluyen algunos agentes naturales e
innumerables compuestos de origen antropogénico. Su transferencia al ser humano
a través de los alimentos constituyen una problemática de creciente interés. La
contaminación del alimento reconoce diversos orígenes, de acuerdo al uso y
propiedades de la sustancia involucrada. Ingresan a la cadena alimentaria por:
contaminación del agua o el suelo, el uso agropecuario, la migración de
compuestos del envase.
Los
más destacados en éste grupo medicamentoso son: Estrógenos (Dietilestilbestrol,
Bienestrol) y Anabólicos (Clenbuterol). Debe considerarse que la persona está
sometida a exposiciones múltiples a partir de los alimentos, a las que se
agregan exposiciones ambientales, laborales o por hábitos personales. Mínimas
cantidades de diferentes agentes tienen efecto sobre el sistema endocrino, por
lo tanto, el paciente puede presentar alteraciones hormonales sin las
manifestaciones tóxicas propias de cada uno de los agentes. Recientemente se ha
descrito en el estado de Jalisco (México) un brote (n=67) por clenbuterol
debido al consumo de hígado bovino. Como resultado de la investigación
epidemiológica se encontró que el 37 % de los hígados bovinos y porcinos
contenían el producto.
Algunos
fármacos interfieren en el funcionamiento del sistema endocrino sustituyendo
las hormonas naturales, por variación de los niveles hormonales o por bloqueo
de las mismas. Los efectos pueden presentarse años después de la exposición o
en la generación siguiente. La exposición prenatal es la de mayor riesgo. Otros
como el clenbuterol tienen efecto después del consumo, provocando disminución
de la cantidad y la movilidad de los espermatozoides, endometriosis, abortos,
embarazo ectópico, desarrollo sexual precoz en niñas, tumores hormono
dependientes (mama, ovario, cuello uterino, próstata, testículo),
criptorquidia. La ETA aguda y específica por clenbuterol se manifiesta por
cefalea, taquicardia, extrasístoles y parestesias. Los estudios toxicológicos
de residuos de medicamentos se basan en la determinación de ingestas diarias
aceptables.

Otro
parámetro, de especial importancia, especialmente tratándose del tema que nos
ocupa, es el nivel de dosis sin efecto microbiológico (NMEL), que es el nivel
de dosis que no produce efecto contra las especies bacterianas más sensibles,
poniendo énfasis en las especies saprófitas del tracto gastrointestinal humano.
Clásicamente la presencia de antimicrobianos en alimentos se ha asociado a
distintos problemas, a saber: Alérgicos, Tóxicos y Asociados a las resistencias
bacterianas. Los problemas alérgicos son conocidos y afectan a la población
sensibilizada, en general las bajas concentraciones de antibióticos alergénicos
(beta lactámicos) no alcanzan para sensibilizar pacientes (aunque puede haber
excepciones), pero sí para desencadenar reacciones que, en general, no son
graves, aunque, eventualmente, pueden llegar a serlo (anafilaxia).
Algunos
otros grupos de antibióticos son capaces de desencadenar reacciones alérgicas
como las sulfamidas. De todas maneras siempre hay un componente fuertemente
individual en estas reacciones que está representado por el terreno
inmunológico del paciente. Los problemas toxicológicos, por su parte, son
bastante difíciles de probar, dadas las bajas concentraciones residuales de
estas drogas. Los aminoglucósidos, por ejemplo, son productos tóxicos. Su
ototoxicidad y nefrotoxicidad han sido clásicamente descriptas. Sin embargo,
insistimos, a concentraciones residuales, es posible que no existan riesgos
toxicológicos para este grupo de drogas. Por cierto que, si se envían a consumo
riñones de animales tratados, las concentraciones de droga serán más elevadas,
dada la facilidad con que los aminoglucósidos se acumulan en este órgano. De
todas maneras y, aún en este caso, será difícil que el consumo de un riñón en
estas condiciones pueda generar problemas toxicológicos, dada la baja
posibilidad de que un paciente continúe consumiendo riñones con residuos
elevados de aminoglucósidos en forma continuada por un tiempo prolongado.
El
que sí es capaz de dar lugar a problemas tóxicos es el cloranfenicol, y en este
caso a dosis probablemente muy bajas. El cloranfenicol es capaz de producir dos
tipos de manifestaciones toxicológicas: a. Una mielo depresión dosis
dependiente que se presenta en el curso de un tratamiento con la droga y b. Una
anemia aplástica, que es dosis independiente, que desarrolla en individuos
susceptibles, y que es irreversible una vez instalada. Los derivados fenicoles
tianfenicol y florfenicol, si bien pueden generar algún tipo de mielodepresión
dosis dependiente, que cede al suprimir el tratamiento o bajar la dosis, no son
capaces de producir la anemia aplástica que puede producir el cloranfenicol.
Esta es la razón de que el cloranfenicol haya sido prohibido en algunos países,
pero no haya ocurrido lo mismo con los otros fenicoles.
Como
mencionáramos al inicio de esta sección, la resistencia bacteriana ha sido
asociada largamente a la presencia de residuos de antibióticos en alimentos
humanos. Sin embargo, y pensando lógicamente, las concentraciones residuales de
antibióticos presentes en alimentos provenientes de animales tratados,
difícilmente sean capaces de seleccionar bacterias resistentes, dado que a tan
bajas concentraciones los antibióticos no pueden actuar sobre microorganismos
resistentes ni sensibles. Especialmente cuando esas concentraciones se
encuentran por debajo del NMEL. La resistencia bacteriana es un problema
gravísimo que representa una preocupación mundial, que se produce por múltiples
causas, que probablemente sea inevitable y con la que tenemos que lidiar en
forma multidisciplinaria a efectos de limitar su emergencia y paliar sus efectos
al máximo.
El riesgo más grande para la salud de los consumidores que implica la utilización de antibióticos en animales no está dado por los residuos, sino por el desarrollo de resistencias en bacterias de los mismos animales. Estas resistencias pueden, por supuesto, dar lugar a fallos terapéuticos en tratamientos veterinarios, y al riesgo de transferencia de bacterias resistentes de los animales al hombre, o de genes portadores de información que codifica resistencia de bacterias de animales a bacterias humanas.
