Microbiología Predictiva
"Los
pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos"
Voltaire
MICROBIOLOGIA PREDICTIVA
La microbiología predictiva describe las distintas respuestas
microbianas de los alimentos a los diferentes ambientes. El control
microbiológico de los alimentos y de los factores que influyen en su deterioro
en cualquier punto de la cadena alimentaria cuenta con la microbiología
predictiva. Esta disciplina, conocida en algunos sectores también con el nombre
de ecología microbiana de los alimentos, describe las distintas respuestas
microbianas de los alimentos a distintos ambientes a partir de modelos
matemáticos y otros métodos numéricos y estadísticos. Los factores que influyen
en la contaminación de alimentos son varios. Por un lado, interviene la temperatura,
el pH o la actividad de agua. La mayoría de patógenos no crecen por debajo de
ciertas temperaturas y su modo de actuar es distinto también en función del
nivel de pH del alimento (ácidos o alcalinos) y de su estructura (mayor o menor
concentración de agua). Con la microbiología predictiva se establece un sistema
de control microbiológico que puede utilizarse en cualquier punto de la cadena
de producción, desde la granja a la mesa. Uno de los principales objetivos de
este sistema es predecir qué puede suceder durante el almacenamiento o el
procesado de alimentos.
Debe tenerse en cuenta que determinar la causa de contaminación
bacteriana en una etapa particular es una tarea compleja ya que antes deben
conocerse los motivos que hace que una bacteria crezca en unas determinadas
condiciones y no en otras. La Microbiología Predictiva surge como área
emergente de la Microbiología de alimentos, como alternativa frente a la
necesidad de acortar tiempos de respuestas, reducir costos económicos,
reemplazar metodologías dispendiosas y disminuir la laboriosidad en los
análisis de la Microbiología clásica. Es multidisciplinaria ya que se
fundamenta en las distintas teorías Matemáticas, Microbiología, Estadística,
Informática, Bioquímica, etc., con el fin de desarrollar, validar y aplicar
modelos matemáticos que permitan estimar las respuestas de los microorganismos
ante los cambios en diversos factores que les afecta. La microbiología
predictiva se basa en la premisa que las respuestas de los microorganismos ante
los cambios en los factores ambientales pueden ser reproducidas de forma
controlada en laboratorio, de esta forma, a través de diversos modelos
matemáticos es posible predecir cual será el comportamiento de estos
microorganismos cuando cambian las condiciones que les rodea.
La microbiología predictiva dio sus primeros pasos a principios de los
años 90 y desde entonces ha ido evolucionando para evaluar cuantitativamente
cuál es el comportamiento (crecimiento, supervivencia o inactivación) de
microorganismos en los alimentos en los diferentes momentos del proceso,
envasado y distribución, lo que ayuda a optimizar dichos procesos, desarrollar
tratamientos de inactivación, nuevas formulaciones de productos y condiciones
de conservación y envasado más seguras. Hoy día es una disciplina científica
establecida y reconocida. Para generar un modelo predictivo es necesario
obtener un conjunto de datos experimentales que serán utilizados para obtener
un modelo matemático que relaciona los parámetros respuesta del microorganismo como,
por ejemplo, la velocidad de crecimiento, con los factores encontrados en los
alimentos (pH, Aw, Temperatura, etc). Una de las áreas de la microbiología de
alimentos que más interés ha suscitado en las últimas décadas ha sido la
microbiología predictiva, ya que permite anticipar el efecto del cambio en
determinados factores medioambientales sobre el crecimiento o inactivación de
los microorganismos.
La
microbiología predictiva se sustenta en el desarrollo de modelos matemáticos o
probabilísticos de segunda generación y su introducción en la industria
requiere el desarrollo de software de fácil uso o lo que se denomina modelos de
tercera generación. En los últimos años, ha habido un gran desarrollo de la
modelización matemática y de la microbiología predictiva, ya que son
herramientas valiosas en la planificación de programas de análisis de peligros
y control de puntos críticos y toma de decisiones, proporcionando la primera
estimación del cambio esperado en la población microbiana cuando se exponen a
un grupo específico de condiciones. La microbiología predictiva es un campo de
estudio que combina elementos de microbiología, matemáticas y estadística para
desarrollar modelos que describan y predigan matemáticamente el crecimiento o
muerte de los microorganismos, cuando se les somete a condiciones
medioambientales específicas. La microbiología predictiva está basada en la
premisa de que las respuestas de poblaciones de microorganismos a factores
medioambientales son reproducibles y que por lo tanto es posible, interpolando
entre puntos, predecir el comportamiento de esos microorganismos para
condiciones que no han sido ensayadas. Las condiciones medioambientales
incluyen tanto a factores intrínsecos (pH, Aw , concentración de NaCl), como
los extrínsecos (temperatura o composición gaseosa).
