GUÍA PRACTICA DEL LABORATORIO MICROBIOLOGICO DE AGUAS Y ALIMENTOS (PARTE 6)
ENTEROBACTERIAS y ESCHERICHIA COLI
Los
alimentos para que se consideren de buena calidad higiénica deben estar exentos
de microorganismos peligrosos, pero en general no es posible examinar los
productos o alimentos para investigar la presencia de todos y cada uno de tales
organismos. Esto se puede resolver determinando organismos indicadores, como
coliformes y enterococos. Por lo que se refiere a los coliformes, la presencia
de E. coli en un alimento indica
generalmente una contaminación de origen fecal. Así E. coli es un indicador clásico de la presencia de patógenos
entéricos en agua, moluscos, productos lácteos y otros alimentos.
De
la muestra madre a anlizar, debidamente homogeneizada, se siembra en una placa
de Petri estéril, 1 ml de ésa solución (siembre en profundidad), y luego se
coloca una capa de Agar VRBG o VRBL a 45° C. Cuando solidifica se le coloca una
segunda capa del mismo agar sobre la anterior (siembra en doble capa). Se
incuba por 24 hs a 37° C y se cuentan las colonias de coliformes totales que
serán rosadas por ser éste un medio específico para contaje de las mismas. Se
aplicará el factor de dilución utilizado y el criterio microbiológico para cada
alimento, según lo normatizado en el CAA.
Para
determinar la presencia de Escherichia coli, se sembrarán 10 ml del
homogeneizado primario en 10 ml de Caldo BRILA, incubándose 48 hs a 44° C. Si
hay formación de gas y viraje del color verde del medio al amarillo, se presume
la presencia de E. coli, la cual debe confirmarse repicando en siembra por
estrías y en superficie sobre una placa de Agar EMB de Levine que se incubará
por 24 hs a 37° C (las colonias de E. coli son de 2 ‑ 3 mm de diámetro de color
oscuro y con un brillo verde metálico muy característico en Levine). Asimismo
se reconfirmarán las colonias, tipificándolas con las pruebas bioquímicas de
rigor.
Las principales bacterias coliformes son
Escherichia coli y Enterobacter aerogenes. La primera se encuentra normalmente
en el tracto gastrointestinal del hombre y de los animales y raramente aparece
en otro lugar, mientras que E. aerogenes se asocia normalmente con la
vegetación y solo ocasionalmente aparece en el intestino. En el análisis del
agua E. coli es el indicador clásico de la posible presencia de patógenos
entéricos. Hay una relación directa entre el número de E. coli e intensidad de
la contaminación fecal, cuanto mayor es el número, mayor es la contaminación;
esto es así porque los microorganismos no se multiplican en el agua y su número
disminuye lentamente, a no ser que acaezca una nueva contaminación. En los alimentos la presencia y
concentración de E. coli es de menor significado y su presencia, incluso en
mayor número, no implica necesariamente una contaminación fecal intensa
reciente. Su número está influenciado por muchos factores como crecimiento
actual en el alimento, equipo deficientemente limpiado y contaminación a partir
de las personas. Por lo tanto todo lo que puede concluirse con muchos alimentos
es que la contaminación fecal, directa o indirecta, tuvo lugar en alguna fase
de su obtención y que la seguridad sanitaria del alimento es cuestionable. La
detección y enumeración de E. coli se lleva a cabo en tres fases. La primera,
recuento presuntivo de coliformes, implica la enumeración de coliformes, tanto
fecales como no fecales, en medios selectivos que pueden describirse brevemente
como medios nutritivos que contienen agentes selectivos, como antibióticos,
colorantes o productos químicos que suprimen el crecimiento de muchos
microorganismos, pero permiten crecer a los organismos seleccionados,
resistentes a los agentes citados.
Del
origen fecal de esta bacteria se concluye que su presencia en un alimento
indica que éste ha tenido contacto con, y por tanto está contaminado por,
materia de origen fecal. La supervivencia de estas bacterias en medios no
entéricos es limitada por lo que su presencia indica una contaminación
reciente. Por estas razones, E. coli es el microorganismo índice ideal
para la detección de contaminaciones recientes.
La identificación del grupo coli – aerogenes
se hace mediante la detección de microorganismos capaces de fermentar lactosa a
44º C en presencia de un 2% de bilis y de cristal violeta (Caldo BRILA). En
alimentos tratados también conviene comprobar la presencia de coli – aerogenes
mediante la producción de gas en verde brillante con 2% de lactosa, aunque esto
no indica claramente contaminación fecal debido a los múltiples orígenes de las
bacterias de este grupo.