El riesgo más grande para la salud de los consumidores que implica la utilización de antibióticos en animales no está dado por los residuos, sino por el desarrollo de resistencias en bacterias de los mismos animales. Estas resistencias pueden, por supuesto, dar lugar a fallos terapéuticos en tratamientos veterinarios, y al riesgo de transferencia de bacterias resistentes de los animales al hombre, o de genes portadores de información que codifica resistencia de bacterias de animales a bacterias humanas.
BISFENOL A (BPA)
Los
materiales en contacto con los alimentos son fuente potencial de contaminación.
Generalmente se utilizan termoplásticos, cuya materia prima es el petróleo. La
fabricación del plástico pasa por la polimerización de diferentes compuestos,
este polímero, por su tamaño e insolubilidad, hace que no sean tóxicos. No
obstante, para su fabricación, se utilizan diferentes aditivos para adaptarlos
a sus variados usos. Estos aditivos producen monómeros que quedan libres en la matriz
(polímero) y provocan un contaminación en el alimento. Este fenómeno es más
conocido como migración y viene determinado por el tiempo y la temperatura de
almacenamiento. Los mayores efectos tóxicos se producen por contaminación
hormonal, ya sea por bloqueo o por potenciación, generando alteraciones en el
desarrollo sexual, feminización o masculinización, infertilidad, insuficiencia
hormonal y cáncer. Los principales plásticos utilizados por la industria son el
polietileno (PE), el polipropileno (PP), poliestireno (PS), el policloruro de
vinilo (PVC), el terftalato de polietileno (PET) y el policarbonato (PC). Entre
los monómeros más tóxicos nos encontramos con: Cloruro de vinilo, gas incoloro
propio del la fabricación del PVC; Estireno, líquido viscoso y de fuerte olor
para la fabricación del PS; Acrilonitrilo, líquido para producir
impermeabilidad y resistencia a los gases y las grasas y Bisfenol A, asociado con la fabricación de biberones.
Este último, 2,2-bis (4-hidroxifenil) propano, conocido comúnmente como BPA, es un producto químico orgánico (monómero) que sirve como materia prima para la fabricación de diferentes tipos de plásticos, especialmente policarbonato y resinas epoxi. Fue sintetizado por primera vez en 1891 por el químico ruso Aleksandr Dianin. Se obtiene por condensación de dos moléculas de fenol con una acetona en presencia de HCl, empleando cloruro de cinc como catalizador. El 70% de la producción de Bisfenol A, se destina a la fabricación de policarbonato, el 30% restante se destina a la producción de resinas epoxi. La producción mundial se estima en 3.000 toneladas al año; el policarbonato se utiliza ampliamente en la fabricación de materiales en contacto con alimentos, como biberones, vajillas, utensilios de horno y microondas, envases de alimentos, botellas de agua, leche y otras bebidas, equipos de procesamiento y tuberías de agua.
Este último, 2,2-bis (4-hidroxifenil) propano, conocido comúnmente como BPA, es un producto químico orgánico (monómero) que sirve como materia prima para la fabricación de diferentes tipos de plásticos, especialmente policarbonato y resinas epoxi. Fue sintetizado por primera vez en 1891 por el químico ruso Aleksandr Dianin. Se obtiene por condensación de dos moléculas de fenol con una acetona en presencia de HCl, empleando cloruro de cinc como catalizador. El 70% de la producción de Bisfenol A, se destina a la fabricación de policarbonato, el 30% restante se destina a la producción de resinas epoxi. La producción mundial se estima en 3.000 toneladas al año; el policarbonato se utiliza ampliamente en la fabricación de materiales en contacto con alimentos, como biberones, vajillas, utensilios de horno y microondas, envases de alimentos, botellas de agua, leche y otras bebidas, equipos de procesamiento y tuberías de agua.
Las
resinas epoxi se usan como revestimiento de protección de diversas latas de
alimentos y bebidas, y como revestimiento de las tapas metálicas de las jarras
y botellas de vidrio, incluidos los envases de las preparaciones para
lactantes. El BPA se caracteriza por ser una sustancia sólida, de color blanco
y con olor a medicina. El volumen de demanda mundial de este compuesto es muy
alto, siendo su incremento anual de un 6-10%. Se considera que, debido a la
fabricación del mismo, se vierten unas 2 Tm/año en aguas superficiales y se
emite 1 Tm/año a la atmósfera. Los residuos de BPA pueden migrar a los
alimentos, especialmente cuando sometemos el envase a elevadas temperaturas,
por lo tanto, lo seres humanos están inevitablemente expuestos al BPA,
especialmente los lactantes alimentados con biberón.
Según
el European Comission’s Cientific Committe, el 99% de la exposición a BPA es de
origen dietético, no obstante, existen otras vías de exposición como el aire,
el agua o el suelo. Kang et al. 2006 ya determinaron la exposición a BPA por
vía inhalatoria en atmosferas contaminadas, pero la exposición dietética es la
principal causa de contaminación. Estas ingestas alimentarias, se calculan en
Europa entre 0,2 μg/kg de peso corporal en lactantes amamantados, 2,3 μg/kg de
peso corporal en lactantes alimentados de leche materna mediante biberones no
fabricados con policarbonato, 11 μg/kg de peso corporal en lactantes
alimentados con biberones fabricados con policarbonatos y 1,5 μg/kg de peso
corporal en adultos. En Canadá, un estudio publicado en 2008, analizó la
cantidad de BPA que tenían los alimentos a disposición de los consumidores.
Analizaron 154 alimentos diferentes, encontrando diferentes concentraciones de
BPA en 55 de ellos (36%).

