LAS ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR LOS ALIMENTOS (Parte 2)
Más de una vez Ud. habrá dicho: “Debe ser algo que comí”, “Algo me cayó mal” ó “Me dio un ataque de hígado”, luego de haber estado con diarreas, vómitos, dolor de cabeza ó cólicos. Lo más probable es que sí; algo le cayó mal, y no precisamente lo que comió, sino, lo que no vio al ingerir ese alimento, ya que éste tenía el aspecto de estar sano, pero...no fue así.- Lo que usted sufrió es una Enfermedad Transmitida por Alimentos (ETA)
Escherichia coli Enterohemorragica o Verotoxigénica (eceh) (cie- 10 a04.3) Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)
Escherichia coli Enterohemorragica o Verotoxigénica (eceh) (cie- 10 a04.3) Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)
Los
alimentos, para que se consideren de buena calidad higiénica, deben estar
exentos de microorganismos peligrosos, pero en general no es posible examinar
los productos o alimentos para investigar la presencia de todos y cada uno de
tales organismos.
Esto se puede resolver determinando organismos indicadores, como coliformes y enterococos. Por lo que se refiere a los coliformes, la presencia de E. coli en un alimento indica generalmente una contaminación de origen fecal. Así E. coli es un indicador clásico de la presencia de patógenos entéricos en agua, moluscos, productos lácteos y otros alimentos. Es un microorganismo emergente que causa dos patologías: Diarrea Hemorrágica y Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), uno de cuyos agentes causales fue comunicado en 1983. En los alimentos la presencia y concentración de E. coli es de menor significado y su presencia, incluso en mayor número, no implica necesariamente una contaminación fecal intensa reciente.
Esto se puede resolver determinando organismos indicadores, como coliformes y enterococos. Por lo que se refiere a los coliformes, la presencia de E. coli en un alimento indica generalmente una contaminación de origen fecal. Así E. coli es un indicador clásico de la presencia de patógenos entéricos en agua, moluscos, productos lácteos y otros alimentos. Es un microorganismo emergente que causa dos patologías: Diarrea Hemorrágica y Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), uno de cuyos agentes causales fue comunicado en 1983. En los alimentos la presencia y concentración de E. coli es de menor significado y su presencia, incluso en mayor número, no implica necesariamente una contaminación fecal intensa reciente.
Su número está influenciado por muchos factores como crecimiento actual en el alimento, equipo deficientemente sanitizado y contaminación a partir de las personas. Por lo tanto todo lo que puede concluirse con muchos alimentos es que la contaminación fecal, directa o indirecta, tuvo lugar en alguna fase de su obtención y que la seguridad sanitaria del alimento es cuestionable. Escherichia coli enterohemorrágico o verotoxigénico (EHEC), produce citotoxinas (verotoxinas o shigatoxinas tipo 1 y 2), enterohemolisina, factores de adherencia intestinal. Es un microorganismo ácido tolerante, cuyos principales serotipos son: O157:H7, O26:H11, O111:H8, O103:H2, O113:H21 y O104:H21. La dosis infectante es muy baja, alrededor de 3 - 15 bacterias/g alimento.
Tiene
distribución universal. El ganado bovino es el principal reservorio. La prevalencia
oscila entre 1-10 % y es mayor en terneros. ECEH puede sobrevivir en el medio
ambiente unos días y en el agua varios meses. La
transmisión es por la contaminación fecal de los alimentos (carne vacuna picada
o molida insuficientemente cocida, salame, leche, frutas y verduras crudas
[brotes de alfalfa], jugo de manzana, mayonesa, yogour), el agua y la
contaminación cruzada de estos alimentos.
La transmisión directa, persona-persona por la vía fecal - oral ocurre en el hogar y en instituciones semicerradas. Afecta todos los grupos de edad, pero, en los niños menores de 10 años la enfermedad es más grave. Un factor de riesgo es la hipoclorhidria. La excreción de E. coli persiste durante 1-3 semanas.