El diagnóstico microbiológico está basado en técnicas de laboratorio que
requieren un tiempo asociado al crecimiento de los microorganismos, el cual
tiene un impacto desfavorable en la toma de decisiones, especialmente en la
industria. El tiempo requerido para la revitalización de las células y su
recuento a través de las Unidades Formadoras de Colonias (UFC), es de al menos
48 horas. Además, para la identificación de patógenos es común recurrir a
pruebas bioquímicas o de medios selectivos, lo cual conduce a esperar días o
incluso semanas para obtener resultados. Por tal motivo se han desarrollado
métodos rápidos para obtener resultados en menor tiempo, entre los cuales están
los propuestos por la Microbiología Predictiva. Puede ser utilizada para
modelar el crecimiento, sobrevivencia o muerte de los microorganismos en
función de los principales factores de conservación de alimentos, especialmente
cuando estos factores son utilizados de manera conjunta en los llamados métodos
combinados de conservación. En otras referencias, se sitúa el inicio del uso de
la Microbiología Predictiva en la década de 1930, cuando Scott estableció que
el conocimiento de la velocidad de crecimiento de ciertos microorganismos a
diferentes temperaturas era de vital importancia para los estudios sobre el
deterioro de la carne fresca.
Una vez obtenidos estos datos, se podía predecir la influencia relativa
ejercida por vanos organismos en el deterioro a cada temperatura de
almacenamiento. Scott entendió claramente el uso potencial de la acumulación de
datos cinéticos sobre la respuesta de los microorganismos, para predecir la
vida útil y la seguridad de los alimentos. Después de mucho tiempo de silencio
de la Microbiología Predictiva en la literatura científica, en las décadas de
1960 y 1970 los modelos predictivos fueron empleados para resolver problemas de
intoxicación alimentaria, en particular botulismo. Sin embargo, fue hasta la
década de 1980 cuando empezó el interés por la Microbiología Predictiva como
resultado de un masivo brote de toxiinfecciones alimentarias y, por
consiguiente, la conciencia pública de la necesidad de suministrar alimentos
sanos y seguros. Dos microorganismos patógenos transmitidos por los alimentos,
uno tradicional como es el caso de Salmonella y otro tipo emergente, Listeria
monocytogenes de origen psicótropo, favorecieron a situar a las investigaciones
alimentarias como una prioridad para los gobiernos de los Estados Unidos, Reino
Unido, Australia y Nueva Zelanda.
La microbiología predictiva es una herramienta que permite conocer el
comportamiento de los microorganismos en todo un rango de condiciones y
combinaciones ambientales distintas. Se basa en la aplicación de modelos
matemáticos para predecir el comportamiento de los microorganismos en un
alimento, según variables ambientales reproductibles, como el grado de acidez,
humedad, atmósfera, temperatura, cuyos efectos sinérgicos influyen entre sí
para ejercer un mayor o menor grado de protección frente a la alteración
microbiana. Una de las principales ventajas de la aplicación de modelos predictivos
es la versatilidad y flexibilidad que proporcionan, siendo una herramienta de
gran utilidad para fabricantes de alimentos a la hora de:
•Asegurar la calidad y seguridad alimentaria
•Tomar decisiones sobre el diseño y la composición de nuevos productos
(nuevas formulaciones de alimentos)
•Estimar la vida útil de los alimentos, en coherencia con la legislación
aplicable y, por lo tanto, poder predecir y actuar sobre el deterioro de los
alimentos. Los modelos predictivos microbiológicos son la base que se utiliza
en los análisis cuantitativos de riesgos.
Pasos para la obtención de un modelo predictivo de crecimiento
1. Elección de microbiota de interés: En una primera fase se deben de
obtener cultivos de los microorganismos o bien sus formas de resistencia
(esporas) objetivo del estudio, seleccionando los serotipos o cepas microbianas
de mayor importancia, aislados autóctonos, etc.
2. Determinación del rango experimental: Para la realización de modelos
es necesario establecer las condiciones experimentales que definen el alcance
del modelo, o rango de predicción, es decir, definir que parámetros (T; pH, Aw,
Concentración de conservantes; atmósfera) y en qué magnitud serán
estudiados.
3. Diseño experimental: Una vez definidos los parámetros, es necesario
definir las combinaciones de factores que serán experimentalmente estudiadas y
que proporcionarán robustez estadística para la obtención de los modelos.
4. Elección del modelo primario: El modelo primario define el
comportamiento del microorganismo en las condiciones a los que está sometido y
permite extraer parámetros de crecimiento, inactivación, producción de toxina,
alteración... del microorganismo que se utilizan para definir el modelo.
5. Obtención de datos experimentales: En esta etapa se generarán datos
primarios que proporcionan la base de los modelos. Es necesario obtener datos
de cada una de las condiciones a estudiar y que proporcionen una respuesta
definida por parte del microorganismo ante ellas.
