Las Enterobacterias (Parte II)
"La explicación más sencilla es probablemente la explicación más correcta"
(Guillermo de Ockham)
(Guillermo de Ockham)
GENERO ESCHERICHIA
Como ya
fue mencionado E.coli puede integrar la flora normal, causar diarrea, infección
urinaria, meningitis, etc. Pero una cepa que causa diarrea no
causará infección urinaria ni meningitis. La versatilidad de este
microorganismo está dado porque E.coli ha adquirido conjuntos diferentes
de genes de virulencia. Es el indicador sanitario por excelencia y es un excelente ejemplo de que el
poseer un conjunto de genes es lo que hace que una bacteria sea patógena y no
la designación de género o especie. Se ha propuesto para E. coli agente de
diarrea, una clasificación de acuerdo a sus mecanismos de virulencia, los
llamados virotipos. Aunque arbitraria, esta clasificación es muy útil. Se
describen 5 virotipos:
1.
E. coli enterotoxigénico (ETEC)
2.
E. coli enteroagregativo (EAggEC)
3.
E. coli enteropatógeno (EPEC)
4.
E. coli enterohemorrágico (EHEC)
5.
E. coli enteroinvasivo (EIEC)
E.
coli enterotoxigénico (ETEC)
Se
parece mucho a V. cholerae, adhiere a la mucosa del intestino delgado, no la
invade, elabora toxinas que causan diarrea. No hay cambios histológicos en las
células de la mucosa y muy poca inflamación. Clínicamente hay diarrea acuosa,
vómitos y se puede acompañar de fiebre. Es la llamada infección no inflamatoria
del intestino delgado. Para adherirse a las células de la mucosa ETEC
produce diversos tipos de pili. Un tipo de ellos los llamados factores
antigénicos de colonización I y II (CFA/I yCFA/II) parecen contribuir
fuertemente a la colonización por estos microorganismos. Están aun en estudio
los receptores para estas adhesinas pero se piensa que son glicoproteínas. Los
genes que codifican para CFA están frecuentemente localizados en plásmidos. La
diarrea producida por cepas de ETEC es causada por la acción de dos diferentes
toxinas: toxina termolábil (LT) y toxina termoestable (ST). Hay dos LT y su
estructura y mecanismo de acción es el de la toxina colérica. Tienen
diferencias en la excreción de la célula bacteriana y en la regulación genética
de su síntesis. ST es una familia de pequeñas toxinas. Los genes que
codifican para LT y ST son portados por plásmidos. A menudo el mismo plásmido
lleva los genes de las adhesinas y toxinas.
E.coli enteroagregativo
(EAggEC)
Son
agentes de diarrea persistente. Las cepas de EAggEC se parecen a ETEC en que se
unen a las células intestinales, no son invasivas y no causan modificaciones
histológicas en las células de la mucosa. Difieren de ETEC en que no adhieren
en forma uniforme sino que lo hacen en pequeños agregados. Estas cepas
poseen unas estructuras fibrilares muy delgadas que se presumen son los pili de
adherencia. Aunque es posible que estos pili promuevan la adherencia de estas
bacterias entre sí, más que la adherencia a la célula del hospedero.
Poseen una forma de adherirse en agregados, produciendo una toxina
similar a ST llamada EAST (ST enteroagregativa). Otra toxina producida por
EAggEC es una toxina muy similar a una hemolisina producida por cepas de E.coli
que causan infecciones urinarias. Esta toxina no hidroliza eritrocitos pero
produce poros en las membranas celulares del hospedero.
E.coli enteropatógeno
(EPEC)
Es
causal de diarrea severa y de gran trascendencia en países subdesarrollados.
EPEC exhibe un patrón de adherencia en parches, pero no forma el mismo tipo de
agregados que EAggEC. A diferencia de las anteriores la adherencia de EPEC
produce alteraciones importantes en la ultraestructura de las células del
huésped. Las células a microvellosidades donde EPEC no se encuentra y estas
desaparecen en el sitio donde la bacteria está adherida. Este fenómeno se
refiere como de unión y borramiento y es el resultado de un reordenamiento de
actina en la vecindad de la bacteria adherida. EPEC es más invasora que las
anteriores y se produce una reacción inflamatoria. La diarrea producida
por EPEC es una enfermedad más compleja y se piensa que sucede en tres etapas.