La transmisión directa, persona-persona por la vía fecal - oral ocurre en el hogar y en instituciones semicerradas. Afecta todos los grupos de edad, pero, en los niños menores de 10 años la enfermedad es más grave. Un factor de riesgo es la hipoclorhidria. La excreción de E. coli persiste durante 1-3 semanas.
EHEC
ha causado epidemias de enfermedad diarreica aguda. La primera epidemia por E.
coli O157:H7 ocurrió en el año 1982 donde la fuente de infección fueron las
hamburguesas con cocción insuficiente de una cadena de restaurantes de comidas
rápidas. El primer brote de enfermedad por E. coli O157:H7 transmitida por el
agua de una red pública se produjo entre diciembre 1989 y enero 1990. La primera
epidemia de infección por por E. coli O157:H7 por agua recreacional (piscinas),
tuvo lugar en 1993; el primer brote por bebida (sidra de manzana) ocurrió en
1991 (n=23) en Canadá.
Una
epidemia afectó a cuatro estados (Estados Unidos) en 1993; el alimento
involucrado fueron hamburguesas de una cadena de comidas rápidas y hubo
diseminación secundaria persona a persona y un alimento inusual, salame provocó
un brote en 1994. La carne insuficientemente cocida ha provocado y provoca la
mayor cantidad de brotes. La EHEC disrumpe las microvellosidades y se adhiere a
los enterocitos. La verotoxina tiene como receptor los glucolípidos globoseries
(globotetraosilceramida) de la superficie celular e inhibe la síntesis
proteica. El período de incubación es de 2-8 días (promedio 3-4 días).
Cursa
con diarrea acuosa, diarrea sanguinolenta, colitis hemorrágica, síndrome
urémico hemolítico (SUH) y púrpura trombocitopénica. En
la enfermedad diarreica aguda el dolor cólico abdominal es frecuente en los
niños y en los ancianos; los vómitos ocurren en el 30-50 % de los casos asociados
con la diarrea acuosa.
La diarrea dura 3-4 días (rango 3-10 días). El 33 % de los pacientes requiere internación. El SUH se puede presentar en los pacientes con diarrea sanguinolenta. Durante la enfermedad debe evitarse el contacto con los enfermos. Deben cumplirse las prácticas que corresponden al aislamiento entérico. Las personas infectadas deben ser excluidas de la manipulación de alimentos así como también de la atención de niños hasta tener dos cultivos de heces negativos. En su momento fué una gran connotación periodística el impacto sanitario producido por la contaminación de cierto grupo de alimentos por el agente Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC).
En particular, nos referiremos al denominado Síndrome
Urémico Hemolítico o Síndrome de Gasser. Mucho se ha dicho y escrito, pero
entendemos que la bibliografía científica utilizada, perteneciente a destacados
profesionales nacionales de la Salud Pública, es de excelencia y la más
adecuada para la elaboración de este informe. Resulta interesante destacar que
en las primeras observaciones, en la década del 50 y del 60, surgen
interpretaciones tanto clínicas como etiológicas y patogénicas, que luego
fueron desplazadas por otras o relegadas al olvido para cobrar nuevamente
vigencia en la actualidad enriquecidas con estudios y observaciones de los
últimos años. En 1966 (Voyer y Walther, 1966), no hacían diferenciación entre
la Púrpura Trombótica Trombocitopénica (PFT) y el SUH más que por la edad de
presentación y la extensión de las lesiones. Considerábamos los términos de PTT
y SUH dentro de una vasta nomenclatura para referencia a variables
sintomáticas, como veremos más adelante.
Posteriormente se desvinculó a estas entidades,
diferenciando netamente por un lado la PTT o Síndrome de Moschcowitz Symmer de
presentación especialmente en jóvenes adultos con sintomatología
predominantemente neurológica, lesiones microvasculares diseminadas, evolución
generalmente fatal y etiología desconocida y por otro el SUH o Síndrome de
Gasser de presentación principalmente en niños de corta edad, precedido
generalmente por diarrea sanguinolenta.