No es recomendable el uso del concepto de
«coliformes fecales» definido por las que crecen en presencia de sales biliares
a 44º C porque el grupo no está definido taxonómicamente y las diferencias
experimentales en los procesos de detección son muy críticas. Las bacterias de este grupo pueden entrar en
un proceso de autoesterilización debida a la producción de ácidos en sus
procesos de fermentación, ácidos que terminan por matarlas. Por ello es
necesario utilizar medios tamponados.
En muchos casos es necesario hacer un
tratamiento de recuperación de los microorganismos dañados en los procesos de
preparación del alimento. E. coli es un buen índice mientras que las
coliformes en general sólo son buenos índices si los números son
inaceptablemente altos. Esto es debido a que el origen de E. coli es
únicamente intestinal, mientras que las coliformes pueden tener muchos otros
orígenes.
La detección de E. coli es muy
importante en el análisis de aquellos alimentos compuestos en los que el
tratamiento de cada una de las partes haya sido diferente. A partir de 1920, se
introdujo la utilización del grupo total de las bacteria del grupo coli –
aerogenes o coliformes como marcadores en análisis microbiologico de la leche
pasteurizada y de los helados, basándose en el principio de que un tratamiento
térmico adecuado habría de eliminar todas las bacterias presentes en este grupo
y de que el envasado debería impedir la recontaminación del producto.
Para resolver estos problemas, el
científico, Ingram; recomendó la distinción de dos grupos de microorganismos
marcadores ("marker. organisms"). En primer lugar, el grupo cuya
presencia en un alimento indica la posible presencia simultanea de
microorganismos patógenos ecológicamente relacionados. Tales organismos
marcadores son denominados índices. Desde entonces como índice de posible
presencia de microorganismos patógenos de procedencia entérica (entre ellos,
Salmonella) en el agua y en los alimentos.
Mucho mas tarde, se introdujeron ciertos
grupos de bacterias con el propósito de poner de manifiesto deficiencias en la
calidad microbiología de un determinado alimento en términos mas generales. Por supuesto que un determinado marcador
puede funcionar como índice o indicador, incluso en un mismo alimento. Por
ejemplo, la presencia de números significativos de ufc de E. coli en camarones
o gambas precocidos y congelados pone de manifiesto: a) un tratamiento de
inocuidad inadecuado, por lo tanto función indicadora, b) Presencia posible de
indicadores de microorganismos patógenos de procedencia enterica, función de
índice para microorganismos significativos en cuanto a la salud, riesgo
derivado de las industrias donde los camarones fueron procesados.
En el momento actual, es posible la
determinación directa de casi todos los microorganismos patógenos entericos. No
obstante, existe todavía en la microbiología moderna analítica de los alimentos
para pruebas o determinaciones adecuadamente diseñadas de microorganismos
marcadores, a demás de buscar o aislar microorganismos patógenos.Damos algunas
razones que lo justifican:
- El fallo en la determinación de entorobacteriacea patógenas
concretas tienen un significado alto (limitado), debido a la frecuente
distribución muy irregular de estos microorganismos en los alimento y a la
falta de fiabilidad de las tecnicas de aislamiento.
- Por otro lado, no es posible en un laboratorio no especializado
detectar la presencia en los alimentos de ciertos agentes patógenos
entericos, tales como el virus de la Hepatitis A, y los helmintos.
- Además, aun cuando falten en efecto todos los agentes patógenos
entericos en una alicuota adecuada de una partida de alimentos este
resultado tiene únicamente significado de lo que se refiere a partida o
lote en cuestión.
La familia de las enterobacteriáceas
comprende muchos géneros de los que unos se caracterizan porque fermentan la
lactosa (por ej., Escherichia y Enterobacter) y otros por no hacerlo (por ej.,
Proteus no enteropatógeno, Serratia, Salmonella y Shigella). Mossel et al.
(1963) sostienen que hay una estrecha correlación entre los recuentos totales
de enterobacteriáceas y el grado de contaminación fecal, sobre todo por
salmonelas; debido a las muchas discrepancias encontradas cuando se utilizaron
otras pruebas más convencionales para coliformes, sugirieron que sería mejor
emplear el recuento total de enterobacterias.
Las discrepancias observadas con las pruebas
para coliformes fueron: (1) si el producto sólo contuviera Salmonella sp., los
resultados obtenidos serían falsos; (2) en ocasiones predominan las estirpes de
E. coli no fermentadoras; (3) a veces las cepas no producen gas aunque ataquen
a la lactosa; (4) en todo caso la definición de coliformes es demasiado
inconsistente y por lo tanto está justificada la nueva prueba.
