LAS ENTEROBACTERIAS (Parte 4)
Género Salmonella
Son bacterias que, para la mayoría de los serotipos, habitan el intestino del hombre y los animales. Hay algunos de ésos serotipos que se encuentran adaptados a una sola especie animal, como por ejemplo Salmonella typhi, responsable de
El género Salmonela se nombra después de que el bacteriólogo americano Daniel E. Salmon, junto con algunos colegas, aislara en 1886 bacterias de cerdos (ahora conocida como Salmonella choleraesuis) que consideraban eran la causa de la fiebre de los cerdos (peste porcina). Daniel E. Salmon (1850-1914), organizador de la oficina (los E.E.U.U.) de la industria animal, y director de la misma desde 1884 hasta 1905, fundó
Las características patogénicas son tan variadas como su hábitat natural. Se pueden dividir según las presentaciones clínicas en:
a. Formas digestivas: Gastroenteritis, es la sintomatología más frecuente de los cuadros clínicos causados por Salmonella. Estas son las diarreas del
niño pequeño y las clásicas toxiinfecciones alimentarias, consecutivas a la
ingestión de alimentos contaminados con una cepa de Salmonella.
b. Formas septicémicas, graves, prototipo de las cuales es
c. Formas diversas de gravedad variable: meningitis,
osteítis, etc., mucho menos frecuentes.
La clasificación de Salmonella es compleja. Dentro del género Salmonella prácticamente una única especie tiene importancia en patología humana y animal y una única subespecie llamada Salmonella enterica subespecie enterica, pero se describen aproximadamente 2000 serotipos dentro de esta subespecie, por lo que corrientemente se los llama por el nombre del serotipo, por ejemplo Salmonella Typhi ya mencionada o Salmonella enteritidis.
Salmonella es móvil y salvo los serotipos bien adaptados
a una especie animal son protótrofos. Desde el punto de vista antigénico,
poseen antígenos O somáticos, antígenos de envoltura y antígenos flagelares H
con dos especificidades antigénicas expresadas alternativamente como ya fue descrito.
Los síntomas aparecen 6 a 24 horas luego de la
ingestión del alimento o agua contaminados y pueden durar hasta una semana o
más. Náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, son los síntomas principales.
La severidad varía de una persona a otra, pudiendo llegar a presentar dolores
que hagan pensar en apendicitis y diarreas severas inclusive con sangre.
La infección puede volverse sistémica. La
infección sistémica es más frecuente en lactantes o enfermos
inmunocomprometidos (cáncer, SIDA). En general se trata de una enfermedad
molesta pero poco peligrosa, aunque durante los grandes brotes se ven algunos
enfermos graves y pueden morir algunos pacientes.
S. enteritidis y S. typhimurium son los serotipos más
frecuentes aislados en toxiinfecciones alimentarias. Diversos alimentos están
involucrados. Derivados cárnicos y huevos son algunos de los más frecuentes. Técnicas
modernas en la cría de las aves, hacinamiento, dietas hiperproteicas llevan a
altos niveles de portación intestinal de Salmonella. En los mataderos es
frecuente la contaminación de las carcasas y de las superficies de los huevos.
Se ha demostrado también la transmisión transovárica de Salmonella de las gallinas a sus huevos. La idea de que huevos de cáscara sana son seguros es por lo tanto falsa.
Se ha demostrado también la transmisión transovárica de Salmonella de las gallinas a sus huevos. La idea de que huevos de cáscara sana son seguros es por lo tanto falsa.
La enfermedad resulta del consumo de alimentos contaminados mal cocidos o de contaminación cruzada con alimentos crudos en las cocinas. Otra forma de propagación de la enfermedad, no desdeñable, dejando de lado las toxiinfecciones alimentarias es la transmisión interhumana, de persona a persona por medio de las manos contaminadas. S. typhi es el serotipo específico que causa
El hombre la adquiere por consumir alimentos o agua contaminados por heces humanas. La contaminación de los alimentos puede también ocurrir durante su preparación con manipuladores de alimentos portadores de S. typhi y que eliminan gran número de bacterias en sus materias fecales.