Por ello se postuló que SUH y PTT pueden ser gradientes
sintomáticas de una misma enfermedad (Remuzzi, 1987) referida genéricamente
como Microangiopatía Trombótica (MAT, Kaplan, 1995) término acunado por Habib.
Sin embargo, la similitud entre la PTT y las formas graves de SUH con daño
neurológico por lesiones extrarrenales, no significa una identidad entre ambos
cuadros (Kaplan, 1995). En 1955 Gasser, en Suiza, describe 5 casos, 4 de los
cuales eran lactantes e introduce la denominación de Síndrome Hemolítico
Uremígeno. También se han utilizado denominaciones como Acroangiopatía
Trombocítica, Trombopatía Plaquetaria Difusa y Acroangiotrombosis Verrugosa
Trombopénica (Debré y Mozziconacci, 1958).
Toda la nomenclatura estuvo así basada en las
alteraciones hematológicas y las lesiones microvasculares de trombosis. En
1962, Gianantonio presenta en la Sociedad Argentina de Pediatría 47
observaciones del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez de Buenos Aires,
recopiladas desde 1957, a lo que suma posteriormente nuevos casos. En los años
1963 y 1964 los uruguayos hacen sus primeras observaciones. Garrahan, en la
1ra. Cátedra de Pediatría refiere 15 casos y en el interior del país, López
Pondal, 3 a los que deben sumarse otros dos observados también en Tucumán por
el Dr. Eduardo Martínez. Publicaciones de centros asistenciales de todo el país
muestran el interés que ha despertado esta enfermedad entre nosotros y el
incremento continuo de su incidencia que hace de la Argentina la zona
endémica más afectada del mundo. La casuística acumulada hasta la fecha es de
más de 7.000 casos, lo que supera a lo observado en todo el resto del mundo. En
la década del 80 se intenta también el tratamiento con factores antiagregantes
plaquetarios como aspirina y dipiridamole (O'Regan y col., 1980) y se destacan
alteraciones anatomopatológicas presentes en diversos órganos a más de las ya
bien caracterizadas lesiones renales, destacándose especialmente las lesiones
cerebrales y pancreáticas (Upadhyaya y col., 1969, Preimhak y col., 1984).
En tanto en la década del 60, en la búsqueda etiológica
predominaban las referencias de asociaciones con infecciones virales, a fines
de la década del 70 se comunican asociaciones con infecciones por
enterobacterias, iniciándose con las observaciones de Shigellosis en Centro
América y luego en la India. En este país Ragupathv refiere una fuerte
asociación con la Shigella disentería
tipo 1. Hoy en día se presenta así el estudio de toxinas liberadas por
enterobacterias, como la línea más promisoria para la comprensión
epidemiológica de la enfermedad en su presentación endémica tanto en los casos
esporádicos como epidémicos. Hasta ahora esto se ha referido a la Shiga-like toxina
producida por cepas de E. coli y
a la toxina Shiga producida por la Shigella
disentería tipo 1 y ocasionalmente por la Shigella flexneri, como también lo observamos nosotros, pero
parece ser también extensivo a otras citotoxinas producidas por bacterias como Clostridium difficile, Yersinia enterocolítica y Campilobacter.
El SUH es la causa más frecuente de insuficiencia
renal aguda (IRA) en los niños (en la mitad de los casos necesita diálisis). Es
un síndrome que incluye IRA,
trombocitopenia (disminución del número de plaquetas en la sangre) y hemólisis
(destrucción de los glóbulos rojos que lleva a una anemia). Es producido, en la
mayoría de los casos, por toxinas producidas por una bacteria: Escherichia coli
O157:H7. La toxina producida por este serogrupo de E coli se
denomina “shiga toxina”, por ser
similar a la producida por Shigella. La muerte por síndrome urémico hemolítico
disminuyó gracias a la precocidad de los diagnósticos y a los nuevos métodos de
control de la insuficiencia renal.