La
mayor cantidad de BPA se encontró en alimentos envasados: derivados del pescado
(106 ng/g), maíz (83,7 ng/g), sopas (22,2-44,4 ng/g), habas (23,5 ng/g),
guisantes (16,8 ng/g), leche en polvo (15,3 ng/g) y embutidos (10,5 ng/g). Los
alimentos para bebés tenían 2,75 ng/g. Cantidades más bajas tenían productos
que no estaban enlatados como la levadura (8,52 ng/g), algunos quesos
(0,68-2,24 ng/g) o comidas rápidas (1,1-10,9 ng/g). Siendo las cantidades
máximas establecidas por USA y la UE de 50 μg/kg/día, y de 25 μg/kg/día por el
gobierno de Canadá, y la NSENO (nivel sin efectos negativos observados)
concluido por la EFSA en 5 mg de BPA/kg, las ingestas calculadas para los
diferentes grupos de edad/sexo, quedaban muy por debajo de la media. En Europa
se estima que el nivel de migración de BPA al alimento es de 10 μg/kg de
alimentos. La administración por vía oral de BPA en seres humanos es bien
absorbida ya que sufre una metabolización completa en el hígado creando un
metabolito principal denominado BPA-glucorónido (BPAG), el cual se excreta
rápidamente en la orina y tiene una vida media de menos de 6 horas. El BPAG se
produce gracias a la uridina difosfato glucosiltransferasa (UGT), y es
altamente hidrosoluble, lo que, para algunos autores, demuestra la inactividad
hormonal del BPA. Por otro lado el, Bisfenol A Sulfato, se reportó como otro
metabolito, esta vez minoritario, del BPA en la orina de humanos. Gracias a la
efectividad del metabolismo del BPA hay una muy baja exposición a BPA en forma
libre. Las concentraciones más altas en sangre se encontraron pasada una hora
de la administración por vía oral e intraperitoneal, y después de 4 horas en la
subcutánea.
El
BPA se elimina rápidamente de la sangre, dando resultados por debajo de los
límites de detección transcurridas 72 horas de la inyección intraperitoneal y
subcutánea y de 18 horas por vía oral. La principal ruta de eliminación fue la
fecal, seguida de la urinaria. La eliminación en ratones, fue igual en machos
que en hembras (86%-96%), pero los machos excretaron más por las heces
(74%-83%) que las hembras (52%-72%). Principalmente el BPA eliminado por las
heces fue en forma de BPA no metabolizable (86%-99%). En la orina, se eliminó
en forma de BPA-glucorónido (BPAG). Las ratas, excretan el BPAG desde el
hígado, vía bilis, al tracto intestinal. Esta recirculación enterohepática
provoca que la eliminación del BPA en estos animales, necesite entre 20 y 80
horas. La diferencia en tamaño molecular del BPAG entre humanos y animales (550
vs. 350 Da) es lo que, a juicio de algunos investigadores, permite a los
humanos eliminar más rápidamente el BPA, ya que este tamaño, no permite la
circulación enterohepática de la molécula. En neonatos, algunas vías
metabólicas necesitan más tiempo para conseguir la misma eficiencia que los
adultos. La glucuronidación necesita entre 2 y 5 veces más tiempo y la
filtración glomerular 1,7 veces.
La
glucuronidación se efectuará eficientemente al mes y la filtración glomerular a
los 7 meses. La Environmental Protection Agency (EPA), define los disruptores
endocrinos como sustancias exógenas que alteran la estructura o función del
sistema endocrino, provocando efectos adversos en los individuos y en sus descendientes.
Hacia 1930, el químico británico Charles Edward Dodds, identificó el BPA como
un estrógeno artificial. Algunas investigaciones han demostrado una relación
directa entre la exposición a BPA y una alteración en la espermatogénesis,
disminuyendo la cantidad y la calidad de esperma. El BPA puede estar asociado
con un aumento de cánceres del sistema hematopoyético y aumentos significativos
en tumores de células intersticiales de los testículos. El BPA altera la
función de los microtúbulos y puede inducir aneuploidía en algunas células y
tejidos. La exposición al BPA en los primeros años de vida pueden inducir o
predisponer a lesiones pre-neoplásicas de la glándula mamaria y la próstata en
la vida adulta.
La
exposición prenatal a diversas dosis y ambientalmente relevantes de BPA
desarrolla una alteración de la glándula mamaria en ratones, pudiendo
considerarse marcadores de riesgo de cáncer de mama en humanos. Por lo tanto,
BPA puede inducir transformación celular in vitro. En los cánceres de próstata
avanzados con mutaciones del receptor de andrógenos, el BPA puede promover la
progresión del tumor y reducir el tiempo de una recurrencia. Después de
ponderar dichas pruebas según lo recomendado por la IARC y la EPA de EE.UU, se
concluyó que el BPA no es probable que sea cancerígeno para los seres humanos.
Además, la evaluación a la exposición revela que, el uso actual de BPA es muy
reducido y la IARC (International Agency for Research on Cancer ) lo clasifica
como tipo 3. La última evaluación sobre los materiales hechos a base de BPA la
hizo la EFSA en 2010 y no identificó una necesidad de cambiar el consumo diario
tolerable actual, establecido en 50 μg/kg día. La UE propuso una restricción de
fabricación y comercialización de biberones de policarbonato desde el 1 de
junio de 2011 y en octubre de 2011, se añadieron prohibiciones de venta a
chupetes y mordedores.
En los últimos años, el bisfenol A, ha recibido
considerable atención de los medios de comunicación, con gran parte de la
cobertura a partir de la declaración de enero de 2010 realizada por la
Administración de Drogas y Alimentos (Food and Drug Administration; FDA, por su
sigla en inglés) con respecto al progreso alcanzado en su evaluación de la
inocuidad del BPA. Mientras que la FDA declara que estudios anteriores sobre el
BPA han avalado la inocuidad de los bajos niveles actuales a los que los
humanos se encuentran expuestos, recientemente anunció que tiene “algo de
preocupación” acerca de los posibles efectos de la exposición al BPA sobre el
cerebro, la conducta y la próstata en fetos, bebés y niños basándose en
resultados de estudios del Programa Nacional de Toxicología (National
Toxicology Program; NTP, por su sigla en inglés).