La prueba, tal y como la sugieren Mossel et
al. (1963), implica un enriquecimiento en BGBB de las muestras del alimento
homogeneizadas (la razón de este enriquecimiento se da en la sección
siguiente); el BGBB empleado en esta prueba es una modificación del empleado
para confirmar los coliformes, en el sentido de sustituir la glucosa por la
lactosa ya que por definición todos los miembros de las enterobacteriáceas,
atacan a la glucosa con producción de gas. La incubación tiene lugar a 37º C durante 24
horas, lo que va seguido normalmente de siembras de los caldos con crecimiento
(esto es, turbios) en placas de agar de MacConkey modificado o en Agar rojo
violeta bilis (VRBG o VRBL); la modificación consiste en la sustitución del
azúcar. Todas las colonias que muestran un color
característico rojo o púrpura se consideran enterobacteriáceas.
Es necesario insistir en que la presencia,
incluso de un número sustancial, de microorganismos indicadores no significa
con certeza que haya ocurrido la contaminación fecal de los alimentos
procesados; también puede indicar un procesado inadecuado, una contaminación
posterior o unas condiciones de procesado antihigiénicas, especialmente si los
alimentos se han almacenado a temperaturas que permiten el crecimiento
microbiano.
El empleo de las enterobacterias (coliformes
y no coliformes) como microorganismos indicadores se basa en que estas
bacterias son destruidas por los tratamientos de pasteurización, térmicos o
clorado de las aguas con gran facilidad. Por esto, la presencia de altos
valores de enterobacteriáceas en los alimentos es síntoma de fallos en el
proceso de elaboración o de conservación que pueden acarrear riesgos para el
consumidor.
Su empleo como indicadores es preferible al
simple análisis de coliformes (bacterias lactosa positivas) porque la
frecuencia de estos últimos puede ser menor, su determinación incierta (caso de
cepas de Escherichia coli fermentadoras lentas o caso de cepas no
fermentadoras en Enterobacter) y a la menor sensibilidad de las pruebas
para coliformes. El desarrollo de métodos específicos para la
detección de enterobacteriáceas totales puede ser una buena estrategia en
función de la relación costo / beneficio. Esta detección puede ser la única que
se lleve a cabo en regiones con pocos recursos analíticos.
Siempre que sea posible hay que completar el
estudio con el análisis específico de enteropatógenos y hay que valorar los
riesgos de la presencia de "falsos positivos" (altos valores de
enterobacteriáceas sin presencia de enteropatógenos, lo que apoya su
utilización como indicadores en vez de como índices) y de "falsos
negativos" ( presencia de Salmonella spp. cuando los valores de
enterobacteriáceas son bajos).
En la mayoría de los casos estudiados se ha
comprobado que el recuento de enterobacteriáceas supone una garantía suficiente
para el consumidor.; en cualquier caso, los resultados son más fiables que
cuando se utilizan como indicadores sólo los recuentos de coliformes porque
éstos últimos suelen ser más bajos y, por lo tanto, más sujetos a error.
Metodología: Los métodos generales son el
uso del Agar con Cristal Violeta, Rojo Neutro, Bilis y Glucosa como medio
selectivo y, como medio de enriquecimiento, Caldo tamponado con Cristal
Violeta, Bilis y Glucosa. En estos medios, la Bilis supone el agente selectivo
principal ayudado por el colorante Cristal Violeta; el rojo neutro es indicador
de pH para detectar la fermentación. Hay que tener en cuenta la posible presencia
de organismos dañados por la situación biológica del alimento (baja aw,
bajo pH), por las condiciones desfavorables de almacenamiento (caso de
microorganismos no esporulantes, frío, congelación) o por el tratamiento por
calor.
Hay que distinguir tres niveles de
identificación: 1º Fase de
presunción o probabilidad (detección de microorganismos que crecen en
Agar-Cristal-Violeta-Rojo-Neutro-Bilis-Glucosa o microorganismos productores de
gas en caldo con Verde Brillante); 2º
Fase de confirmación (detección de microorganismos con respuesta positiva en
medio de MacConkey); y 3º, Fase
de determinación (pruebas finales de fermentación de la glucosa y prueba de la
oxidasa).
AEROBIOS MESOFILOS
Son todas aquellas
bacterias aerobias o anaerobias facultativas, mesófilas o psicrófilas capaces
de crecer en agar nutritivo. Se investigan por el método de recuento en placa
con siembra en profundidad, que se basa en contar el número de colonias desarrolladas
en una placa de medio de cultivo sólido (Agar para recuento en placa o PCA),
donde se ha sembrado un volumen conocido de la solución madre o sus diluciones
(1 ml) , incubadas a 37° C durante 24 hs.
Se deberán contar todas las colonias
desarrolladas en cada placa. Si se ha sembrado más de una dilución se
seleccionará la que proporcione entre 30 y 300 colonias, descartando las demás.