Hoy, la tasa de letalidad es
del 2 por ciento. Según datos del Comité Nacional de Nefrología, el 70 por
ciento de los niños que padecen esta enfermedad se recuperan sin secuelas, sin
embargo, es necesario controlarlos regularmente porque, en algunos casos,
desarrollan problemas renales o hipertensión como consecuencia tardía del
síndrome. Escherichia coli O157:H7
y otros serotipos de E. coli productor
de toxina Shiga (STEC: Shiga Toxin E.
coli). E.coli O157:H7 es
un patógeno emergente asociado a enfermedades transmitidas por alimentos. En
1982 fue reconocido por primera vez como patógeno humano responsable de dos
brotes de diarrea sanguinolenta severa que afectaron a 47 personas en EE.UU. Los
brotes fueron asociados epidemiológicamente con hamburguesas contaminadas,
consumidas en restaurantes pertenecientes a una cadena de comidas rápidas. A
partir de entonces numerosos brotes han sido notificados en distintas partes
del mundo. Hoy se sabe que E. coli O157:H7
es el prototipo de un grupo de más de 150 serotipos de E. coli (O26:H11; O103:H2; O111:NM; O113:H21; O145:NM; entre
otros) que comparten el mismo potencial patogénico. Los serotipos de STEC
(Calderwood y col., 1996), asociados a enfermedades severas en el hombre
pertenecen a la categoría de E. coli enterohemorrágico
(EHEC: enterohemorrhagic E. coli).
Los serotipos de la VTEC (Vero Toxygenic Escherichia coli)
asociados a la producción de enfermedad en el hombre son los que corresponden a
la clasificación de enterohemorrágicos (EHEC). Esta designación alude a su
capacidad de producir lesiones hemorrágicas en el intestino. Este grupo posee
una serie de cualidades que determinan su virulencia, entre las cuales cabe
mencionar:
a. Producen verocitotoxina (VT1, VT1 – VT2, VT2 y sus variantes).
b. Sintetizan una proteína llamada intimina, que es codificada por el gen
llamado eaeA del cromosoma de la bacteria. La intimina es la responsable de la
unión de E. coli a las células de la pared intestinal (enterocitos) proceso que
inicia las lesiones en las vellosidades que los enterocitos poseen en aquella
parte de su superficie que constituye la pared interna del intestino.En algunos
casos de SUH se han aislado cepas de VTEC que carecen del gen eaeA en los que
la unión a los enterocitos está reemplazada por la producción de otro accesorio
de adherencia.
c. Poseen un plásmido (esto es, ADN de doble cadena que al unir sus
extremos adquiere forma circular) de gran tamaño (por eso se lo llama
megaplásmido) con un peso molecular de 60 millones. Este plásmido contiene los
genes necesarios para la síntesis de una enterohemolisina, toxina que es capaz
de producir la destrucción (lisis) de los glóbulos rojos (de allí hemolisina) y
un apéndice de adherencia al epitelio intestinal típico de las EHEC.
Drummond en 1989 y Kaplan en 1990 clasificaron al SUH de
acuerdo a su etiología. Una división importante es la que considera como SUH
típico al que presenta antecedentes de diarrea (D+), asociado a infección por
gérmenes productores de Stx, forma endémica en nuestro país. El SUH atípico es
el que no presenta diarrea en sus pródromos (D-). El origen del SUH
post-entérico ha sido investigado en los últimos 15 años. A fines de la década
del 70, Konowalchuk y col. informaron que algunas cepas de E. coli producían ciertas exotoxinas
(a las que llamaron verotoxinas por su acción sobre las células Vero) relacionadas
a la proteína de 70 kDa codificada en el DNA de Shigella dysenteriae tipo 1.