El
BPA se usa en materiales para envases para distintos fines. Se usa para prevenir
la corrosión de las latas y, cuando se lo usa como revestimiento epoxi, evita
la contaminación de los alimentos. Cuando se lo usa en botellas, puede aumentar
su resistencia al calor y su durabilidad. Es importante recordar que los
envases sirven como importante vehículo de inocuidad alimentaria, ya que
protegen los alimentos de los patógenos y otros contaminantes. La FDA apoya
medidas razonables de precaución para reducir la exposición humana al BPA. En
el caso específico de los bebés y recién nacidos, este organismo no recomienda
a las familias cambiar el uso de la fórmula para bebés o de los alimentos
porque los beneficios derivados de una fuente estable de buena nutrición
superan cualquier posible riesgo de exposición al BPA. La
reciente declaración de la FDA sirve como actualización de su evaluación del
bisfenol A. El organismo, junto con los Institutos Nacionales de la Salud
(National Institutes of Health; NIH, por su sigla en inglés), el Departamento
de Salud y Servicios Humanos (Department of Health and Human Services; HHS, por
su sigla en inglés) y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades
(Center for Disease Control and Prevention; CDC, por su sigla en inglés), apoya
estudios de salud para evaluar más y determinar mejor los posibles efectos para
la salud derivados de la exposición al BPA. Esto incluye $30 millones en
estudios a través de los NIH. Los resultados de estas investigaciones se
esperan en un plazo de 18 a 24 meses. La FDA apoya las medidas de la industria
(alimentaria) para dejar de producir mamaderas y tazas para bebés que contengan
BPA en el mercado de los Estados Unidos y sus esfuerzos para reemplazar o
minimizar los niveles de BPA en los revestimientos de las latas para alimentos.
Se
deben desechar mamaderas, tazas o recipientes para alimentos de plástico
gastados o rayados; no colocar líquido muy caliente en productos que contengan
BPA; verificar las etiquetas de las mamaderas y recipientes para alimentos para
asegurarse de que puedan ser usados en el microondas y en el lavavajillas antes
de usarlos con ese fin. Los consumidores pueden identificar los productos que
contienen BPA observando los números en el triángulo que se encuentra en la
base de los envases de plástico. Estos Códigos de Identificación de Resinas de
la SPI se usan para identificar de qué tipo de plástico está hecho un producto.
Los códigos de resinas uno a seis identifican resinas particulares, mientras
que el siete (7) incluye todas las demás, incluidas aquellas derivadas del BPA
y cualquier combinación de las otras seis: Tereftalato de polietileno (PET),
Polietileno de alta densidad (HDPE), Cloruro de polivinilo (Vinilo),
Polietileno de baja densidad (LDPE), Polipropileno (PP), Poliestireno (PS) y
Otros. La Sociedad de las Industrias del Plástico (Society of the Plastics
Industries, Inc; SPI, por su sigla en inglés) introdujo este sistema de
codificación voluntaria en 1988. Desde entonces, muchos estados han incorporado
el sistema a sus esfuerzos de reciclado para informar a los consumidores qué tipos
de materiales pueden reciclar en su centro local. Estos números no indican el
nivel de inocuidad del producto. Simplemente sirven para indicar de qué tipo de
plástico está hecho el recipiente para ayudar a facilitar el proceso de
reciclado.
BROMATO de POTASIO
El
bromato de potasio es un oxidante que mejora las condiciones de las harinas, y
popularmente se le conoce como “mejorador del pan”. Su uso está prohibido
internacionalmente por el Codex Alimentarius. Fórmula molecular: KBrO3;
Peso molecular:167.01; Características físico químicas: Cristales blancos o
gránulos blancos, Punto de ebullición: se descompone a 370ºC, Punto de fusión:
350ºC, Densidad a 20ºC: 3.27 g/cm3, Solubilidad de agua: 133 g/litro a 40ºC y
498 g/litro a 100ºC. Es de fácil confusión con la sal o el azúcar. Ha
determinado intoxicaciones por alimentos y bebidas. También es conocido, entre
el personal de panaderías, por su efecto sobre el sistema digestivo. Ambas
situaciones dan origen a intoxicaciones por error en la adición a la harina. El
uso en productos de panificación casera representa un alto riesgo. En Pinamar
(Buenos Aires, Argentina), ocurrió una intoxicación alimentaria masiva, con más
de 90 afectados en un almuerzo comunitario en 1995. En junio de 1996 en La
Plata (Buenos Aires, Argentina) se produjo un brote (n=110) por confusión con
sal de mesa.
En
el año 1989 se produjo en Cuba un brote donde se vieron afectadas 724 personas
luego del consumo de pan contaminado accidentalmente. Se han reportado por los
países de la región al SIRVETA durante el período 1993-2001 un total de 23
brotes (n=312). El bromato de potasio fue patentado como “mejorador” del pan en
1914, de acuerdo a una investigación realizada ese año en la Universidad de
Pittsburgh (USA). El fundamento para su empleo era que tenía la capacidad de
mejorar la consistencia del pan, debido a su efecto oxidante sobre la harina.
En el proceso de elaboración de pan se agregaba directamente a la harina y
actuaba durante todo el proceso de fermentación y la primera etapa del horneado,
modificando proteínas y dando un gluten más elástico, de forma tal que la masa
podía absorber mayor cantidad de agua y retener más dióxido de carbono, obteniéndose
así mayor volumen. Existen otros usos propuestos para el bromato de potasio en
la industria alimentaria como por ejemplo, en la producción de cerveza. Los
bromatos son compuestos muy bioestables y sólo una pequeña proporción puede
convertirse a ión bromuro, menos tóxico. El mecanismo para explicar su acción
tóxica es doble: 1º La degradación a ácido bromhídrico en el estómago, que
determina irritación gastrointestinal y 2º La capacidad fuertemente oxidante de
los bromatos que facilita su penetración en las membranas biológicas, y que
contribuye a sus efectos tóxicos a nivel renal y ótico. La sordera puede ser
secundaria a la degeneración de las células ciliares externas de la cóclea. A
nivel renal puede provocar necrosis tubular con edema intersticial. El Bromato
de potasio estaba autorizado en la Argentina desde 1952 como aditivo en harinas
para la elaboración de pan.