En un inicio, hay una asociación de la célula bacteriana a la célula del
hospedero llamada unión no íntima, mediada por pili. Este pili llamado Bfp
parece no ser la única adhesina de EPEC. Posteriormente se producen
señales hacia el interior de la célula asociadas con activación de enzimas
celulares y aumento de los niveles de Ca++ intracelular, probablemente debido a
fosforilación de proteínas del citoesqueleto y la activación de enzimas
despolimerizantes de actina. La bacteria se asocia entonces más próximamente
con la célula del hospedero (unión íntima) produciéndose un reagrupamiento de
actina en la vecindad de la superficie celular. Histológicamente la deformación
de algunas microvellosidades y destrucción de otras se acompaña de la formación
de estructuras similares a pedestales en la célula por debajo del sitio de
adherencia de la bacteria. Estos pedestales son fibras densas de actina. La
unión íntima está mediada por una proteína de membrana externa llamada
intimina. Seguramente otras proteínas aún no identificadas se
encuentran también involucradas en este proceso. Algunas bacterias son
posteriormente internalizadas dentro de vesículas fagocíticas. Muchos de los
genes que codifican estos factores han sido localizados en plásmidos.
E.coli enterohemorrágico
(EHEC)
Se ha
reconocido recientemente a EHEC como responsable de cuadros graves. Estas cepas
causan una enfermedad que clínicamente se parece a la disentería producida por
Shigella, aunque probablemente no invade las células de la mucosa. La
enfermedad producida por EHEC puede complicarse con Síndrome Urémico Hemolítico
(SUH o HUS) que puede llevar al paciente a la muerte por falla renal aguda. E.
coli O157:H7 es el serotipo predominante en este grupo de EHEC. Se sabe
poco sobre las adhesinas, aunque se ha reconocido un fenómeno de unión y
borramiento similar a EPEC. Al igual que EPEC se produce una fuerte adhesión y
reorganización de actina. Una diferencia seria que EHEC produce toxinas
parecidas a la toxina Shiga, llamadas toxinas similares a Shiga (SLTs). Es
posible que la diarrea con sangre y HUS asociado a EHEC sea debido a la
producción de SLTs, aunque no sería raro la existencia de otros factores
intervinientes y aun no estudiados. El gen que codifica para SLT se encuentra
en un fago temperado, lo que permitiría a otras cepas productoras de diarrea
adquirir SLT y dar una forma mucho más grave de enfermedad. Una característica
importante como factor de diseminación, aunque no como factor de virulencia es
la posibilidad de la contaminación de carne durante la faena, que puede
mezclarse en la producción de hamburguesas, la mala cocción de estas en la
preparación de comidas rápidas, que ha llevado a la existencia de brotes en
países desarrollados.
E.coli enteroinvasivo (EIEC)
Produce
una enfermedad indistinguible de la disentería producida por Shigella. Los
pasos en la invasión y diseminación célula a célula parecen ser idénticos a los
de Shigella. A diferencia de Shigella no produce toxina de Shiga. No se han
descrito casos de HUS en relación a estas cepas, probablemente en relación con
la ausencia de toxina Shiga. Al igual que Shigella muchos de los genes
involucrados residen en un gran plásmido de virulencia. Las infecciones del
tracto urinario comienzan generalmente con la colonización de la uretra por
cepas originarias del colon previa colonización de la vagina. Una de las
mayores defensas del huésped es la acción lavadora de la orina. Las bacterias
que no se pueden adherir van a ser lavadas más rápidamente de la vejiga de lo
que tardan en multiplicarse. Por otra parte las bacterias que adhieren
están más cerca de la mucosa y tienen mayores facilidades para provocar
respuesta inflamatoria. Numerosas adhesinas de E.coli uropatógeno han sido
estudiadas. Pili tipo 1 contribuyen a la colonización de la vagina y parecen
intervenir muy poco en el aparato urinario. La adhesina más importante, sobre
todo en cepas que causan infección renal es pili P. Hay diversidad antigénica
en estos pili pero todos reconocen el mismo carbohidrato como receptor,
globobiosa. Este azúcar se encuentra unido a una ceramida anclada en la
membrana de las células del huésped. Estas cepas pueden poseer otras adhesinas
que no son pili. Por ejemplo adhesinas afimbriales (AFAI, AFAIII) o la adhesina
Dr que reconocen las tres al antígeno del grupo sanguíneo Dr como receptor.