El significado clínico de estas toxinas permaneció
desconocido hasta que, en 1983, Riley y col. informaron una asociación entre la
infección por E. coli serotipo
O157:H7 y dos brotes de colitis hemorrágica; y Karmali y col. demostraron
infección por STEC en 11 de los 15 casos de SUH aislados. Luego, la asociación
entre SUH e infección por STEC, particularmente cepas del serotipo O157:H7, fue
confirmada por numerosos estudios realizados en diferentes países (Griffin y
Tauxe, 1991) incluyendo Argentina (Novillo y col., 1988; López y col., 1989;
Rivas y col., 1996). Se ha estimado que, en América y en Europa, alrededor del
90% de los niños con SUH tiene alguna evidencia de infección por STEC siendo el
serotipo O157:H7 responsable del 70% de los casos (Lior y col., 1994; Caprioli
y col., 1994; Van de Kar y col., 1994). En Argentina, la asociación entre SUH y
STEC del serotipo O157:H7 no está suficientemente clarificada. López y col.
encontraron que el serotipo O157:H7 no es común en niños argentinos con diarrea
inducida por toxina Shiga complicada o no con SUH. En cambio, Rivas y col.
detectaron en niños con SUH fundamentalmente cepas de E. coli del O157:H7.
Es importante recordar que el primer aislamiento de E. coli O157:H7 fue realizado en
nuestro país, en 1977, a partir de terneros con colibacilosis (Orskov y col.).
La información sobre STEC proviene fundamentalmente de estudios realizados con
cepas del serotipo O157:H7, fácilmente distinguible de otros serotipos de E. coli por sus peculiares
propiedades bioquímicas, ya que no fermentan sorbitol o lo hacen lentamente
(Farmer y Davis, 1985) y no poseen actividad de ßglucuronidasa (Thompson y
col., 1990).
Escherichia coli forma parte de la flora habitual del
intestino del hombre y de los animales. Los animales domésticos, especialmente
los rumiantes, constituyen el principal reservorio natural de STEC. La
prevalencia en vacunos oscila entre 0,1 y 16%. Ha sido aislado también de heces
de gansos, ovinos, equinos, perros, cabras y ciervos. Estudios realizados en
EE.UU., Canadá e Inglaterra (Wells y col., 1991; Chapman y col., 1993) han
identificado al ganado bovino como un reservorio importante de E. coli O157:H7, luego que los primeros
brotes de colitis hemorrágica estuvieron asociados al consumo de hamburguesas
mal cocidas y leche cruda, (Griffin y Tauxe, 1991).
STEC ha sido aislado de las heces y aparentemente habita
el tracto intestinal del animal portador (Sanderson y col., 1995). El ganado
lechero y particularmente los terneros y vaquillonas serían portadores más
frecuentes que el ganado adulto. También fue aislado del ganado de carne,
específicamente de terneros con diarrea, en donde STEC no sería el causante de
esta patología. En 1987, una cepa con estas características se aisló de
terneros con colibacilosis en Argentina (Ørskov y col., 1987).
En estudios realizados en 720 animales sanos de seis
especies diferentes, STEC fue aislado en materia fecal de 208 animales (28,9%).
La prevalencia fue mayor en tres especies de rumiantes: ganado bovino (21,1%),
ovejas (66,6%)y carneros (56,1%). Fue detectado más esporádicamente en no
rumiantes: pollos (<0,799), cerdos (7,5%), perros (4,8%) y gatos (13,8%)
(Beutin y col., 1993). Recientes investigaciones confirman que los terneros son
reservorios de la bacteria Escherichia coli O157H:7, causante de enfermedades
en humanos.(UNL (Universidad Nacional del Litoral) - Profesor Dr. José Luis
Otero et al).
A partir de un estudio de caracterización de E. coli O157:H7 aislados a partir de terneros, se confirmó que es “importante el papel del ganado bovino en la epidemiología de las enfermedades producidas por este agente patógeno en el hombre” y que “las cepas aisladas de ganado poseían todos los factores de virulencia necesarios para producir enfermedad en humanos”.
Existen también diferencias geográficas en la incidencia
del SUH y su forma de presentarse. En particular, en la Argentina no han
ocurrido brotes de magnitud semejante a los de EE.UU. y la estadística señala
más bien la aparición de numerosos casos esporádicos. Contrariamente a lo
esperado, el síndrome urémico hemolítico, se presenta en niños de hogares con
un buen nivel socioeconómico.