El recuento no se efectuará en placas que contengan menos de 30 colonias,
excepto en aquellas sembradas con solución sin diluir. Los recuentos "totales" expresan
el número por gr o ml de (ufc), de alimentos obtenido en determinadas
condiciones de cultivo en medio sólido incubado en aerobiosis. No existe una
relación directa entre la flora aerobia y la posible presencia en los alimentos
de microorganismos patógenos de procedencia intestinal, ni tampoco de otros
agentes de infecciones e intoxicaciones alimentarias de diversas procedencia.
En realidad un recuento alto de ufc en un alimento indica que, probablemente,
ha estado conservado en condiciones de tiempo y temperatura que han permitido
el desarrollo de microorganismos. La simplicidad de la técnica hace que el
recuento de la placa en flora aerobia viable sea un paso inicial frecuente en
el análisis microbiológico de los alimentos.
Es importante primero, elegir adecuadamente
la temperatura de incubación. En segundo lugar, ha de utilizarse un medio de
cultivo adecuado. En alimentos no obtenidos por fermentación, conviene un agar
infusión que permitirá incluso el crecimiento de los microorganismos de cultivo
más difícil, por ejemplo el medio de uso múltiple con tween 80 ("all
purpose tween= APT) ó el agar tamponado glucosa treptona peptona de soya con
extracto de levaduras.
En alimentos congelados y en los
conservadores en refrigeración, los recuentos de la flora bacteriana
psicrotrofa pueden relacionarse con las condiciones de conservación y son
indicativos de la calidad bacteriológica en estos productos. En algunos
alimentos tales como, los envasados al vacío, esta indicado el recuento de la
flora anaerobia mesófila, no debe utilizarse el tioglicolato sódico en los
medios para el recuento de anaerobios.
Los resultados de este análisis permiten:
Verificar efectividad de los
procedimientos de limpieza y desinfección.
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Determinar si las temperaturas aplicadas
en los procesos fueron las adecuadas.
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Determinar el origen de la contaminación
durante los procesos de elaboración de los alimentos.
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Verificar condiciones óptimas de
almacenamiento y transporte.
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Obtener información acerca de la vida útil
de los alimentos.
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Indicar alteración incipiente en ciertos
alimentos.
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El análisis de los alimentos para determinar
la existencia, tipo y número de microorganismos es básico para la microbiología
de alimentos. Sin embargo ninguno de los métodos utilizados habitualmente
permite determinar el número exacto de microorganismos que existe en un
determinado alimento.
El recuento en placa con siembra en
profundidad es el método más utilizado para la determinación del número de
células viables o unidades formadoras de colonias (ufc) en un alimento, pero
deben hacerse en función de uno de los siguientes factores:
- método de muestreo utilizado
- distribución de los microorganismos en la muestra
- naturaleza de la microflora del alimento
- naturaleza del alimento
- antecedentes del alimento
- adecuación nutricional del medio de cultivo
- temperatura y medio de incubación
- pH, aw, potencial de oxidación
reducción del medio
- tipo de diluyente utilizado
- número relativo de microorganismos en la muestra
Los recuentos de microorganismos viables se
basan en el número de colonias que se desarrollan en placas previamente inoculadas
con una cantidad conocida de alimento e incubadas en unas condiciones
ambientales determinadas. Estos recuentos no pueden considerarse como recuentos
totales ya que solo son susceptibles del contaje aquellos microorganismos
capaces de crecer en las condiciones establecidas. Se puede conseguir una
amplia gama de condiciones variando la temperatura, la atmósfera, la
composición del medio y el tiempo de incubación.
Un recuento bajo de aerobios mesófilos no
implica o no asegura la ausencia de patógenos o sus toxinas, de la misma manera
un recuento elevado no significa presencia de flora patógena. Ahora bien, salvo
en alimentos obtenidos por fermentación, no son recomendables recuentos
elevados.
Un recuento elevado puede significar:
- Excesiva contaminación de la materia prima
- Deficiente manipulación durante el proceso de
elaboración
- La posibilidad de que existan patógenos, pues
estos son mesófilos
- La inmediata alteración del producto
El recuento de mesófilos por lo tanto, y
esto es lo más importante: NOS INDICA LAS CONDICIONES DE SALUBRIDAD DE ALGUNOS
ALIMENTOS.
Métodos
normalizados: ISO 4833 Directiva general para el recuento de microorganismos. Método por
recuento de colonias a 30º C: Este método se basa en la siembra en profundidad
en un medio de cultivo definido, vertido en dos placas de Petri, con una
cantidad determinada de muestra si el producto a examinar es líquido, o con una
cantidad determinada de suspensión madre en el caso de otros productos.
En las mismas condiciones, siembra de las
diluciones decimales obtenidas de la muestra o de la suspensión madre.
Incubación a 30º C, en aerobiosis durante 72 horas. A partir del número de
colonias obtenidas en las placas de Petri, calcular el número de
microorganismos por mililitro o por gramo de muestra.
