LAS ENTEROBACTERIAS (Parte 3)
Género Shigella
Estas son bacterias estrictamente humanas. Como sucede
frecuentemente esta adaptación, se producen pérdidas de funciones. Shigella, que
por hibridación se encuentra tan cercana a E.coli que podrían todas pertenecer a
una misma especie, a diferencia de ésta es auxótrofa, inmóvil, poco
glucidolítica y prácticamente no produce gas en la fermentación de la glucosa.
Shigella, que debe su nombre al científico japonés Kiyosi Shiga (1871 - 1957) que la descubrió en 1897, es
un tipo de bacteria que puede infectar el aparato digestivo. Hay cuatro grupos
diferentes de Shigella que pueden infectar a los humanos, algunos de
ellos provocan una enfermedad leve y otros, cuadros más graves.
En base a los caracteres bioquímicos y
antigénicos, estas 4 especies: S. dysenteriae, S. flexneri, S. boydii y S.
sonnei, se subdividen en serotipos sobre la base
de un factor somático O característico.
Shigella produce una enfermedad inflamatoria aguda
del colon con diarrea sanguinolenta, Shigelosis, que en su presentación más característica
se manifiesta como una disentería. Este síndrome clínico está caracterizado por
deposiciones de poco volumen con mucus, pus y sangre; cólicos y tenesmo,
acompañados de fiebre.
Se transmite de persona a persona
directamente por las manos contaminadas o indirectamente por alimentos o agua
contaminados con heces humanas. Se necesita una dosis infectante pequeña para
causar enfermedad; frecuentemente unas pocas centenas de bacterias ingeridas
son suficientes para provocarla.
En el adulto sano es una enfermedad
autolimitada aunque molesta; en los niños pequeños y de poblaciones marginadas puede
ser una enfermedad grave que lleve al niño a la muerte. Se trata de una
enfermedad más frecuente en poblaciones con mal saneamiento. Un porcentaje de
los enfermos pueden complicarse, presentando alteraciones neurológicas o fallo
renal (SUH), esto ultimo cuando se trata de S. dysenteriae.
Shigella es un buen modelo de enfermedades en las cuales
la bacteria invade las células del hospedero, se replica en el citoplasma de
estas células y se disemina de célula a célula. Existen dificultades al no
poseer un modelo animal claro, salvo el mono, para estudiar los factores de
virulencia. La mayoría de las investigaciones han utilizado cultivos celulares
(células HeLa, macrófagos o fibroblastos de pollo), el test de la queratoconjuntivitis
de Sereny realizado en el ojo del cobayo y ensayos en asa ileal aislada de
conejo.
En estudios realizados en células HeLa, la
bacteria se adhiere en una primera etapa a las células del hospedero.
Probablemente los receptores sean proteínas llamadas integrinas. Esta
adherencia provoca reorganización de la actina (proteína mayor del citoesqueleto
de la célula del huésped), polimerización y formación de filamentos no solubles
en la vecindad de la unión bacteriana. Esto provoca la formación de seudópodos y de
esta forma células normalmente no fagocíticas de la mucosa ingieren las
bacterias adheridas.
Esta invasión es mejor descrita como fagocitosis
inducida. Jugando el papel activo la célula del hospedero, la bacteria tiene un
papel relativamente pasivo luego de la estimulación inicial. Luego de ingeridas,
las bacterias se liberan de su vesícula de endocitosis y se multiplican en el
citoplasma de las células. Posteriormente las bacterias utilizan filamentos de
actina en su vecindad y comienzan a moverse a través de la célula del
hospedero. Eventualmente las bacterias pueden diseminarse a células adyacentes.
Esto se ha llamado Ics (diseminación
intercelular, en inglés: intercellular spread). En este movimiento se polimeralizan filamentos de actina
en uno de los extremos de la bacteria, creando colas similares a cometas que
propelen las bacterias a través del citoplasma.
Una proteína bacteriana alojada en la membrana
externa, llamada IcsA se
requiere para este movimiento. IcsA se
localiza en un extremo de la bacteria y tiene actividad ATPasa. Eventualmente
la bacteria puede tomar contacto con la membrana que separa dos células,
protruir y escapar a la célula vecina. En trabajos realizados en células
polares, Shigella
no se une a los polos apicales de estas células diferenciadas. Las
integrinas se encuentran solo en la superficie basal de la mucosa. Por lo que
otro modelo se ha propuesto para la entrada inicial de Shigella. Esta se haría en tres etapas.
En primer lugar Shigella atraviesa la mucosa través de
las células M de las placas de Peyer, células fagocíticas naturales cuyo papel
principal es tomar antígenos del lumen intestinal por fagocitosis y presentarlos
al tejido linfoide subyacente de las placas de Peyer. En una segunda etapa Shigella usa
sus invasinas para invadir las células de la mucosa desde abajo, donde están
ubicadas las integrinas, para en una tercera etapa diseminarse a células
adyacentes, causando la muerte de estas células e inflamación.