6. Obtención del modelo secundario: Los parámetros obtenidos a partir de
la modelización de datos experimentales en los modelos primarios, utilizan para
obtener un modelo secundario que define el efecto de los parámetros estudiados
sobre la evolución del microorganismo y por tanto su respuesta a las
condiciones estudiadas.
7. Obtención del modelo terciario: Por último, se obtienen modelos
terciarios que sirven de interfase entre los parámetros que definen el modelo y
parámetros respuesta del microorganismo, como puede ser el tiempo necesario
para llegar a una determinada concentración en el alimento; producción de
toxina; rango que permite asegurar estabilidad etc.
La industria alimentaria está creando continuamente nuevos “hábitats”
para los microorganismos mediante el diseño y reformulación de alimentos,
atendiendo a la demanda de productos más frescos, naturales y sin conservantes
artificiales. La obtención de estos nuevos productos supone en muchos casos un
reto para las empresas que deben satisfacer a consumidores cada vez más exigentes
en cuanto a la calidad sensorial y funcionalidad de los alimentos, pero a su
vez asegurando que el producto en su conjunto posee las suficientes condiciones
barrera frente al desarrollo de microorganismos patógenos y alterantes. Conocer
cómo afectan los cambios en la composición de los alimentos, en la seguridad de
los mismos y en su estabilidad durante el almacenamiento es básico. Los modelos
predictivos son una manera rápida y eficaz de evaluar el potencial de
crecimiento de microorganismos. Los modelos predictivos en el campo de la
microbiología en ordenadores permiten estimar la tasa de crecimiento microbiano
y cómo se producirá el desarrollo de un microorganismo particular bajo
condiciones específicas. Algunas de las herramientas desarrolladas son un
software para predecir el deterioro e inocuidad de productos del mar (SSSP), un
sistema capaz de predecir la vida útil y el crecimiento bacteriano de
Listeria monocytogenes en estos productos, así como métodos para realizar una
evaluación cuantitativa del riesgo (ECR), destinado a la evaluación de riesgos
asociados con la contaminación microbiana de los alimentos.
En otros casos, los modelos se basan en datos generados en el
laboratorio, donde se analizan medios de cultivo microbiológicos con distintos
parámetros como el nivel de pH. Los modelos predictivos son una manera rápida y
eficaz de evaluar el potencial de crecimiento de microorganismos en condiciones
específicas. Para microorganismos como Salmonella o Clostridium botulinum, el
tiempo de crecimiento es uno de los parámetros más importante. La
interpretación de los perfiles de temperatura con programas informáticos
basados en modelos predictivos aporta información sobre la vida útil y
seguridad de los alimentos. Así, se trabaja en modelos basados en las
siguientes predicciones:
Temperatura. La temperatura tiene una fuerte influencia en el
crecimiento e inactivación de las bacterias. Temperaturas inferiores a los 5ºC
detienen la replicación de patógenos microbianos y retardan el deterioro de los
alimentos, mientras que temperaturas superiores a los 55ºC son letales para
ciertos patógenos.
Nivel de pH. Los niveles altos de acidez inhiben el crecimiento
bacteriano. Algunos acidulantes como el ácido láctico son capaces de inhibir
Listeria monocytogenes.
Actividad de agua. La actividad de agua (aw) es la cantidad de agua
libre en el alimento, es decir, el agua disponible para el crecimiento de
microorganismos y para que se puedan llevar a cabo diferentes reacciones
químicas. Tiene un valor que varía de 0 a 1; cuanto mayor es el valor, más alto
es el riesgo de crecimiento de bacterias, levaduras y hongos.
También conocida como ecología microbiana cuantitativa, la microbiología
predictiva es una disciplina científica que trata de describir la respuesta de
los microorganismos en los alimentos en función de los factores ambientales
(intrínsecos, extrínsecos y de procesado). Gracias a funciones y técnicas de
cálculo ofrecidas por las matemáticas y la estadística, esta rama científica
permite simular las condiciones del alimento examinado, cuantificando el
comportamiento de los microorganismos en un producto a lo largo del tiempo a
través de parámetros de crecimiento, supervivencia o inhibición. Asimismo,
permite estudiar los procesos bioquímicos relacionados con la producción de
metabolitos (toxinas, compuestos volátiles, etc.) ante situaciones de
combinación de factores de conservación y en distintos niveles de aplicación.
La preferencia de los consumidores hacia productos cada vez más “frescos” y más
“naturales” (o menos procesados), ha propiciado que en los últimos años la
industria agroalimentaria haya ido cobrando un interés creciente por esta área
de investigación.