En
general las cepas de E.coli uropatogénico producen múltiples adhesinas por
combinación de diferentes tipos de pili o diferentes serotipos del mismo
pili. Esto podría permitir a las bacterias adaptarse a diferentes
superficies mucosas y ambientales, brindándole un mecanismo de evasión de las
defensas del hospedero. En cuanto a la respuesta inflamatoria, hay evidencias
de que LPS junto a pili P actúen sinérgicamente provocando esta respuesta. Por
otra parte algunas cepas uropatogénicas de E.coli producen una exotoxina
llamada hemolisina porque lisaba eritrocitos aunque luego se vio que lisaba
otras células. Esta hemolisina (HlyA) pertenece a una gran familia de
hemolisinas llamadas RTX. Todas ellas actúan creando poros en las membranas
celulares de los eucariotas.
En el ratón las cepas que poseen HlyA y pili P
colonizan la vejiga, el riñón y matan dos tercios de los ratones testados, por
otra parte cepas isogénicas que producen solo pili P, colonizan pero no causan
daño renal ni muerte. Las cepas que no poseen pili y no producen
hemolisina no colonizan. Al menos en el modelo animal la hemolisina media el
daño renal. Los genes que codifican para pili P están agrupados en el
cromosoma. El conjunto contiene genes para la subunidad mayor (pap A), para las
proteínas del tip (pap E, F, G), para proteínas de procesamiento y ensamblado
(pap C, D, H, J, K) y proteínas reguladoras (pap B, I). Salvo el gen I los
demás forman un operón transcripto desde un solo promotor.Por otra parte los
genes para hlyA también están agrupados y en proximidad de los genes para pili.
A las regiones que contienen los genes de virulencia se las ha llamado Blocks
de genes de virulencia.
MECANISMOS
DE ACCIÓN DE E. COLI EN EL LUMEN INTESTINAL
Originalmente
descripta por Theodore Escherich en 1885 y llamada Bacterium coli commune, hoy
renombrada como Escherichia coli es uno de lo seres vivos más estudiados.
Algunas cepas poseen diversos grados de patogenicidad, lo que llevó a
profundizar los mecanismos relacionados a ella. Otros patógenos se adhieren a
la célula huésped pegándose a proteínas preexistentes pero, en Escherichia coli
enteropatógeno se encontró un mecanismo diferente, ya que manufactura e
inyecta su propio receptor en la célula huésped para adherirse a continuación.
Las proteínas que intervienen se nombran con el prefijo Esp (de Enteropatgenic
Escherichia coli Secreted Proteins).
La superficie de las células epiteliales
del intestino esta cubierta de microvellosidades, extensiones de la célula que
incrementan la superficie destinada a la absorción de nutrientes. Escherichia
coli (en color púrpura) se engancha a la superficie de la célula epitelial del
intestino (en marrón) por medio de los pili (tetherlike pili). Los pili están
constituidos por hebras de largas proteínas filamentosas que pueden adherirse a
las microvellosidades de la superficie de las células intestinales. Una
vez en contacto con la bacteria desparecen las microvellosidades de una zona de
la superficie celular, la bacteria entra en estrecho contacto con la superficie
de la célula intestinal y comienza la siguiente fase del proceso de infección.
La bacteria usa ahora un sistema especializado de inyección a fin de enviar
algunas de sus propias proteínas al interior de la célula. Este sistema de
inyección es fascinante y esta compuesto por numerosas proteínas. En este caso
se esquematiza un sistema inyector Tipo III, el cual esta especializado para
bombear cosas a otras células. La bacteria usa este sistema inyector como una
jeringa e inyecta proteínas bacterianas en la célula, forzándola a cooperar con
su propia infección.
Un tubo que hace las veces de aguja (en púrpura)
denominado EspA, se proyecta desde la bacteria desde la bacteria a la
superficie de la célula intestinal. Ahora dos proteínas (en verde) denominadas
EspB y EspD viajan a través del tubo para formar una abertura en la membrana de
la célula intestinal por medio de la cual proteínas bacterianas adicionales se
mueven dentro de la célula configurando un poro. Cuando este proceso se
completa la bacteria inyecta una proteína (en rojo) denominada Tir dentro de la
célula.
Una vez dentro de la célula la proteína Tir se inserta en la membra
celular y la "cabeza" de la misma se proyecta mas allá de de
superficie celular y se adhiere a a una proteína de la superficie bacteriana
denominada intimina (las "ventosas" azules). Ahora la bacteria esta
adherida a la membrana de la célula intestinal, y para la misma siguen los
problemas. La proteína Tir resulta fosforilada por mecanismos pertenecientes a
la célula intestinal (esferas azules) y comienza el siguiente paso: la
formación del "pedestal".