Infectados asintomáticos y portadores que
han padecido la enfermedad previamente son los que mantienen la fuente de
infección. En los países desarrollados y aquellos que han logrado buenos
niveles de saneamiento y educación no es un problema de Salud Pública. El período
de incubación es de 1 semana a 1 mes. Puede presentar diarrea. Posteriormente
el paciente presenta fiebre y anorexia que puede durar hasta 2 o 3 semanas.
La enfermedad sin tratamiento antibiótico
puede llevar al paciente a la muerte. Es sorprendente lo limitado del
conocimiento en la patogenia de las infecciones causadas por Salmonella.
S. typhi atravesaría
la mucosa por medio de las células M, se multiplicaría en la submucosa y de
allí se diseminaría. Las bacterias se multiplican en hígado y bazo y pasarían
desde allí a la circulación general. Se han visto, en otros serotipos,
bacterias dentro de las células mucosas absortivas y en macrófagos asociados a
la mucosa. No es claro el mecanismo por el que se produce la diarrea.
S. typhimurium produce
en el ratón un cuadro muy similar al de la Fiebre Tifoidea en
el hombre por lo que se lo ha aceptado como un buen modelo para su estudio. Salmonella al
igual que otros patógenos digestivos, induce a las células del huésped a
englobarlos, pero parece algo diferente a la fagocitosis inducida de otros patógenos,
ya descrita. Luego de adherida la bacteria a la superficie celular, se produce
un pliegue en la célula, que la rodea y la introduce en una vesícula de endocitosis.
Hay intensa polimerización de actina en la vecindad
y luego de introducida, ésta desaparece. La bacteria no escapa de la vesícula
ni entra en el citoplasma, se multiplica en este fagosoma para ser posteriormente
liberadas. Por otra parte, estas bacterias pueden sobrevivir a la fagocitosis,
resisten la muerte por el complemento. Al menos 200 genes se encuentran involucrados.
S.
typhimurium posee un plásmido de virulencia cuya presencia otorga a la
bacteria la capacidad de causar enfermedad sistémica en el ratón.
En S. typhi todos los genes son cromosómicos.
Los genes de virulencia de Salmonella están regulados por un gran número de factores
ambientales, tales como falta de nutrientes, anaerobiosis, pH, etc. LPS tiene
un papel importante en la respuesta inflamatoria durante la invasión de la
mucosa y es responsable de los síntomas de la infección sistémica.
De salmonela se han identificado cinco islas
de patogenicidad, grupos de genes que codifican factores patogénicos y que
están implicados en los mecanismos que usa la bacteria para penetrar en las
células que infecta. Hace unos años que se viene estudiando estos genes. El
Instituto de Alimentos de Norwich (Reino Unido) comunicaba que habían obtenido
la imagen completa de la expresión de los genes de Salmonella typhimurium,
el serotipo que puede derivar en fiebres tifoideas durante la infección. Los
investigadores hallaron que del total de 4.644 genes que forman el ADN de la
bacteria, 919 se activaban en la infección y que 400 de ellos tenían una
función aun desconocida.
IMPORTANCIA DE SALMONELLA EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Salmonella es el microorganismo patógeno más habitual en las toxiinfecciones
alimentarias que se registran en los hospitales de la mayor parte de países de
nuestro entorno. Pese a que resiste mal en condiciones ambientales normales, su
rápida adaptación al medio donde habita explica su alta frecuencia. Una
adecuada higiene personal continúa siendo la mejor medida preventiva.
De todos los
microorganismos patógenos responsables de toxiinfecciones alimentarias que
habitualmente se referencian en la literatura médica, Salmonella es, con
toda seguridad, el que ocupa un lugar más destacado. Pero no sólo en los anales
médicos copa los índices más altos de incidencia; también en los medios de
comunicación es habitual su presencia, sobre todo en verano o coincidiendo con
la llegada de los primeros calores. Y cuando ello ocurre, al menos tres son las
preguntas que se repiten: ¿es tan peligrosa como se dice?, ¿se puede prevenir?
Y lo más importante, ¿se puede eliminar?
Salmonella es una bacteria no demasiado resistente a las condiciones ambientales,
en especial a la luz solar intensa, la desecación, concentraciones elevadas de
sal o altas temperaturas. Sin embargo, es la responsable de casi la mitad de
los casos de infecciones de origen alimentario que se diagnostican en los
hospitales.