Siendo una disciplina científica con una clara aplicación práctica en el
marco de la evaluación y gestión global de la seguridad alimentaria, la
microbiología predictiva permite entender y predecir el comportamiento de los
microorganismos durante todas las fases de la cadena alimentaria tales como el
procesado, el almacenamiento, la distribución, etc. En ese sentido, el enfoque
cuantitativo de la microbiología predictiva proporciona información objetiva y
cuantitativa útil en la toma de decisiones para planificación del sistema de
APPCC, diseño de nuevos procesos y reformulación de productos, planificación de
experimentos, etc. Así pues, se reconoce la microbiología predictiva como una
herramienta útil en el ámbito de la gestión de la seguridad de los alimentos,
tanto por parte de los diferentes sectores alimentarios como para las
autoridades reguladoras. Los modelos matemáticos constituyen simplificaciones
de la realidad. La temperatura, el pH y la actividad del agua se consideran los
parámetros que más afectan al comportamiento microbiano. Sin embargo, existen
casos en los que hay que tener en cuenta también otros factores intrínsecos
(aditivos conservadores como nitritos, ácidos orgánicos débiles y/o sus sales,
etc.) pero también extrínsecos (por ejemplo, las atmósferas protectoras) y de
procesado (las tecnologías de conservación como las altas presiones) para tener
un cuadro completo de la realidad que se quiera reproducir.
Los modelos matemáticos considerados en el ámbito de la microbiología
predictiva se pueden clasificar según distintos criterios, usos y finalidades.
Existen modelos probabilísticos (que permiten estimar los límites de
crecimiento / no crecimiento o producción/no producción de toxina), modelos
cinéticos de crecimiento, de supervivencia o de inactivación (para determinar
el número de microorganismos en función del tiempo). Tras ajustar la curva de
crecimiento microbiana mediante funciones matemáticas (modelos primarios) y
estudiar sus parámetros según cambios en las condiciones ambientales (modelos
secundarios), es posible modelizar el comportamiento microbiano en función de
la temperatura, el pH, la actividad del agua y otros factores,
independientemente del alimento. Desde un punto de vista práctico, con el fin
de transferir e impulsar el uso de los modelos predictivos por parte de las
empresas, es importante que los modelos primarios y secundarios se integren en
forma de paquetes informáticos interactivos y de fácil uso (a veces llamados
modelos terciarios). Actualmente, son diversas las herramientas predictivas
disponibles en la red (libre acceso), entre las que encontramos:
Pathogen Modeling Program (PMP), que contiene numerosos modelos de
crecimiento e inactivación de diferentes patógenos.
ComBase, una base de datos internacional donde se recogen y
actualizan constantemente datos sobre crecimiento microbiano en diferentes
condiciones. Esta interfaz presenta un formato sistemático simplificado, que
permite su posterior comparación con los modelos predictivos disponibles.
Además, permite la realización de predicciones en condiciones dinámicas de
temperatura, es decir en condición de fluctuación de la temperatura a lo largo
del tiempo. Es una base de datos europea iniciada en 2003 que recoge información
sobre las respuestas microbianas más probables ante diversas condiciones
ambientales. Uno de los principales objetivos por los que fue creada esta
herramienta ha sido facilitar las evaluaciones de riesgo y desarrollo de
modelos que permitan calcular el comportamiento de microorganismos cuando
reaccionan a condiciones ambientales. Los criterios que incluye esta base de
datos son el tipo de organismo, el alimento, el pH, la temperatura, la
actividad de agua y otras condiciones alimenticias específicas.
En 2011, un programa de software fue capaz de predecir la cantidad de
Salmonella que podía contener la carne de cerdo antes de que llegara a las
estanterías. Con el programa, los expertos del Departamento de Agricultura
estadounidense (USDA) rastrearon la bacteria, y otras contaminaciones
bacterianas, en la cadena alimentaria. ComBase, un proyecto del Centro de
Excelencia en Modelos Microbianos e Informática del USDA-ARS (CEMMI) trabaja
como un "laboratorio virtual" destinado a generar asociaciones para
avanzar en el uso de modelos predictivos de microorganismos en alimentos.
Seafood Spoilage and Safe Predictor (SSSP), elaborado para
predecir la vida útil y el crecimiento de los microorganismos específicos de
deterioro, histamina y de L. monocytogenes en diferentes productos de la pesca,
a temperatura constante o en condiciones de fluctuación de temperatura. El
modelo predictivo para L. monocytogenes ha sido recientemente validado para
otros alimentos, especialmente productos cárnicos.
Opti.form Listeria Control Model, pensado para
estimar los niveles de lactato y diacetato necesarios en productos cárnicos
para retardar y/o inhibir el crecimiento de L. monocytogenes.