Método AF V
08-051: Método
de rutina para el recuento de microorganismos. Método de recuento de las
colonias a 30º C. Este método se basa en la siembra en profundidad en un medio
de cultivo definido, vertido en una placa de Petri, con una cantidad
determinada de muestra si el producto a examinar es líquido, o con una cantidad
determinada de suspensión madre en el caso de otros productos. En las mismas
condiciones, siembra de las diluciones decimales obtenidas de la muestra o de
la suspensión madre. El recuento podrá ser realizado utilizando un sembrador
espiral (NF V08-100) Incubación a 30º C, en aerobiosis durante 72 horas. A
partir del número de colonias obtenidas en las placas de Petri escogidas,
calcular el número de microorganismos por mililitro o por gramo de muestra.
Los microorganismos aerobios mesófilos son la flora
total compuesta por bacterias, hongos filamentosos y levaduras, aerobios
estrictos o facultativos que presentan unas características térmicas
intermedias. Con este análisis se refleja la calidad sanitaria e higiénica de
la elaboración del alimento. Altos recuentos no son aconsejables salvo en el
caso de los productos fermentados. Tasas de 106 ó 107 gérmenes/g indican
descomposición del producto. Para llevar a cabo el análisis microbiológico de
los microorganismos aerobios totales, se utiliza un medio general para que
puedan crecer todos los microorganismos que interesan. Existen medios generales
como el PCA (Plate Count Agar), TSA (Triptosa Soja Agar) o AN (Agar Nutritivo)
en los que se encuentran todos los nutrientes necesarios para que crezcan la
inmensa mayoría de los microorganismos.
Otros medios son selectivos y diferenciales como el
VRBG (Violeta rojo bilis glucosa) para la determinación del género
Enterobacteriaceae. De esta forma, con la composición de ese medio, crece el
género nombrado anteriormente pero no la gran mayoría de los demás ya que o no
contiene todos los nutrientes necesarios para el resto o bien contiene algún
elemento que les impide el crecimiento. Lo ideal sería que existieran medios
que permitieran crecer únicamente al microorganismo cuya determinación se lleva
a cabo, pero esto suele ser un ideal que no se suele alcanzar y las pruebas
microbiológicas suelen ir acompañadas de confirmaciones bioquímicas para
asegurar que la determinación se ha realizado sobre el microorganismo que
interesa.
En este caso, el análisis se realiza con PCA y se
suele llevar a cabo con una dilución del orden de 10-5 aunque es variable según
el tipo de alimento. En primer lugar se toman 25 g. de una muestra
representativa del producto total si es que éste es sólido, y se añade 225 ml.
de agua peptonada en una bolsa estéril de Stomacher, y tras someterlo a
homogenización, ya tenemos lista la dilución 10-1 de la muestra. A continuación,
se realiza tantas diluciones como sean necesarias tomando 1 ml. de la dilución
anterior y anadiéndola a un tubo de ensayo que contenga 9 ml. de suero
fisiológica y así sucesivamente. Es muy importante que antes de que se tomen las
muestras para verterlas bien en otro tubo de ensayo o bien en una placa de
petri, se homogenice bien la muestra ya que los microorganismos tienden a
concentrarse en la parte baja del habitáculo donde se encuentran por
sedimentación. Se toman tantas pipetas estériles como diluciones sea preciso
realizar
En el caso de la siembra en masa, se vierte el ml
de muestra en la placa de petri y a continuación se vierten unos 15 ml de PCA
líquido que está contenido en una botella que está en baño para que se mantenga
a temperatura superior a su punto de fusión. A continuación, se homogeniza
moviendo la placa de petri en el sentido de la agujas del reloj y al contrario,
y en forma de cruz. Y a continuación se deja reposar hasta que se solidifique
el agar por disminución de su temperatura a la del ambiente.
Finalmente, se invierte la placa para que no se
produzca condensación y se introduce en una estufa a 30ºC que es la temperatura
óptima de crecimiento para lo que pretendemos determinar durante 72 horas.
Pasado este tiempo, se saca la placa de la estufa y se hace un recuento de las
colonias. Cuando se ha vertido el ml. de muestra sobre la
placa de petri, en ella están contenidos un número determinado de
microorganismos que no son apreciables a la vista. Sin embargo, una vez que se les
incubado a su temperatura óptima de crecimiento, pasado el tiempo se ha dado
crecimiento bacteriano por lo que a partir de cada microorganismo individual se
obtiene una colonia compuesta por millones de microorganismos que sí que se
pueden contar a simple vista (las colonias). Por ello, cuando se dan los
resultados de la muestra, se dice UNIDAD FORMADORA DE COLONIA ya que cada
microorganismo ha formado una colonia. En el caso de la siembra en superficie, primero se
vierte el PCA en la placa de petri y se deja solidificar. Una vez ha
solidificado el agar se vierte 1 ml. ó 0,1 ml de muestra y se extiende con un
Ansa de Drigalski por el agar hasta que éste lo absorbe y entonces es cuando la
placa ya está lista para ser incubada.