La explicación a
este fenómeno tiene mucho que ver con la facilidad con que este microorganismo
se adapta tanto a animales como al ser humano. En efecto, cuando llega al
intestino de cualquier individuo puede colonizarlo, dando lugar a una
infección, o simplemente llegar a un equilibrio con otros microorganismos
intestinales, sobreviviendo y multiplicándose en los restos de alimentos que
van a ir pasando por el tubo digestivo.
Tanto las
personas enfermas, como los animales y personas no enfermas pero que tienen Salmonella
en su intestino, resultan portadoras por un periodo que puede abarcar desde
unos pocos meses hasta años. Como consecuencia, la materia fecal de individuos
enfermos o incluso de los simplemente portadores, contendrá una elevada
concentración de este patógeno. De ahí que una higiene personal adecuada sea la
mejor de las medidas preventivas, sobre todo cuando se van a manipular
alimentos crudos o procesados para su puesta a la venta o, simplemente, para su
consumo inmediato.
Lavarse las manos
de forma intensa con agua y jabón abundantes tras la utilización del aseo, antes
y después de manipular alimentos frescos o de cambiar de actividad, se
convierte en un punto fundamental en el mapa de la prevención de los peligros
alimentarios. No hay que olvidar, por otra parte, que durante la manipulación,
la contaminación puede proceder de los propios manipuladores, pero también de
los alimentos que se están procesando. Por ello es recomendable que se protejan
las fosas nasales y la boca con mascarillas, las manos con guantes, y el
cabello con gorros adecuados, teniendo en cuenta que estos elementos han de ser
cambiados con frecuencia.
Cualquier resto orgánico puede constituir un vehículo de diseminación o de multiplicación de este patógeno. Cuando Salmonella llega a los alimentos, puede multiplicarse en cualquier producto fresco a una velocidad muy elevada, ya que puede duplicar su número cada 15 ó 20 minutos si la temperatura es elevada (superior a
El producto que
mayoritariamente está implicado en la salmonelosis, la enfermedad causada por
este patógeno, son las salsas tipo mayonesa elaboradas con huevo fresco. El
huevo puede llevar Salmonella en su cáscara, ya que las gallinas, al
igual que otros animales o el ser humano, pueden ser portadoras.
En este caso, el
microorganismo puede llegar a la superficie de la cáscara por contaminación
desde la materia fecal de los animales. Cuando la cáscara está contaminada, la
bacteria puede pasar al producto tras cascar el huevo y extender la
contaminación a cualquier producto que se elabore con él.
Dado que la
presencia de este microorganismo en mamíferos de todo tipo es más que
frecuente, su erradicación completa se considera como algo prácticamente
imposible. De ahí que, de nuevo, deba insistirse en la necesidad de mantener el
control a partir de medidas de prevención de la contaminación, en la higiene
personal y en adecuadas manipulaciones de productos. Es la única manera de
prevenir los brotes de salmonelosis.
La mayoría de las personas
infectadas con Salmonella contraen diarrea, fiebre y calambres
abdominales de 12 a
72 horas después de la infección. La enfermedad dura de ordinario de 4 a 7 días y la mayoría de las
personas se recuperan sin tratamiento. Sin embargo, en algunas personas la
diarrea puede ser tan aguda que el paciente necesite hospitalización. En estos pacientes, la infección
con Salmonella puede propagarse de los intestinos a la corriente
sanguínea y, después, a otras partes del cuerpo y puede ocasionar la muerte a
menos que la persona reciba tratamiento expedito con antibióticos. Los
ancianos, los lactantes y quienes tienen el sistema inmunológico deteriorado
son las personas más susceptibles de contraer una enfermedad grave.