Si bien se registran casos durante todo el año, su frecuencia aumenta en la primavera, alcanzando un máximo durante el verano, para luego decrecer hacia el otoño. La carne picada, insuficientemente cocida, y los lácteos y jugos sin pasteurizar como el vehículo más frecuente de brotes de ETA (Enfermedades Trasmitidas por Alimentos) causados por este organismo. La colitis hemorrágica ha sido transmitida además por embutidos fermentados, leche cruda, yogures artesanales, sidra de manzana y mayonesa. Los brotes que han involucrado alimentos ácidos demuestran la tolerancia de los organismos causales a pH bajos. Estos microorganismos también han sido aislados de productos vegetales, la contaminación de vegetales puede ser consecuencia del uso de abonos orgánicos de origen bovino. También el agua ha sido considerada vehículo de transmisión, habiéndose informado de brotes asociados a la ingestión de agua de bebida no clorada, o del contacto con piletas de natación y también de un lago contaminado. También se ha identificado a la materia fecal bovina como una fuente de contaminación para alimentos y agua.
No obstante, la dinámica de STEC, en su relación
reservorio - medio ambiente, no está totalmente dilucidada. Actualmente se ha
convertido en uno de los desafíos más fuertes para la industria de la carne. La
transmisión persona a persona es también una vía importante para adquirir la
infección debido a la baja dosis infectiva (50 – 100 ufc). Ingresa al organismo
por la ingesta de carne (especialmente mal cocida), o por otros alimentos que
hayan estado en contacto con la materia fecal de la vaca, como leche no
pasteurizada, verduras y frutas mal lavadas, aguas contaminadas, etc .
También la contaminación fecal de las aguas o la falta de higiene en el procesamiento industrial puede explicar la presencia de esa bacteria en los pescados. Es importante conocer el origen de los alimentos y en aquellos que los posean, leer muy bien los rótulos, cómo han sido conservados y procesados, observar la higiene, el cumplimiento de la cadena de frío y el grado de cocción. En esta situación lo más valioso es la prevención. La contaminación fecal del agua y otros alimentos y la contaminación cruzada durante la preparación de los alimentos son rutas importantes en la transmisión de la infección.
Es importante destacar que STEC sobrevive a las
temperaturas de refrigeración y congelación y puede desarrollar a 8ºC (Palumbo
y col., 1995). Esta característica tiene un tremendo impacto tanto en la
industria de la carne, como en los sectores de comercialización en donde el uso
del frío está muy extendido. Cepas de E.
coli enterohemorrágica (EHEC) han sido aisladas de una gran variedad de
alimentos y del medio ambiente, esto implica distintas condiciones en término
de nutrientes, pH, salinidad y temperatura.Recientes brotes de diarrea y SUH
han sido asociados al consumo de alimentos como el jugo de manzana, mayonesa y
embutidos fermentados, alimentos de naturaleza ácida.
Si bien la carne vacuna resulta la principal fuente de contagio, el consumo de lácteos y jugos de fruta no pasteurizados o de verduras y agua contaminada (que hayan estado en contacto con las heces de los animales), también puede desencadenar la enfermedad.
Incluso, un estudio realizado en nuestro país sobre 34
pacientes con SUH y 95 convivientes demostró que el 24 % de los afectados tuvo,
al menos, un familiar con diarrea. Para evitar la vía de contagio de persona a
persona (la que se produce por el contacto con la materia fecal del enfermo),
los especialistas insisten en la necesidad de lavarse las manos, con agua y
jabón, luego de ir al baño y antes de manipular los alimentos.
Estas bacterias producen unas potentes citotoxinas que destruyen in vitro las células en cultivo de la línea continua llamada Vero (que proviene de células de riñón de mono verde africano) razón por la cual han sido bautizadas como verocitotoxinas. También se conocen como (SLT) Shiga-like toxins (toxinas parecidas a la Shiga), porque pertenecen a la misma familia que la citotoxina Shiga sintetizada por la bacteria Shigella dysenteriae tipo 1 causante de la disentería bacteriana.