ENTEROCOCOS
Como antes se ha indicado, los
enterococos comprenden dos especies encontradas en los intestinos humanos y
animales, concretamente Streptococcus faecalis y S. faecium. El primero se
encuentra fundamentalmente en el intestino humano, mientras que el segundo se
encuentra tanto en el hombre como en los animales. Los enterococos se emplean a
veces como indicadores de contaminación fecal en el análisis del agua; una de
las ventajas sobre E. coli es que mueren más lentamente y uno de los
inconvenientes que se encuentran con más frecuencia que aquel en ambientes no
fecales y por lo tanto su aislamiento no indica tan claramente contaminación
fecal.
Se ha señalado con frecuencia que en
los alimentos los enterococos constituyen una mejor indicación del estado
sanitario que E. coli; generalmente se recuperan antes que los coliformes,
sobre todo en los alimentos congelados y en los deshidratados, así como en los
que han sufrido un tratamiento térmico moderado. Sin embargo, esta mayor
capacidad de recuperación rebaja su valor como microorganismos indicadores, ya
que su presencia, por ejemplo, en los alimentos tratados por el calor, tiene
poco valor si otros microorganismos patógenos menos termoestables, como las
salmonelas, se han destruido durante el tratamiento térmico.
Se dispone de muchas técnicas para el
aislamiento y enumeración de enterococos que generalmente se basan en el empleo
de la azida de sodio como agente selectivo y a menudo en temperaturas de
incubación altas (44º C). Ejemplo de medio corrientemente utilizado es el KF
Streptococcus agar (Difco) que, además de los nutrientes corrientes, contiene
también cloruro de tetrazol, ingrediente que da a las colonias color rojo; la
incubación se realiza a 37º C durante 48 horas.
Como alternativa puede utilizarse
caldo de glucosa azida, incubando a 44º C y llevando a cabo el recuento con la
técnica del MPN y tablas de probabilidad. Los tubos en los que se aprecia
producción de ácido se consideran positivos (N.B. los enterococos no originan
gas a partir de la glucosa). Generalmente no se necesita la identificación de
la especie ni de la estirpe. La
enumeración de bacterias o grupos de bacterias indicadoras de contaminación
fecal es utilizada para valorar la calidad sanitaria de alimentos, sedimentos y
aguas destinadas al consumo humano, la agricultura, la industria y la
recreación. No existe un indicador universal, por lo que los especialistas
deben seleccionar el apropiado para la situación específica en estudio. Dentro
del rango de los indicadores se encuentra el grupo de bacterias coliformes, E.
coli, colifagos, Bifidobacterium sp., Clostridium perfringens y el grupo
estreptococos fecales.
Los
microorganismos mencionados anteriormente se encuentran formando parte de la
flora intestinal del tracto gastrointestinal del hombre y en los animales de
sangre caliente; son excretados en sus heces, de ahí que su presencia en el
ambiente indique contaminación de origen fecal y el riesgo de aparición de
gérmenes patógenos.
Los estreptococos
fecales han sido utilizados por las autoridades sanitarias de diferentes países
para evaluar la calidad sanitaria de sus recursos naturales. En el pasado, el
principal papel de este grupo de microorganismos fue la utilización de la
proporción coliforme fecal/estreptococo fecal como un indicador de la
naturaleza de la fuente fecal; sin embargo, factores como: las diferencias de
los rangos de muerte en el ambiente entre estos dos indicadores, la
supervivencia variable de los grupos de especies de estreptococos fecales y los
métodos para la determinación de estos últimos, hizo que su empleo fuera
cuestionable.
El término
enterococos fue utilizado por primera vez en 1899 por Thiercelin para describir
diplococos grampositivos de origen intestinal que formaban pares o cadenas
cortas. Estos microorganismos fueron clasificados dentro del género
Streptococcus como Streptococcus faecalis por Andrewes y Horder en 1906. Un
segundo microorganismo fecal, Streptococcus faecium, que presentaba
características similares al anterior fue descripto por Orla – Jensen en 1919. El
género Streptococcus es un grupo heterogéneo de bacterias grampositivas con
gran significación para la medicina y la industria, son esenciales en procesos
industriales y lácteos y como indicadores de contaminación. Varias especies son
importantes desde el punto de vista ecológico como parte de la flora microbiana
normal del hombre y los animales, otras pueden ser causa de infecciones que
varían en un rango de subagudas a agudas hasta crónica. Sherman en 1937,
propuso un sistema de clasificación que separaba este género en cuatro
divisiones: pyogenes, láctico, viridans y enterococo.