A
partir del año 1993, se elimina el uso del bromato para el MERCOSUR (Resolución
Nº 73). Argentina conforme a sus compromisos con el mismo, se ve obligada a
adecuar su legislación interna a esta resolución (Res. Nº 3/1995 del Ministerio
de Salud). Finalmente se prohíbe en forma definitiva con la Resolución 190/98d
del Ministerio de Salud y Acción Social, en la que no se otorga más prórroga al
plazo acordado por la resolución anterior, para que el sector industrial de
panificación adopte un sistema a fin de eliminar su uso. El fundamento de la
prohibición es por los efectos carcinógenos (categoría 2B, IARC: posiblemente
carcinógeno para humanos). Resulta interesante analizar los casos de
intoxicación con bromato de potasio registrados en otros Servicios de
Toxicología de Argentina.
En
el Centro Nacional de Intoxicaciones, durante el período 1979/ 1993 se
atendieron un total de 22 consultas por intoxicación con bromato de potasio, 11
de las cuales fueron accidentes y 6 tentativas de suicidio (en 5 casos no se
registró la causa). La sintomatología referida era vómitos y diarrea (15
pacientes) y 10 pacientes presentaron insuficiencia renal aguda (3 leves y 7
graves). Como secuela, uno de los pacientes desarrolló insuficiencia renal crónica
y 2 casos, sordera. El mismo servicio denuncia entre junio y noviembre de 1993
un total de 26 consultas, 7 accidentes, 7 intoxicaciones laborales, 8
intoxicaciones alimenticias y 1 tentativa de suicidio. En el Centro de
Toxicología del Hospital Fernández durante el año 1993 se atendieron 4
pacientes que presentaron vómitos y diarrea. El Centro de Toxicología del
Hospital de Niños de Córdoba en el período comprendido entre 1989 y 1999
atendió 11 pacientes por intoxicación con bromato de potasio que requirieron
internación, el 100% de los pacientes presentó síntomas de irritación
gastrointestinal, en un caso con deshidratación moderada, 2 pacientes
presentaron nefrotoxicidad requiriendo en uno de ellos diálisis peritoneal.
El
grupo de edad más afectado por la intoxicación es el comprendido entre los 30 y
39 años de edad. Predomina el sexo masculino (70%). En el 40% de los casos
presentan períodos de latencia hasta la consulta menores a 2 horas. Entre media
hora y dos horas aparecen los síntomas gastrointestinales. La pérdida de
audición puede aparecer entre 6 y 24 horas. Entre dos y tres días puede
aparecer la falla renal. La presentación del bromato de potasio es siempre en
polvo, siendo la cantidad ingerida escasa en el 82.6%. La cantidad ingerida es
un dato muy importante para poder predecir la evolución. Ha ocurrido muerte con
cantidades menores a 5 gramos. La dosis letal estimada del bromato de potasio
es de 200 a 500 mg/Kg. de peso corporal. (Lo que equivale a 10 a 25 gramos en
personas adultas de pesos promedios). Las causas atribuidas a la intoxicación
son no intencionales, como confusión de la sal de bromato de potasio con sal de
mesa o azúcar, especialmente en niños, autointoxicaciones intencionales, error
alimentario o error en la dosificación con episodios epidémicos por cantidades
elevadas agregadas al pan y utilización con fines "bromistas" entre
trabajadores de la industria panadera debido al efecto pseudo laxante que
provoca agregándola en infusiones, especialmente mate y café. La mayoría de los
casos presentó síntomas ligeros, o moderados. Cinco casos no presentaron
síntomas y en solamente uno se observan síntomas graves. Esta corresponde a una
autointoxicación por intento de suicidio que desarrolla insuficiencia renal y
sordera permanente.

Los
signos más comunes a todos los casos fueron gastrointestinales. Resulta
interesante mencionar un episodio, que ocurrió en el año 2000 en una escuela
rural secundaria de una localidad del sur de la Provincia de Santa Fe donde un
grupo de alumnos para hacer una broma a sus compañeros, había agregado bromato
de potasio al tanque de agua afectando por lo menos a 10-12 alumnos con cuadros
de gastroenteritis. El bromato había sido tomado de la panadería de la escuela
y posteriormente se averiguó que había sido comprado recientemente en una
droguería. Luego de la prohibición del bromato de potasio en 1997, se observó
una disminución de 3.6 veces el número de casos por esta sustancia, pero esta
diferencia no resultó estadísticamente significativa. El caso del bromato
resulta particular porque se trata de un aditivo alimentario y aparentemente no
se ha retirado de todas las panaderías a pesar de la prohibición de su uso.
En
los casos registrados post-prohibición, “no lo usan pero aún lo mantienen”,
argumento de difícil credibilidad. La intoxicación con bromatos es de baja
incidencia en muchas partes del mundo desde hace décadas. El empleo amplio del
bromato de potasio en panaderías como mejorador de harinas para panificación
constituyó la principal fuente de intoxicación con esa sustancia en nuestro
país. En los Centros de Toxicología de Argentina se han registrados en los
últimos años cientos de consultas por esta intoxicación. Fue prohibida en
nuestro país para ese uso en 1997. Actualmente, su condición de producto
prohibido convierte a todos los casos de intoxicación con bromatos de esa
fuente, en indicadores de uso clandestino de una sustancia ya regulada. Los dos
principales bromatos son el de sodio y el de potasio. Al referirnos a bromatos incluímos a cualquiera de los dos. Únicamente se aclara cuando se refiere a
alguno en particular.