Un aspecto fundamental en la microbiología predictiva, antes de poder
utilizar los modelos como herramientas predictivas para la toma de decisiones,
es su validación en términos de exactitud (error global) y sesgo (grado de
subestimación o sobreestimación de las predicciones). Para ello se deben
comparar las predicciones generadas por el modelo con observaciones reales
análogas y dentro del dominio experimental ensayado (por ejemplo, utilizando
los resultados de ensayos de inoculación o challenge), determinando de esa
manera el comportamiento del modelo en condiciones reales. A menudo, los
modelos de inactivación y crecimiento de los microorganismos son generados a
partir de experimentos llevados a cabo “in vitro” (es decir, en caldos de
cultivo) y sus estimaciones suelen sobreestimar la inactivación y el
crecimiento microbiano. El amplio margen de error de seguridad puede no ser
aceptable en términos de producción industrial, exigiendo la validación de los
modelos predictivos antes de tomar cualquier decisión de producción. Además, la
información obtenida a partir de los modelos matemáticos requiere la
interpretación por parte de microbiólogos expertos y conocedores de los
principios de la ecología microbiana.
Las perspectivas de futuro para esta disciplina sugieren que las
técnicas empleadas seguirán despertando el interés tanto de la comunidad científica
como de los operadores económicos y gestores del riesgo, con el objetivo de
trabajar conjuntamente para incrementar la seguridad y calidad de los
alimentos. Durante los años 1980 y parte de los 1990, diversos enfoques de
modelos cinéticos de crecimiento dominaron la escena de la Microbiología
Predictiva, pero en la actualidad es evidente el regreso de los modelos de
probabilidad de crecimiento, lo cual se puede atribuir a lo siguiente:
a) Reconocimiento de que la variabilidad de las respuestas en un tiempo
estimado (tiempo de generación y duración de la fase de latencia) no presenta
una distribución normal, pero comúnmente es descrita por una distribución
Gaussiana inversa, en donde la varianza de la respuesta es directamente
proporcional al cuadrado o al cubo del promedio de la respuesta al tiempo.
b) En el caso de patógenos potencialmente peligrosos (Escherichia coli O
157 :H7), en situaciones en las que el microorganismo se tiene en una dosis
infectante baja, se requiere de su conocimiento para recomendar condiciones que
eviten su multiplicación, por lo que la probabilidad de encontrar este tipo de
microorganismos es más importante que el conocer su velocidad de crecimiento,
máxima densidad de población o su tiempo de generación.
Los modelos predictivos se clasifican en función de su complejidad como
primarios, secundarios y terciarios. A continuación, se presenta una breve
descripción de estos tres tipos de modelos:
Modelos primarios: Los modelos primarios se ocupan de la descripción de
los cambios del número microbiano (crecimiento, multiplicación, inactivación),
en función del tiempo. Para la cuantificación de los microorganismos se pueden
incluir Unidades Formadoras de Colonias
(UFC), biomasa, medidas de
absorbancia, o niveles de los
metabolitos producidos. Muchos de los
modelos primarios que se han desarrollado
hasta ahora, son modelos que determinan la
cantidad de población microbiana. En estos
modelos, el desarrollo de un
número total de
células de una población
es descrito por
un sencillo conjunto de
parámetros: máximo valor de
crecimiento (A), velocidad de crecimiento (µm) y tiempo de latencia (A).
La bibliografía sugiere que la suma del
comportamiento de células de manera individual es igual al de la
población, y esto es lo que lleva al desarrollo de enfoques más
mecanísticos para la Microbiología Predictiva. Lo anterior
conduce a las técnicas de modelación probabilística, en las que los parámetros
del modelo están casualmente distribuidos dentro de la población total. Esto
significa que los parámetros del modelo son parte de una distribución
aleatoria, lo cual puede representar la variabilidad biológica entre las
células individuales. Los modelos de probabilidad se toman más útiles cuando el
tamaño del inóculo es pequeño y el tiempo de latencia individual es altamente
variable dentro de esta pequeña población. Como ejemplos de modelos primarios
se encuentran la ecuación de Gompertz, ecuación Baranyi y Roberts y el Modelo
lineal en tres fases.
Modelos secundarios. Los modelos predictivos secundarios caracterizan los
parámetros que aparecen en los modelos primarios, en función de las condiciones
del medio, como la temperatura, pH, aw, etc., observándose la interacción
entre dos o más factores sobre el crecimiento microbiano. Antiguamente, los
modelos secundarios para el tiempo lag sólo se referían al efecto que
presentaba la temperatura de incubación; sin embargo, en la
actualidad han surgido modelos que incluyen
otros factores relevantes como las condiciones de pre- enriquecimiento.
Otros autores han desarrollado modelos secundarios
independientemente del tiempo de generación y el tiempo de latencia, como
por ejemplo enfoques polinomiales (Gibson et al., 1988; Buchanan y
Philips, 1990; Zaika et al., 1998) y enfoques de redes
neuronales artificiales de baja complejidad (Zwietering et
al., 1994; Geeraerd et al., 1998; García-
Gimeno et al., 2002). Entre otros ejemplos de los modelos secundarios
están la ecuación de Arrhenius, los modelos de raíz cuadrada y el
modelo de superficies respuesta (Buchanan y Klawitter, 1991 ).