Por lo común, las personas con diarrea se recuperan totalmente, aunque puede llevar varios meses antes de que se normalicen totalmente sus hábitos de deposición. Un pequeño número de personas que son infectadas con
No hay vacuna para prevenir la
salmonelosis. Puesto que los alimentos de origen animal pueden estar
contaminados con Salmonella, las personas no deberían comer huevos,
pollo, o carne que estén crudos o que estén insuficientemente cocinados. Los
huevos crudos pueden no ser reconocidos en algunos alimentos tales como la
salsa holandesa de fabricación casera, las salsas de ensaladas tipo cesar y
otras salsas, tiramisu, el helado de fabricación casera, la mayonesa fabricada
en casa, la pasta de pastelillos y la crema de pasteles. El pollo y la carne,
incluidas las hamburguesas, deberían cocinarse bien, de forma que no estén
rosadas en el interior. Las personas tampoco deberían consumir leche cruda o no
pasteurizada ni otros productos lácteos en las mismas condiciones. Las verduras
o legumbres deberían lavarse bien antes de consumirlas de ordinario.
Debería evitarse la contaminación cruzada de los alimentos. Las carnes no cocinadas deberían mantenerse separadas de las legumbres, las carnes cocinadas y los alimentos listos para comer. Las manos, los tableros de cortar, los mostradores de cocina, los cuchillos y otros utensilios deberían lavarse bien después de utilizarlos para cortar alimentos no cocinados. Las manos deberían lavarse antes de manipular cualquier alimento y entre la manipulación de artículos alimenticios diferentes. Las personas que tienen salmonelosis no deberían preparar alimentos o servir agua a otros hasta que se haya demostrado que han dejado de ser portadoras de la bacteria Salmonella.
Cada año, unos 40.000 casos de salmonelosis se notifican en los Estados Unidos. Debido a que muchos casos más leves no se diagnostican o notifican, el número real de infecciones puede ser veinte o más veces elevado. La salmonelosis es más común en el verano que en el invierno. Los niños son los más susceptibles de contraer la salmonelosis. Los niños de corta edad, los ancianos y las personas que tienen el sistema inmunológico disminuido son las que tienen mayor probabilidad de contraer infecciones graves. Se estima que cada año unas 1.000 personas mueren de salmonelosis aguda.
Una mejor educación de los
trabajadores de la industria en los procedimientos básicos de inspección de la
seguridad de alimentos y restaurantes puede prevenir la contaminación cruzada y
otros errores de manipulación de alimentos que pueden conducir a brotes. Un uso más generalizado de huevos
pasteurizados en los restaurantes, hospitales y hogares de ancianos constituye
una medida importante de prevención. En el futuro, la irradiación y otros
tratamientos pueden reducir en gran medida la contaminación de la carne cruda.
La bacteria Salmonella puede
ser encontrada en el exterior de la cáscara de un huevo, debido a que este pasa
por el mismo conducto que las heces al ser expulsado del cuerpo de la gallina.
Es por esta razón que los huevos son limpiados en la planta de procesamiento;
pero a pesar de ello, las bacterias pueden aún estar presentes, por lo que es
necesario una apropiada cocción, así como también el correcto lavado de las
manos con el fin de prevenir la enfermedad.
Específicamente, la bacteria Salmonella enteritidis puede ser encontrada al interior de un huevo aún así éste no esté rajado o partido, debido a que dicha bacteria está presente en el ovario de la gallina o en el oviducto aún antes de que se forme la cáscara alrededor de la yema y de la clara del huevo. Además, es importante resaltar quela Salmonella
enteriditis no necesariamente provoca alguna enfermedad en la gallina. Con
la finalidad de prevenir la multiplicación de estos organismos al interior de
los huevos, se recomienda su adecuada refrigeración. Los huevos contaminados,
deberán ser cocidos por seis minutos para obtener un producto sano. Por ello,
nunca se deben servir los huevos crudos o insuficientemente cocidos sea
cualquiera su presentación, para obtener así un producto seguro.
Específicamente, la bacteria Salmonella enteritidis puede ser encontrada al interior de un huevo aún así éste no esté rajado o partido, debido a que dicha bacteria está presente en el ovario de la gallina o en el oviducto aún antes de que se forme la cáscara alrededor de la yema y de la clara del huevo. Además, es importante resaltar que
Es un excelente articulo, muy completo, ojala pudieras dedicar un espacio a la comida irritante y las dietas para evitar estos
ResponderBorrarMuchas gracias por su valoración, veremos de estudiar su propuesta y llevarla a cabo.
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