La forma como se produce la muerte de las
células no esta del todo aclarada. Por un lado cuando las bacterias están
multiplicándose en forma intracelular disminuyen los niveles de ATP de la
célula y aumentan dramáticamente los niveles de piruvato indicando una alteración
del metabolismo energético. Por otra parte Shigella puede inducir la muerte
celular programada en los macrófagos, un fenómeno llamada apoptosis lo que sugiere
otra vía de muerte celular y, por supuesto, de inflamación. LPS contribuiría
también al daño celular.
La toxina Shiga producida por S. dysenteriae es
uno de los factores aun no del todo aclarados. Experimentalmente actúa como
enterotoxina pero también como neurotoxina y como citotoxina sistémica. No
parece importante ni en la invasión ni en la muerte de las células de la
mucosa. Su papel más importante parece estar en una de las complicaciones de
las shigellosis, el HUS, donde dañaría las paredes de los vasos sanguíneos.
Muchos de los genes que intervienen en la adherencia,
invasión de la mucosa y diseminación se encuentran en un gran plásmido de
virulencia. Los genes que intervienen en la invasión son llamados Ipa. Dos de
las proteínas codificadas por estos genes, IpaB y IpaC se encuentran expuestas en la
superficie de la bacteria y pueden encontrarse libres en el líquido extracelular.
Otras proteínas no están aun bien estudiadas.
IpaB no sólo intervendría en la invasión sino que
también lo haría en la liberación en el citoplasma por lisis de las vesículas,
probablemente por formación de poros en la pared de las mismas. Algunos loci
cromosómicos contribuyen a la invasión pero codifican sobretodo proteínas reguladoras.
Otros genes involucrados en las etapas posteriores de la patogénesis de Shigella se
encuentran también en el cromosoma (por ejemplo: toxina Shiga).
Shigella puede provocar diversos síntomas. Algunas personas con una forma leve
de la enfermedad sólo tienen heces blandas y acuosas, y otras no presentan
ningún síntoma. Otras desarrollan una enfermedad más grave conocida como
disentería, con retortijones, fiebre
alta, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y diarrea, que puede contener
mucosidades y sangre. Algunos niños con formas graves de infección por Shigella
pueden requerir hospitalización. La principal complicación es la deshidratación
(un nivel de líquidos en el cuerpo anormalmente bajo). En contadas ocasiones,
las bacterias del tipo Shigella pueden afectar a otros órganos
corporales aparte del aparato
digestivo, pudiendo provocar artritis, erupciones cutáneas,
insuficiencia renal o problemas neurológicos, como convulsiones, rigidez de
cuello, dolor de cabeza, letargo, confusión y alucinaciones.
Las infecciones por Shigella
son muy contagiosas. Las personas infectadas transmiten la infección a través
de las heces. Otras personas se pueden infectar al entrar en contacto con
cualquier cosa que se haya contaminado con heces infectadas. Esto incluye los
juguetes, las superficies de las habitaciones de descanso e incluso la comida
preparada por una persona infectada. Por ejemplo, si un niño toca una
superficie contaminada, como un inodoro o un juguete, y luego se mete los dedos
en la boca, se puede infectar. Shigella se puede contagiar incluso a
través de las moscas que han estado en contacto con heces contaminadas.
Puesto que no hacen falta muchas
bacterias de Shigella para provocar una infección, la enfermedad se
extiende fácilmente en familias y guarderías. La bacteria también se puede
contagiar a través de la red del suministro de agua cuando las medidas
higiénicas son insuficientes. El contagio se puede producir a través de las
heces de la persona infectada durante aproximadamente 4 semanas, incluso
después de que los síntomas obvios de enfermedad hayan remitido (aunque el
tratamiento antibiótico puede reducir la excreción de bacterias de Shigella a
través de las heces).
La mejor forma de evitar el
contagio de Shigella es lavándose las
manos con jabón frecuentemente y a conciencia. Esto es importante en
todos los grupos de edad. A los niños se les debe recordar que se laven las
manos, sobre todo después de utilizar el váter y antes de comer. Esto es
especialmente importante en los centros de preescolar.
También es importante cómo se
manipulan, almacenan y preparan los alimentos: los platos fríos deben
conservarse en frío y los calientes en caliente para prevenir la proliferación
de bacterias. Los síntomas pueden aparecer entre 1 y 7 días después de la
exposición, pero suelen ocurrir durante los 2 o 3 días inmediatamente
posteriores a la misma. Aunque a veces remite sola al cabo de unos pocos días,
la diarrea no tratada puede durar una o dos semanas. De todos modos, los
antibióticos pueden acortar la enfermedad.
Muy interesante estas normas de seguridad Dr: Santiago, de gran importancia para nuestra salud, incluso cuando se barren los pisos como realizarlo correctamente, evitando lo volátil, que están expuestos a tantas sustancias que se pega en los calzados cuando se camina por ellos y queda en los mismos, a su interesante producción de estudios, cordialmente. Julia
ResponderBorrarMUCHÍSIMAS GRACIAS........
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