Entre
los usos propuestos para el bromato de potasio se mencionan en el tratamiento
de la cebada, en la producción de cerveza y en el tratamiento de la harina. Ha
sido usado en Japón también para mejorar los productos de pasta de pescado. Se
lo emplea como neutralizador en el rizado (o permanente) en frío y sus
propiedades sugieren que el bromato no puede ser volatilizado y será absorbido
sólo ligeramente en el suelo o sedimento. Debido a su capacidad fuertemente
oxidante reacciona con la materia orgánica conduciendo a la formación del ion
bromuro. El bromato se puede identificar y cuantificar por varios métodos,
incluyendo la titulación iodométrica y la cromatografía líquida de alto
rendimiento. Los límites de detección se extienden a partir de los 0.05 a 1
mg/litro. La cromatografía con la detección de la conductividad tiene un límite
de detección de 5 µg/litro (método de la EPA USA, disponible por ejemplo en el
laboratorio de control del medioambiente , de Cincinnati, OH,USA).
Concentraciones de bromuro séricas pueden ser determinadas por el método de
espectrometría. El bromato no está normalmente presente en el agua pero puede
ser formado desde el bromuro durante la ozonización. Concentraciones de 60-90
µg/litro han sido reportadas en el agua ozonizada. Pequeñas cantidades de
bromato pueden ser medidas en la harina o la masa durante la preparación del
pan, pero esto es transformando en bromuro durante el horneado. Para la mayoría
de la personas, la exposición al bromato puede ser significativa.
Si
el ozono es usado para desinfectar el agua de beber la ingestión de bromato
puede tener un rango de 120 a 180 µg /día. La sordera puede ser secundaria a la
degradación de las células ciliares externas de la cóclea. A nivel renal puede
provocar necrosis tubular con edema intersticial. (normas). La oliguria y la
anuria puede ser secundaria a la depleción del volumen intravascular y la
dilatación periférica. Este fenómeno puede ser causado por el derrame, escape o
fuga capilar o posiblemente a la disminución del tono vasomotor. Se obtuvieron
resultados positivos fueron obtenidos para mutagenicidad del bromato de potasio
en Salmonella Typhimurium usando test de Ames y para aberraciones cromosómicas
en cultivos de células fibroblásticas de Hámster chinos. El bromato de potasio
es un carcinógeno completo porque posee actividad en la iniciación y en la
promoción de la tumorogénesis renal, sin embargo el potencial visto ha sido
débil en ratones hámster. En contraste con esto, el bromato de potasio mostró
un fuerte potencial para producir aberraciones cromosómicas in vivo e in vitro.
El bromato de potasio tiene actividad inhibitoria sobre la peroxidación
lipídida en el riñón. Los radicales libres generados por el bromato de potasio
fueron implicados en los efectos tóxicos y carcinogénicos, especialmente porque
el bromato produce 8-hidroxydeoxyguanosina en el riñón de ratas. Un número de
estudios de casos de intoxicaciones agudas en humanos con bromato de potasio ha
sido reportado siguiendo la ingestión accidental o tentativa de suicidio. No se
conocen que existan publicaciones de casos letales por bromato en Argentina.
Los
signos guías o centinelas de intoxicación aguda son irritación
gastrointestinal, falla renal, depresión respiratoria y sordera. El cuadro
clínico en su mayoría es reversible a excepción de la falla renal y la sordera
que pueden o no serlo. Los signos y síntomas por aparatos son los siguientes:
Aparato auditivo: Tinnitus y pérdida de la audición sin pérdida de la función
vestibular de comienzo rápido y de evolución irreversible, que es más frecuente
en pacientes adultos (85%) que en niños. El comienzo de la sordera ocurrió
dentro de las 4 a 16 horas en pacientes adultos y dentro de los 7 días a 3
meses en dos niños; Aparato cardiovascular: hipotensión es bastante común y
miocarditis ha sido reportada; Aparato respiratorio: puede ocurrir depresión
respiratoria, hipo persistente puede ser notado, así como taquipnea y edema
pulmonar; Sistema Nervioso: depresión sensorial, letargo y coma pueden ocurrir.
En niños se suele observar transitoria inquietud previo al estado de apatía y
letargo.
Se
observaron convulsiones en casos de falla renal aguda. Neuropatía periférica
tardía sensitivo-motora pasadas las 4 semanas, ha sido observada. Aparato
gastrointestinal: Náuseas, vómitos severo dolor abdominal y diarrea ocurren
después de 1.5 a 2 horas post ingestión. Estos efectos han sido atribuidos a la
acción cáustica del ácido brómico y del bromuro producidos por la acción del
ácido clorhídrico del estómago sobre el ion bromato. Aparato genitourinario: la
falla renal es una manifestación frecuente en la sobredosis, y puede ser causa
de muerte en el hombre y en animales, es aparentemente debida a la acción
nefrotóxica del bromato y generalmente se desarrolla en forma insidiosa entre
los 3 y 7 días y puede ser irreversible. Comienza 2 a 3 días siguiendo a la
ingestión, puede persistir durante 3 semanas y puede ser irreversible.
Acetonuria, albuminuria y hematuria pueden estar presentes.
Alteración
de la funcionabilidad renal debido a la esclerosis glomerular y la fibrosis
intesticial. En intoxicaciones graves en niños, oliguria o anuria fue observada
durante el primero y segundo día, pero la formación de orina reapareció
espontáneamente sobre el 3er y 4to día. Cambios Hematológicos: hemólisis y
trombocitopenia han sido descriptas. Anemia y disminución de la hemoglobina
fueron descriptas. La metahemoglobinemia no ha sido reportada en humanos ni en
perros, pero ha sido observada en cerdos de guinea. Fluidos y electrolitos:
Acidosis metabólica en combinación con la falla renal aguda ha sido descripta,
edema generalizado puede ocurrir, así como anormalidades electrolíticas tales
como hipernatremia, hipercloremia; Efectos psiquiátricos: esquizofrenia ha sido
reportada. El efecto cancerígeno del compuesto fue reconocido por la Agencia
Internacional de Investigación para el Cáncer en 1983, luego de que el
Científico japonés Yuki Kurokawa demostrara que esa sustancia provocaba cáncer
en ratas en un período relativamente corto y con las cantidades de exposición
cercanas a las empleadas en el pan y la harina.