Modelos terciarios: Los modelos terciarios tienen
varias formas,
empezando por combinar los
dos primeros niveles de modelos (primario y
secundario), basados en experimentos de laboratorio. Un
ejemplo representativo de este tipo de modelos es el "Pathogen
Modeling Program", creado y puesto
a disposición de la comunidad
científica gratuitamente por la USDA; dicho modelo permite importar
una serie de datos de temperatura para predecir
la vida útil. Otro ejemplo es
el "Seafood Spoilage Predictor"
(Dalgaard et al., 2002), el cual incluye
a microorganismos deteriorativos
específicos para
alimentos del mar.
Finalmente, los modelos terciarios permiten incluso
incorporar modelos predictivos en una
red de
evaluación de riesgos
microbiológicos, como por ejemplo el SERA ("Salmonella
enteritidis Risk Assesment") del USDA. Los modelos terciarios
son informáticos.
Construcción de los modelos predictivos
La construcción de un modelo predictivo implica las siguientes etapas:
selección de cepas de microorganismos, generación de datos, aplicación de un
modelo primario, secundario o terciario
y validación del modelo aplicado. Las etapas iniciales
de este proceso son de fundamental importancia para la correcta aplicación del
mismo, por lo que se describen a continuación:
Selección de cepas de microorganismos. Existen varios
criterios que se emplean para elegir la cepa a utilizar para la
construcción de un modelo. Puede elegirse una cepa única o una mezcla de
diferentes cepas (cocktail). Las mezclas de cepas están siendo empleadas
ampliamente en los modelos predictivos, debido a que tienen una representación
más real de la situación que presenta un alimento. Antes de elegir una
cepa es muy importante poner en claro la intención a la que va dirigido el
modelo, por ejemplo: ¿El modelo se va a utilizar
para predecir el posible crecimiento de una especie de
patógeno en particular, o es un modelo de una flora de
microorganismos deteriorativos de un alimento específico?. El utilizar una cepa
que ya haya sido estudiada en otros experimentos científicos o incluso con el
propósito de crear otros modelos, proporciona la ventaja de tener conocimientos
sobre esa cepa en particular. Por otro lado, la elección de una cepa
aislada a partir de un alimento para el cual se quiere generar el modelo,
da la ventaja del conocimiento del producto.
La hipótesis de que la variación
entre cepas podría ser igual o
menor que la variación estadística
experimental, fue evaluada por Whiting y Golden
(2002). Ellos estudiaron el crecimiento, supervivencia,
inactivación y producción de toxinas de 17 cepas diferentes de
E.coli, y observaron que las variaciones entre cepas fueron mayores
que las incertidumbres relacionadas con el error
experimental. Salter et al.
(1998) compararon el crecimiento de E.coli M 23 no
patógena con el crecimiento de varias especies de E.coli
patógena, y sólo
encontraron pequeñas diferencias en las respuestas de crecimiento
entre las diferentes cepas.
El modelo generado resulta de gran
utilidad, ya que muchos investigadores no
tienen acceso a instalaciones de laboratorio adecuadas
para trabajar con cepas patógenas de E.coli, y el
modelo que predice el comportamiento de E.coli
M23 es capaz de describir el de cepas patógenas
de E.coli, incluyendo E.coli
0157H:7.
Método de recuento de células viables. El método más
utilizado para monitorizar el crecimiento de una población bacteriana es el
recuento de células viables. Sin embargo, como se
ha discutido anteriormente, el análisis
microbiológico convencional presenta varias limitaciones, entre las
cuales el tiempo requerido para la revitalización, enriquecimiento e incubación
de las muestras es probablemente la más importante.
Además, para la identificación de un microorganismo se requieren medios
selectivos y pruebas bioquímicas, lo que puede demorar el resultado por días o
incluso semanas. Debido a estas limitaciones, ha sido necesario recurrir
al desarrollo de métodos rápidos que permitan disponer de los
resultados en horas. Para la estimación exacta de
los parámetros de una curva de crecimiento son importantes el número
y la calidad de los recuentos hechos
por expertos técnicos. Para facilitar el recuento del
crecimiento microbiano se están desarrollando y estandarizando métodos
alternativos como citometria de flujo, turbidimetria, impedanciometria,
microscopía, entre otros. Al comparar con los recuentos viables, la
turbidimetria y la impedanciometria son considerados métodos
automáticos, los cuales permiten analizar un elevado número de
experimentos, mientras que la citometria de flujo y la microscopía
permiten obtener información adicional, como puede ser el estado
fisiológico de las células (Rasch,
2004).