La producción de verocitotoxinas está codificada por los
ácidos nucleicos de distintos bacteriófagos, que son virus que infectan a las
bacterias, los que incorporan instrucciones en Escherichia coli para sintetizar
nuevos compuestos. Hay dos tipos de verocitotoxinas, las VT1 (SLT-I) y las VT2
(SLT-II) con sus variantes que incluyen a la VT2e, producida por las bacterias
que causan la enfermedad de los edemas en el cerdo. Las verocitotoxinas ejercen
su acción sobre una amplia variedad de células endoteliales que tapizan el
interior de los vasos sanguíneos y sobre células epiteliales, incluyendo
aquellas que tapizan el interior del íleon (parte final del intestino delgado)
y colon (intestino grueso), células endoteliales glomerulares.
También actúan sobre los glóbulos rojos que presentan en
su membrana el grupo glicolipídico P1. Las verocitotoxinas actúan sobre las
células uniéndose específicamente a componentes de la membrana celular llamados
receptores. Se sabe ahora que estos receptores son glicolípidos (componentes de
la membrana celular formados por lípidos y azúcares) específicos.
El receptor habitual para VT1 y VT2 es una ceramida
trihexosida llamada Gb3; la VT2e puede unirse a un glicolípido neutro diferente
denominado Gb4. Las verocitotoxinas están formadas por dos subunidades llamadas
A y B. La subunidad B es la encargada de asociar a la VCT con el glicolípido.
Luego, la subunidad A de la toxina inicia la inhibición de la síntesis proteica
en la célula llevando a la muerte celular por apoptosis (ver Ciencia Hoy,
53:12-21, 1999); la inhibición se produce por inactivación de la fracción
llamada 60S de los ribosomas encargados de la síntesis de proteínas. Cuando
esto sucede a nivel de las células que constituyen el endotelio de los vasos
sanguíneos, el daño produce coagulación intravascular principalmente en el
sistema nervioso central, el tubo digestivo y los riñones.
Queda también un bache importante. El control a nivel
minorista, las llamadas “comida chatarra” y el problema de la venta callejera
de alimentos. Estos son puntos críticos y no pueden ser dejados de lado si
queremos hacer un intento de prevención fuerte para reducir el número de casos.
No se han reportado casos de recurrencia en pacientes que han padecido SUH
postentérico.
No se dispone aún de un tratamiento específico. El
tratamiento de los pacientes con SUH en el período agudo es de mantenimiento.
Se requiere atención sobre la hidratación, el balance de electrolitos, el
adecuado aporte calóricoproteico, el tratamiento de la anemia y la diálisis
peritoneal en los casos severos de oliguria y anuria. Durante la diarrea está
contraindicado el uso de agentes que reduzcan la motilidad intestinal.
Por lo tanto, hasta que no se realice un estudio multicéntrico, randomizado, que demuestre la eficacia del tratamiento, se aconseja no suministrar antibióticos durante el período prodrómico o de estado. Se halla en fase de prueba un producto capaz de fijar e inactivar la Stx en la luz intestinal constituido por un oligosacárido sintético, con estructura similar al receptor natural de la citotoxina adherido a diatomeas (Synsorb-PK). También se encuentran avanzados estudios de humanización de anticuerpos murinos a Stx.
Medidas de prevención:
• Asegurar la correcta cocción de la carne; la bacteria
se destruye a los 70º C. Esto se consigue cuando la carne tiene una cocción
homogénea cuando no quedan partes rojas).
• Tener especial cuidado con la cocción de la carne
picada.
• Utilizar distintos utensilios de cocina para cortar o
tomar la carne cruda y la carne una vez cocida (Contaminación cruzada
indirecta)
• Evitar el contacto de las carnes crudas con otros
alimentos; tener en cuenta cómo se disponen dentro de la heladera y en mesadas.