Este
esquema se correlacionó con el propuesto sobre bases serológicas por Lancefield
en 1933, quien designó los grupos como A, B, C, D, etc. donde los enterococos
reaccionaban con el antisuero grupo D. Aunque en la actualidad es evidente que
los términos estreptococos fecales, enterococos y estreptococos grupo D no
poseen igual significado, han sido utilizados como sinónimos en la bibliografía
especializada. Los estreptococos fecales incluyen a los estreptococos de origen
fecal; el grupo enterococo generalmente se refiere a S. faecalis y sus
variedades y S. faecium; mientras que en los estreptococos del grupo D se
incluyen todos lo estreptococos que poseen el antígeno grupo D significativamente
enterococos, además de S. bovis y S. esquinus. En
1984, Schleifer y Kilpper Balz demostraron con evidencias genéticas basadas en
estudios de hibridización DNA-DNA y DNA – rRNA que S. faecalis y S. faecium
debían ser transferidos a un género diferente, lo cual había sido sugerido
previamente por otros investigadores, y la taxonomía de Streptococcus varió
sustancialmente al ser dividido en tres géneros: Lactococcus, Streptococcus y
Enterococcus. Se clasificaron las especies antes mencionadas en este último
género.
Desde
el establecimiento del género Enterococcus con los estudios quimiotaxonómicos y
filogenéticos realizados, se han transferido y descrito nuevas especies en este
género por lo que su complejidad aumenta y la diferenciación de algunas de estas
especies resulta problemática debido a la coincidencia de características
fenotípicas. Los enterococos son cocos grampositivos, catalasa negativa,
inmóviles, anaerobios facultativos y no forman endosporas ni cápsulas. Entre
las características fisiológicas que distinguen al género Enterococcus se
encuentra la habilidad para crecer en presencia de 6,5 % de CLNa; a 10° C y 45°
C y pH 9,6. Son capaces de hidrolizar la esculina en presencia de 40 % de bilis
y poseen la enzima pyrrolidonyl arylamidasa.
Desafortunadamente,
no existe una característica de las mencionadas que sea única para este género;
las cepas de bacterias en forma de cocos, Gram positivos y catalasa negativa de
los géneros Streptococcus, Lactococcus, Aerococcus, Gemella, Leuconostoc y Lactobacillus
pueden mostrar una o más de las características típicas del Enterococcus. El
género Enterococcus se ha revelado como causa de infecciones nosocomiales y de
una variedad de infecciones adquiridas en la comunidad, además de ser
intrínsecamente resistentes a un número de agentes antimicrobianos. Entre las
especies de mayor importancia clínica se destacan, Enterococcus faecalis que
constituye el 85 – 90 % de los aislamientos en la mayoría de los laboratorios y
Enterococcus faecium del 5 – 10 % de las cepas detectadas clínicamente.
Las
especies de origen fecal o intestinal pertenecen principalmente a dos géneros:
Enterococcus y Streptococcus. Se propone que sea adoptado el término
«enterococos y estreptococos intestinales» como principal grupo indicador de
riesgo para la salud pública. Existen 14 especies de los géneros Enterococcus y
Streptococcus que se consideran de origen fecal o intestinal. En un ensayo
comparativo realizado a gran escala en 1995 se redujo a cuatro especies:
Enterococcus faecium, Enterococcus faecalis, Enterococcus durans y Enterococcus
hirae en un intento para reducir la variabilidad.
A
causa de los cambios en la taxonomía de Streptococcus y Enterococcus hay una
pérdida de información sobre el recobrado de las diferentes especies de
enterococos y estreptococos intestinales en los medios de cultivos ampliamente
utilizados para el monitoreo de rutina. Los métodos para la enumeración de
estreptococos fecales en muestras de aguas fueron desarrollados antes de estos
cambios, por lo que es necesario evaluar el valor de cada una de las especies
como indicador de contaminación fecal y estudiar cómo estos microorganismos
crecen en los medios usados comúnmente en el análisis higiénico de las aguas. Por
lo general, los procedimientos empleados en aguas consisten en el
enriquecimiento en medio líquido de acuerdo con el método del número más
probable y la técnica de filtración por membrana.
En
el primero se ha determinado que los medios que contienen azida de sodio
producen los mejores resultados; en cuanto al segundo, más de 70 medios han
sido propuestos para la determinación de estreptococos fecales por dicha
técnica. No ha sido posible obtener un medio completamente selectivo para todos
los estreptococos y enterococos.