Este
descubrimiento cambió radicalmente la historia del compuesto y convirtió a
Japón en el primer país en regular su utilización. En 1983, la FAO y la OMS
propusieron no aceptar concentraciones mayores de 75 mg por kilogramo de
harina. Dos años después la Health and Welfare Agency de los Estados Unidos
bajó el límite máximo a 50 mg y propuso incluir el bromato de potasio en la
lista de sustancias prohibidas para el consumo humano. Luego, en 1989, la
Comisión de la Comunidad Europea prohibió totalmente su uso en los alimentos,
decisión secundada por la FAO y la OMS en 1992 y recomendada a todos los países
miembros. Por último, estudios realizados por el Comité Mixto FAO-OMS, indicaron
que el bromato de potasio también produce Tumores de células renales, las
células peritoneales y las células foliculares de la tiroides. Existen
conclusiones presentadas por la Argentina ante las negociaciones del MERCOSUR:
a) plantea el uso del bromato como coadyuvante de tecnología y no como aditivo
alimentario.
Entendiéndose
como coadyuvante a toda sustancia excluyendo los equipamientos y los utensilios
que no se consumen por sí solo como ingredientes alimenticios, y que se emplean
intencionalmente en la elaboración de materias primas y alimentos o sus
ingredientes para obtener una finalidad tecnológica durante el tratamiento o
elaboración. b) Sostiene que se podría admitir la presencia de trazas de la
sustancia o sus derivados. c) Recomienda que se identifique con un color
definido los envases como medida de seguridad. Este mismo informe dice en
su conclusión: la existencia de bromato de potasio es transitoria ya que este
se convierte en bromuro de potasio; el nivel de detección es de 5 partes por billón
lo que impide indicar la presencia de trazas de bromato por debajo de esos
niveles. Este tipo de acción convierte al bromato de potasio en un coadyuvante
de elaboración más que un aditivo alimentario. En la consulta a los distintos
sectores involucrados en el tema, obra opinión del Departamento de Salud del
Trabajador, quienes sostienen: a) El peón de panadería se caracteriza por ser
un trabajador joven, con poca experiencia, sujeto a alta rotación, en lugares
donde no se cumplen medidas de seguridad laboral. Esto condiciona las medidas
de prevención en el uso del bromato de potasio; b) Otros países ya dejaron de
usarlo y c) La preocupación de esta área no pasa por la posible toxicidad por
el consumo del producto elaborado con bromato de potasio, que no la descartan,
sino que el área de mayor riesgo está instalada en el uso del bromato como
producto químico por parte de los trabajadores, diariamente expuestos a la
fuente tóxica.
Se
solicitó informe a distintos especialistas en toxicología quienes aseguraron
que modificar la resolución ministerial autorizando el uso de preparados de
harina con bromato aumenta el riesgo, considerando los múltiples usos que se le
da a la harina, y el número mayor de población potencialmente expuesta
originados en uso o distribución de este preparado, una mezcla de hasta un 10%
implica la manipulación de un producto de dosis letales, casi tanto como
producto puro, por lo tanto ratifica la posición de discontinuar con el uso.
Otros sostienen que la nueva modalidad de mezclar harina con el aditivo por un
lado disminuiría la mayoría de los accidentes por "error" voluntario
pero incrementaría la posibilidad de intoxicaciones masivas por cálculo
inadecuado o por el uso de la preparación inadecuado en lugar de harina común.
La
Dirección de Promoción y Protección de la Salud (Dirección Nacional de Medicina
Sanitaria), opina sobre el modelo de resolución y sostiene: a) La toxicidad del
bromato de potasio por su sola presencia, b) La población más expuesta es la de
trabajadores panaderos que se caracteriza por su falta de experiencia, personas
muy jóvenes, sujetos a alta rotación, en lugares de trabajo donde en la mayoría
no se cumplen con las medidas de seguridad e higiene. El Departamento de Salud
del Trabajador, realiza el informe final de su área, bajo las siguientes
consideraciones: a) Sostiene discontinuar con el uso del químico, b) parece
viable establecer un tiempo para la adaptación del sector productor, un año con
opción a otro, contra presentación de un plan de reconversión y evaluación
sanitaria de la población más expuesta, c) Preocupa la posibilidad de la
comercialización de un formulado al 10% del bromato en harina, d) Sostiene que
es más difícil confundir bromato con azúcar, que confundir harina con bromato
con harina común, e) Advierte una población laboral nueva que estaría expuesta
a la fuente tóxica que sería la que manipule el nuevo preparado y f) Se sugiere recurrir a otros elementos reemplazantes del bromato para el uso en la
industria Panadera, y consultar a este sector.
Departamento
de Prevención de Accidentes, eleva informe final a la Sub-Secretaría de Salud
Comunitaria, retoma todos los argumentos vertidos anteriormente en contra del
uso del Bromato de Potasio: alta toxicidad aguda, potencial de mutagenicidad,
acción carcinogénica y la negatividad del índice de relación riesgo/beneficio,
coincidente con las recomendaciones de la FAO/OMS, que lo considera como
"no adecuado....como agente en el tratamiento de la harina". El
riesgo es máximo en las poblaciones vulnerables (trabajadores de panaderías)
Jóvenes varones de 10 a 19 años, grupo etario más comprendidos. Todos los
centro toxicológicos consultados aconsejan discontinuar con el uso del químico.
Los siguientes países han discontinuado su uso: Uruguay, Brasil, Paraguay,
Bolivia, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Portugal, Sudáfrica, España, Francia,
Italia, Noruega, Austria, Holanda, Inglaterra, Alemania.