(Contaminación cruzada directa).
• Consumir leche, derivados lácteos y jugos de frutas
pasteurizados y conservar la cadena de frío
• Lavar cuidadosamente las verduras y frutas.
• Asegurar la correcta higiene de las manos (deben
lavarse con agua y jabón), antes de preparar los alimentos y luego de ir al
baño como mínimo.
• Se sugiere que los menores de 2 años no ingieran
comidas rápidas.
• Respetar la prohibición de bañarse en aguas
contaminadas. Concurrir a piletas de natación habilitadas para tal fin.
• Consumir agua potable. Ante la duda, hervirla y agregar
lavandina concentrada. Por este motivo, se aconseja consumir agua potable o de
lo contrario; hervir agua en un recipiente limpio y tapado de tres a cinco
minutos y no más; dejar enfriar el agua y conservarla en el mismo recipiente o
agregar dos gotas de lavandina concentrada por cada litro de agua y esperar 30
minutos para ser consumida.
• Ante cualquier duda o síntoma, consultar al médico o
dirigirse al centro de salud más cercano a su domicilio.
Hasta el momento no se dispone de una vacuna humana
efectiva. Se hallan en etapa de desarrollo la producción de vacunas para
prevenir la infección por STEC. Existen distintas vacunas candidatas basadas
en:
a) utilización del lipopolisacárido bacteriano como
inmunógeno;
b) toxoides de Stx;
c) utilización de cepas mutantes atóxicas;
d) la inserción de la subunidad B de Stx en una cepa de Vibrio cholerae como vector.
Vacunas desarrolladas utilizando toxoides han demostrado
ser efectivas en prevenir las enfermedades relacionadas a STEC en animales. El
consumidor debe saber que las cepas VTEC, además de ser capaces de crecer en
ambientes muy ácidos (pH 2,5 a 3,0), pueden multiplicarse a temperaturas tan
bajas como 7ºC (la temperatura habitual de una heladera) y mantenerse viables
durante meses en carne congelada a - 20ºC (la temperatura habitual de un
freezer de uso doméstico). En cambio, las bacterias se inactivan fácilmente por
calentamiento. Esto justifica recomendar que durante la cocción de la carne la
temperatura en su interior no deba ser inferior a 68ºC y que se debe evitar la
ingestión de alimentos cárneos excesivamente rojos y jugosos por cocción
insuficiente.
El control efectivo requiere el funcionamiento de programas de inspección para definir la magnitud de la contaminación / infección por EHEC en los animales de la granja, productos alimenticios en todos los niveles de la cadena alimentaria y la identificación de los factores de riesgo de infección / contaminación/difusión y establecimiento de las medidas específicas de control. El riesgo teórico de transmitir la infección por los alimentos a gran número de personas es especialmente alto en los despachos de comida rápida e instituciones de atención a la salud.
Los Servicios de Sanidad y Calidad Agroalimentaria han implementado un Plan de Reducción de Patógenos y adoptado el Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control. El Asesoramiento sobre Riesgo Cuantitativo es una metodología predictiva usada para el análisis del modelo de riesgo para la salud humana. La educación a los miembros del equipo de salud, productores y procesadores de alimentos y consumidores en general sobre los riesgos de la infección es fundamental.
https://acristofaro.com/sasha-czack-biografia-hechos-vida-familiar-del-fotografo-y-ex-esposa-de-sylvester-stallone/
ResponderBorrarLa transmisión directa, persona-persona por la vía fecal - oral ocurre en el hogar y en instituciones semicerradas. Afecta todos los grupos de edad, pero, en los niños menores de 10 años la enfermedad es más grave. Un factor de riesgo es la hipoclorhidria. La excreción de E. coli persiste durante 1-3 semanas.
Los pronombres de sujeto incluyen I, you, he, she, it, we, they, who, and whoever. https://bibliotheque-du-capucin.com/como-identificar-el-sujeto-y-el-objeto-de-una-oracion/
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