Los
medios selectivos usualmente están constituidos por un agente como la azida de
sodio, un antibiótico (con frecuencia gentamicina o kanamicina) o sales
biliares y un indicador que puede ser esculina o tetrazolium. La incubación a
temperaturas elevadas (44° C) tiene también un efecto selectivo para algunos
enterococos. La composición de los medios selectivos más comunes no es la más
adecuada para el recobrado de Streptococcus sp. Hay diversidad de opiniones en
cuanto al valor de los estreptococos fecales como indicador de contaminación
fecal. En
investigaciones realizadas en países tropicales se plantea que estas bacterias
pueden estar presentes de forma natural en las corrientes y no reflejan
necesariamente el grado de contaminación de dichas aguas por lo que se
considera la hipótesis de que la fuente de la alta concentración de bacterias
indicadoras en las corrientes es el suelo.
Por
otra parte, los riesgos asociados con las actividades en aguas naturales
destinadas a la recreación en los que se incluyen enfermedades del tracto
respiratorio superior y enfermedades gastrointestinales, infecciones del oído e
infecciones de la piel han ocasionado que algunos investigadores de Canadá
recomienden como el indicador más apropiado en aguas marinas el grupo
enterococo, porque sobreviven en ellas más que los coliformes fecales, también
son elegidos cuando hay un tiempo o distancia considerable entre la fuente de
contaminación fecal y el área de baño. Además, existe una correlación positiva
entre la enfermedad gastrointestinal y los niveles de enterococos en aguas
marinas, aunque la ausencia de ellos no indique carencia de riesgo.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que el valor principal de los
estreptococos fecales en el examen de la calidad del agua potable es como indicadores
adicionales de la eficiencia del tratamiento, además de ser valiosos para los
controles corrientes después del tendido de nuevas cañerías maestras o cuando
se reparan los sistemas de distribución, para detectar contaminación de las
aguas subterráneas o de superficie por las escorrentías.
La
relativa resistencia de los enterococos a condiciones adversas como la
tolerancia a condiciones extremas de temperaturas, pH y salinidad, es ventajosa
cuando se determina la historia sanitaria de alimentos moderadamente
calentados, congelados, salados u otro alimento o bebida en los cuales los
coliformes pueden no haber sobrevivido. Sin embargo, a causa de la habilidad de
los enterococos para crecer en ambientes lejanos de la fuente original de
contaminación fecal se recomienda precaución y discreción en atribuirle una
significación al número y tipo de enterococos y estreptococos fecales presentes
en los alimentos.
La
presencia de algunas especies en el género Enterococcus que al parecer no
tienen relación con la materia fecal, disminuye el interés por los enterococos
como indicadores de la inocuidad de los alimentos, por lo que se revisa su
utilidad en el control de la higiene y la calidad de los alimentos. En
estudios futuros resulta necesario determinar si las especies de enterococos y
estreptococos intestinales reportadas en los últimos años se encuentran
solamente asociados con contaminación fecal o se presentan en forma natural,
con el objetivo de valorar la importancia de este grupo de bacterias como indicador
para evaluar la calidad sanitaria de muestras ambientales en países tropicales.
como siempre muy buen material de aprendizaje..gracias
ResponderBorrarMUCHAS GRACIAS, Y DE RECORDATORIO PARA LOS QUE YA PEINAN CANAS........
ResponderBorrarGracias Santiago. Lo podrías subir en formato PDF?
ResponderBorrarBUENAS NOCHES DIEGO. ESTE ES UN LIBRO INCUNABLE DE MI AUTORIA QUE DATA DE 2007 Y LO VOY ACTUALIZANDO CAPITULO A CAPITULO. ME RESULTA IMPOSIBLE PASARLO TODO A PDF PERO PUEDES TOMAR TODAS LAS ACTUALIZACIONES SEMANALES QUE SACO, Y UTILIZARLO CITANDO LAS FUENTES, MUCHAS GRACIAS. AL FINALIZAR LAS ENTREGAS, SE PUBLICARA ADEMAS LA BIBLIOGRAFIA RECTORA. SUERTE.
ResponderBorrarDoctor Baggini, que opina usted de la recomendación de no lavar el pollo para evitar la contaminación por Campylobacter?
ResponderBorrarLE CONTESTO CON UNA PREGUNTA ADRIANA: CUANTOS MILLONES DE POLLOS SON LAVADOS POR DÍA ???.....HABRÍA UNA PANDEMIA DE CAMPYLOBACTER.........QUE EL ÁRBOL NO TAPE EL BOSQUE. SI SEDEBEN TENER, PRECAUCIONES DE HIGIENE Y UN MÍNIMO DE SENTIDO COMÚN. SALUDOS CORDIALES.
ResponderBorrarMEJORES APPS PARA HACKEAR FACEBOOK https://isopatent.com/mejores-apps-para-hackear-facebook/
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