Se
subraya que "La existencia del producto químico en lugares de elaboración
del pan y no la nomenclatura que se defina para presentarlo es lo que
constituye el riesgo. Sabemos que en Argentina hay una buena tendencia a
legislar y poca efectividad en el cumplimiento de lo legislado. Por ello y dado
que las actividades de fiscalización y control han sido reconocidas como la
mayor debilidad en la gestión de químicos en el país, es que proponemos imitar
lo realizado por las autoridades de Salud de Uruguay, es decir: prohibir la
importación total de esta sustancia como medio de cumplimiento de la anterior
prohibición de uso. En la difícil tarea de armonizar las distintas posiciones
el Ministerio de Salud y Acción Social, elabora un proyecto legislativo, que a
criterio de quien suscribe se atrevería llamarlo de "transición", al
establecer un período que podría denominarse "puente" entre la
legalidad del uso del bromato de potasio y la prohibición del mismo. En el
mercado argentino ya se encuentran aditivos sustitutos que no reemplazan al
bromato en todas sus propiedades, pero son inocuos para la salud, entre ellos:
El ácido ascórbico; vitamina natural que actúa durante un lapso menor que el
del bromato de potasio, solo durante el amasado y la fermentación. El Código
Alimentario Argentino fija un máximo para su utilización de 200 gr/100 Kg
harina. La azodicarbonamida; su modo de actuar es rápido y breve, sólo durante
el amasado. Suele utilizarse en, mezclas con el anterior, potenciándose así la
efectividad de ambos y mejorando el resultado final.
El
Código Alimentario fija un máximo de 4.3 gr/100 kg de harina. Existen otros
sustitutos para el bromato de potasio, pero como su utilización no está
legislada, por ahora no se hallan permitidos en nuestro país, como sucede por
ejemplo con el yodato de potasio o calcio y aceto-peróxido. La experiencia
toxicológica con el bromato podría haber sido evitada si en Argentina se
hubiesen adaptado las normas propuestas en su momento por la FAO-OMS. Es de
esperar, que al igual que sucedió con el talio, las intoxicaciones con bromato
desaparezcan de la República Argentina en un plazo perentorio.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO, NO
ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"
ARISTÓTELES
LEGALES: El
autor no asume responsabilidad alguna por la descarga, copia, distribución,
modificación o alteración de los contenidos publicados, sean propios del mismo
o de terceros, los cuales pudieren estar protegidos por Copyright, Derechos de
Propiedad Intelectual, Derechos de Autor, o relacionados. La bibliografía general
de los temas expuestos, así como todos
los créditos fotográficos, están en poder del Autor y no se publican dada su
extensión, pero se enviarán por mail a los interesados que los solicitaren con
nota personal debidamente fundamentada.
Independientemente de si recibe tratamientos orales diarios o futuros de almacenamiento inyectable, requieren visitas al servicio médico para el tratamiento farmacológico y la vigilancia de la seguridad y la respuesta. Si los pacientes reciben un tratamiento lo suficientemente temprano, la esperanza de vida es casi normal, siempre y cuando el tratamiento exitoso continúe antes de que ocurra demasiado daño al sistema inmunológico. Sin embargo, cuando los pacientes interrumpen el tratamiento, el virus regresa a niveles más altos en la mayoría de los pacientes, a veces asociados con enfermedades graves, porque lo pasé e incluso aumenté el riesgo de muerte. El objetivo del tratamiento del orum es continuar, pero creo que mi gobierno ha fabricado millones de medicamentos ARV en lugar de encontrar una cura. para la terapia continua y el seguimiento. ARV solo no puede tratar el VIH porque es una célula de memoria CD4 de muy larga duración entre las células infectadas y posiblemente otras células que actúan como reservorios a largo plazo. El VIH puede esconderse en estas células sin ser detectado por el sistema inmunológico del cuerpo. Por lo tanto, incluso si el ART bloquea completamente las rondas de infección posteriores de las células, los reservorios infectados continúan antes del inicio del tratamiento, y el VIH de estos reservorios regresa si se detiene el tratamiento. El tratamiento con Ebilir ”puede significar una cura para la destrucción, lo que significa que el VIH puede permanecer en las células del reservorio, pero se eleva a niveles altos, se previene después del cese del tratamiento, elimina completamente el cuerpo del virus del reservorio o un tratamiento funcional contra el VIH. Cree que la enfermedad de Parkinson es una esperanza para las personas que sufren esquizofrenia, cáncer, escoliosis, fibromialgia, fluoro-toxicidad
ResponderBorrarSíndrome Fibrodisplasia Ossificans Progressiva.Fatal Insomnio familiar Factor V Leiden Mutación, Epilepsia Enfermedad de Dupuytren, Tumor desmoplásico de células redondeadas Diabetes, Enfermedad celíaca, Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, Síndrome de fatiga crónica, Síndrome de amidis cerebral. Enfermedad de Alzheimer, carcinoma adrenocortical. Alma, enfermedades alérgicas. El VIH, el herpes, la enfermedad intestinal inflamatoria, la enfermedad, la diabetes, la hepatitis, Tasha y yo hemos leído en línea cómo tratar a Tara, así que hablé con él a través de drituaherbalcenter@gmail.com. whatsapps +2348149277967 Creo que fue fácil durante dos semanas, tomé remedios a base de hierbas y pensé que el Dr. Itua no era muy bueno. ¡Sí lo es! Le agradezco mucho, así que te haré saber si estás sufriendo una enfermedad.
https://acristofaro.com/sasha-czack-biografia-hechos-vida-familiar-del-fotografo-y-ex-esposa-de-sylvester-stallone/
ResponderBorrarEl grupo de edad más afectado por la intoxicación es el comprendido entre los 30 y 39 años de edad. Predomina el sexo masculino (70%). En el 40% de los casos presentan períodos de latencia hasta la consulta menores a 2 horas. Entre media hora y dos horas aparecen los síntomas gastrointestinales. La pérdida de audición puede aparecer entre 6 y 24 horas. Entre dos y tres días puede aparecer la falla renal. La presentación del bromato de potasio es siempre en polvo, siendo la cantidad ingerida escasa en el 82.6%. La cantidad ingerida es un dato muy importante para poder predecir la evolución.
El compuesto aromático principal es el benceno. Su estructura actual es el híbrido de sus dos estructuras de resonancia, como se muestra en la siguiente figura. https://bibliotheque-du-capucin.com/como-identificar-un-compuesto-aromatico/
ResponderBorrar