Método de citometría de flujo. La citometria de
flujo permite la medición de diversas características físicas y
químicas de células individuales en suspensión, proporcionando así una
indicación de la heterogeneidad de una población de células eucariotas y
procariotas en cuestión de minutos (Davey y Kell, 1996; Alvarez-
Barrientos et al., 2000; Novo et al., 2000). Las células
individuales confinadas dentro de un chorro de agua pasan rápidamente por una
ventana de medición, en la cual varios parámetros
de millones de células por
segundo pueden ser medidos simultáneamente con alta precisión
(Vives- Rego et al., 2000). La dispersión de la luz refleja el
tamaño y la estructura celular, mientras que las mediciones de fluorescencia
permiten determinar el contenido celular de cualquier constituyente
que pueda ser marcado con un tinte fluorescente (Walber et
al., 1997). De esta manera, la citometria de flujo combina la
ventaja de ser una técnica de células individuales, con el poder de medir
millares de células en corto tiempo. Los
datos resultantes no sólo son un promedio de mediciones de células, sino
también son una distribución de los parámetros medidos en las células. Con
la citometria de flujo, la posibilidad de medición de una distribución de
datos da una estimación de la heterogeneidad de la
población microbiana y, de ese
modo, también la posibilidad de detectar subpoblaciones que, por ejemplo, son
resistentes a un tratamiento bajo ciertas condiciones de investigación.
El uso de la citometría de flujo en Microbiología Predictiva está
limitado por los costos de los equipos; sin embargo, existen reportes de
su uso. Tal es el caso de las investigaciones de Sorensen y Jacobsen
(1997), quienes usaron citometría de flujo para enumerar las células viables de
Debaryomyces hansenii en diferentes condiciones ambientales. Los
datos de crecimiento fueron empleados para modelar el
tiempo de latencia (A) y la máxima
velocidad de crecimiento (µmax), en función de la
temperatura, pH y concentración de NaCl.
Método de turbidimetría. La turbidimetria es un método empleado
para estudiar el crecmnento bacteriano a través de
mediciones de densidad óptica,
lo que permite tener una secuencia del crecimiento microbiano en
tiempo real. La densidad óptica o absorbancia se ha utilizado desde hace varios
años para medir la concentración, y es expresada en masa, número o longitud media
celular de suspensiones bacterianas. El fundamento de la
técnica es que las partículas pequeñas difractan la
luz, dentro de ciertos límites, de forma proporcional a su concentración.
Las mediciones se hacen con un fotómetro o espectrofotómetro. De acuerdo con
McMeekin et al. (1997), en la turbidimetria, el
crecimiento microbiano está relacionado con la turbidez del medio. Estos
autores resaltaron las limitaciones del método, siendo la más importante que un
recuento viable sólo puede hacerse si el equipo está calibrado para relacionar
la absorbancia con un número de microorganismos dado (Me
Meekin et al.,1997). Sin embargo, es posible identificar los
parámetros de crecimiento cuando el tamaño del inóculo está por debajo
del umbral de detección. Para este
caso es necesario conocer los recuentos celulares
iniciales y la ecuación de calibración (Bréand et al., 1997).
Método TTD (tiempos de detección). Este método
consiste en medir, después de un tratamiento térmico establecido, la
probabilidad de no crecimiento de una población de microorganismos en
suspensión en condiciones de cultivo determinadas. Se trata de un
análisis que permite evaluar el número más probable de supervivientes
(método indirecto). Este método depende de la temperatura y
el tiempo de tratamiento para lograr un
efecto fisiológico (Rasch, 2004).
Método de microscopía. La microscopía permite estudios directos de células
individuales, lo que hace posible dar un
seguimiento a la misma célula durante largos periodos de tiempo. La
microscopía ha ido ganado interés con el
desarrollo de programas computacionales como el de interferometría
óptica y el análisis de imagen. Una de las ventajas de este
método es que permite estudiar sistemas sólidos cuya situación es muy parecida
a la que presentan los sistemas alimentarios (Rasch, 2004). Hay pocos reportes
bibliográficos del uso de la microscopía en el modelado
predictivo. Sin embargo, existen comparaciones con el método TTD (tiempos
de detección) para la determinación de la fase de
latencia de células de Listeria monocytogenes (Martínez et al.,
2005). Se ha observado que la microscopía tiene ventajas sobre la TTD, ya
que es un método directo que permite la observación visual de la primera
división celular, mientras que la TTD depende del tiempo para la detección, la
tasa de crecimiento y la extrapolación regresiva a la célula individual.
Además, cualquier tratamiento que resulte en ausencia de la división celular no
será detectable a través del método TTD (Wu et al., 2000).
Validación de los modelos
La validación de los modelos predictivos puede hacerse de dos formas:
a) Validación matemática que verifica la
precisión de los modelos generados.
b) Validación en el alimento (sistema real), en la cual lo que se
requiere es demostrar que el modelo predice con exactitud el comportamiento de
los microorganismos durante el procesado, almacenamiento y distribución
(Geeraerd et al., 2004).