La bacteria está ahora adherida
firmemente a la superficie celular por la interacción entre las proteínas Tir e
intimina. Comienza ahora la formación del pedestal, un proceso notablemente
activo. Otra proteína, perteneciente al citoesqueleto de la célula intestinal
(en anaranjado) se adhiere a la porción de la proteína bacteriana Tir que se
encuentra dentro de la célula. Una vez que ello sucede, comienzan a
formarse largas hebras de actina (esferas amarillas). Los filamentos de actina
se forman directamente debajo del lugar donde la bacteria se encuentra adherida
a la célula intestinal. A medida que los mismos se alargan empujan a la
membrana de la célula intestinal hacia arriba y la bacteria queda suspendida en
la cima del pedestal formado.
Cuando numerosas bacterias
enteropatógenas se han adherido comienzan los síntomas de la infección
(diarrea). Se cree que algunas de las proteínas inyectadas por Escherichia
coli, como la EspB, interfieren los mecanismos de señales de la célula
huésped lo cual lleva, eventualmente, al desarrollo de lesiones
ultraestructurales y a la diarrea secretoria observada durante la infección (Las imágenes corresponden
a escenas de la Animación realizada bajo la dirección científica de B. Brett
Finlay, PhD y por Dennis Liu, Ph.D como Director. (BioInteractive´s Animation
Console. http://www.hhmi.org/grants/lectures/)
ESCHERICHIA
COLI EN EL MARCO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Su
comportamiento y su difusión, al ser un microorganismo intestinal, se
asocia a Salmonella, por lo que las medidas preventivas básicas a tomar
son similares para ambos casos. Esto es, debe extremarse la higiene personal,
sobre todo en el caso de ser portadores del patógeno, y evitar el consumo de
alimentos crudos o poco o deficientemente cocinados. Su detección, por
otra parte, es relativamente simple por los sistemas de control rutinario de
cualquier laboratorio. Aunque la normativa actualmente vigente no lo exija, desde
distintos sectores se ha venido insistiendo en la necesidad de aplicar estas
rutinas con el fin de limitar un riesgo considerado evitable. El control se
plantea de forma especial para con los alimentos crudos como para la carne y
sus derivados, el pescado y sus derivados, y los vegetales.
La simple presencia de este microorganismo, o un recuento superior a 100 ufc/g o ml indicará una contaminación fecal con el consiguiente riesgo de que existan cepas patógenas. Aunque en general las enteritis cursan de forma característica (colitis hemorrágica afebril), la causada por la bacteria verotoxigénica da lugar a manifestaciones variables que van de formas muy leves a formas graves con sangre (colitis hemorrágica). Se ha podido constatar que la fiebre es relativamente frecuente en los casos de enteritis causada por la variante O157:H7, así como la complicación con el Síndrome Hemolítico Urémico. Los mecanismos por los cuales se producen no se conocen con precisión. La infección por E. coli verotoxigénica parece ser de distribución universal, aunque irregular, pero su prevalencia solamente se conoce con cierto detalle en los Estados Unidos, Canadá, Argentina y Europa Occidental, ya que en el resto de países no ha sido estudiada sistemáticamente. Diversos autores han estudiado en España la frecuencia de E. coli O157:H7 como causante de diarrea y se ha podido demostrar que ésta es muy baja, probablemente entre el 0,1 y 1% de las diarreas estudiadas. Normalmente se detectan casos esporádicos aunque no son raros los brotes epidémicos y en general, no obstante, su número y extensión son limitados.
La enfermedad se transmite por vía feco – oral y el vehículo más frecuente de infección humana es la carne de bovino, fundamentalmente las hamburguesas poco cocinadas. También se ha documen-tado la infección vehiculada por otros alimentos como carne de pavo, salames, leche, yogur, mayo- nesa, ensaladas, vegetales crudos y agua. Los brotes epidémicos son frecuentes en diversos países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Argentina y Japón, entre otros. La transmisión de persona a persona también ha sido demostrada y la dosis infectante mínima se estima alrededor de las 100 bacterias. Las distintas formas de Escherichia coli suelen ser resistentes a las temperaturas extremas y a los ácidos débiles.