Es importante validar un modelo para evaluar la habilidad predictiva del
mismo (Geeraerd et al., 2004). La precisión de los modelos
se evalúa gráficamente cuando se enfrentan los valores
obtenidos en el laboratorio contra
las correspondientes predicciones del modelo.
Además, los valores del coeficiente de correlación (R2), el error
cuadrado promedio y los factores de sesgo y de
exactitud, se emplean como indicadores de la confianza de los modelos cuando se
aplican en alimentos (Giffel y Zwietering, 1999). Sin embargo, es
importante mencionar que aún cuando un modelo haya resultado
adecuado para predecir los datos experimentales, la aplicación de modelos
predictivos en alimentos todavía es cuestionable (Zhao et al., 2002).
Importancia de los modelos predictivos
Es interesante conocer cómo se emplean permanentemente los modelos
predictivos en la investigación científica, industria e inclusive
en la vida cotidiana. A continuación se mencionan
algunas de las aplicaciones más importantes de los modelos predictivos:
Los modelos predictivos ayudan a tomar decisiones inmediatas en el
reproceso de alimentos, por ejemplo, en eventos fuera de proceso tales como la
falta de sal en el producto o una inadecuada refrigeración del alimento.
Los modelos predictivos
ayudan a predecir el grado
crecimiento y/o sobrevivencia de algunos de los microorganismos de
interés (patógenos o deteriorativos), bajo condiciones normales de
almacenamiento, detectando de esta manera alguna falla en el proceso de
almacenamiento. También ayudan a estimar las fechas de caducidad en
términos de descomposición
microbiana (Peleg, 2006).
Los modelos predictivos
permiten identificar los puntos críticos de control en un proceso en el que se
ha implantado un programa de Análisis de
Riesgo y Control de Puntos Críticos (ARCPC).
Los
modelos
predictivos son herramientas
educativas, especialmente para personas no preparadas en el área de
Microbiología de Alimentos, porque a través
de ellos se
demuestra la importancia de mantener condiciones de
almacenamiento apropiadas 01an Impe et al., 2005). El Modelo Matemático,
es un análogo de una realidad física, por lo general más simple e idealizada,
es decir, es una abstracción de la realidad.
Esto es, que a través de una serie de ecuaciones o modelos matemáticos
se puede representar el entorno real, y predecir como se comportaran cada uno
de los agentes que interactúan en ese entorno cuando cambia uno o varios
factores que ejercen influencia sobre el objeto. Entonces, el objeto formal del
modelo matemático es entender ampliamente el fenómeno y tal vez predecir su
comportamiento en el futuro. La microbiología predictiva es la integración de
los conocimientos tradicionales de microbiología con las que se encuentran en
las disciplinas de matemáticas, estadística y sistemas de información y
tecnologías para describir el comportamiento microbiano con el fin de evitar la
descomposición de los alimentos, así como las enfermedades transmitidas por los
alimentos , además , son una manera muy rápida, eficiente y rentable de la
evaluación potencial para el crecimiento de microorganismos en condiciones
específicas sin necesidad de estudios prácticos.
Modelos Basados en Individuos: Consideran cada microbio como
individuo,una única y discreta entidad con más de una características de los
cambios a través de su vida.
Modelos Cinéticos: Consideran las tasas de respuesta (crecimiento o
muerte), como tiempo de demora ,tasa de crecimiento específico y la población
máxima densidad o la inactivación.
Modelos Empíricos: Es una relación lineal, es la raíz cuadrada de la
tasa de crecimiento promedio de un cultivo axénicos y la temperatura de cultivo
, para una variedad de organismos creciendo en sus respectivos rangos de
temperatura subóptimas.
La clasificación de los modelos, aun muestran una falta de claridad, ya
que ningún plan tiene el pleno apoyo de la comunidad científica, sin embargo
podemos elegir por adelantado la combinación más adecuada de condiciones de
stress para llegar a la formulación de un producto estable y asi evitar la
descomposición de mi alimento.
Conclusiones
El progreso de la Microbiología Predictiva en los últimos años ha sido
muy importante, de tal suerte que la Microbiología
Predictiva está siendo utilizada en una gran variedad de operaciones en el
ámbito de la investigación y la industria. Los modelos predictivos son ahora
una herramienta normal de investigación
y una ayuda valiosa para
evaluar y diseñar procesos de conservación de alimentos. Sin embargo, no es
todavía posible depender solamente de los modelos para determinar la seguridad
de los alimentos y su procesamiento. Las pruebas de laboratorio siguen siendo
necesarias para determinar inequívocamente el crecimiento, supervivencia o
muerte de los microorganismos inicialmente presentes en un alimento.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO
TANTO, NO ES UN ACTO SINO UN HABITO"
ARISTOTELES
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