Los bóvidos parecen constituir el principal reservorio de E. coli O157:H7, encontrado con diferentes prevalencias que oscilan, en animales sanos, entre el 7% y el 30% de los casos estudiados. Pa-rece que estas cepas no son patogénicas para los animales, aunque algunos investigadores las en-cuentran con más frecuencia en aquellos que tienen diarrea. La prevalencia de otros serotipos de E. coli verotoxigénicos en los animales se desconoce, aunque hay informes de su aislamiento en bó-vidos, óvidos, cabras, perros y gatos. Desde 1986, diversos grupos han efectuado estudios prospectivos en nuestro país, que muestran una incidencia muy baja de E. coli verotoxigénica inferior al 0,3% de los pacientes estudiados. Con respecto a los vegetales que se cultivan abonándolos con estiércol animal, hasta hoy se consideraba que, después de la recolección, había que proceder al lavado de las verduras frescas, normalmente con la incorporación al agua de desinfectantes, como el hipoclorito de sodio (lejía) o la mezcla de peróxido de hidrógeno y ácido peracético. Sin embargo, las autoridades sanitarias de EEUU han comprobado que los lavados prescritos se han mostrado totalmente ineficaces contra este microorganismo.
La simple presencia de este microorganismo, o un recuento superior a 100 ufc/g o ml indicará una contaminación fecal con el consiguiente riesgo de que existan cepas patógenas. Aunque en general las enteritis cursan de forma característica (colitis hemorrágica afebril), la causada por la bacteria verotoxigénica da lugar a manifestaciones variables que van de formas muy leves a formas graves con sangre (colitis hemorrágica). Se ha podido constatar que la fiebre es relativamente frecuente en los casos de enteritis causada por la variante O157:H7, así como la complicación con el Síndrome Hemolítico Urémico. Los mecanismos por los cuales se producen no se conocen con precisión. La infección por E. coli verotoxigénica parece ser de distribución universal, aunque irregular, pero su prevalencia solamente se conoce con cierto detalle en los Estados Unidos, Canadá, Argentina y Europa Occidental, ya que en el resto de países no ha sido estudiada sistemáticamente. Diversos autores han estudiado en España la frecuencia de E. coli O157:H7 como causante de diarrea y se ha podido demostrar que ésta es muy baja, probablemente entre el 0,1 y 1% de las diarreas estudiadas. Normalmente se detectan casos esporádicos aunque no son raros los brotes epidémicos y en general, no obstante, su número y extensión son limitados.
La enfermedad se transmite por vía feco – oral y el vehículo más frecuente de infección humana es la carne de bovino, fundamentalmente las hamburguesas poco cocinadas. También se ha documen-tado la infección vehiculada por otros alimentos como carne de pavo, salames, leche, yogur, mayo- nesa, ensaladas, vegetales crudos y agua. Los brotes epidémicos son frecuentes en diversos países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Argentina y Japón, entre otros. La transmisión de persona a persona también ha sido demostrada y la dosis infectante mínima se estima alrededor de las 100 bacterias. Las distintas formas de Escherichia coli suelen ser resistentes a las temperaturas extremas y a los ácidos débiles.
Los bóvidos parecen constituir el principal reservorio de E. coli O157:H7, encontrado con diferentes prevalencias que oscilan, en animales sanos, entre el 7% y el 30% de los casos estudiados. Pa-rece que estas cepas no son patogénicas para los animales, aunque algunos investigadores las en-cuentran con más frecuencia en aquellos que tienen diarrea. La prevalencia de otros serotipos de E. coli verotoxigénicos en los animales se desconoce, aunque hay informes de su aislamiento en bó-vidos, óvidos, cabras, perros y gatos. Desde 1986, diversos grupos han efectuado estudios prospectivos en nuestro país, que muestran una incidencia muy baja de E. coli verotoxigénica inferior al 0,3% de los pacientes estudiados. Con respecto a los vegetales que se cultivan abonándolos con estiércol animal, hasta hoy se consideraba que, después de la recolección, había que proceder al lavado de las verduras frescas, normalmente con la incorporación al agua de desinfectantes, como el hipoclorito de sodio (lejía) o la mezcla de peróxido de hidrógeno y ácido peracético. Sin embargo, las autoridades sanitarias de EEUU han comprobado que los lavados prescritos se han mostrado totalmente ineficaces contra este microorganismo.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO, NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"
ARISTOTELES
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